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CAPITULO XIX. Jaló su mano apartándose de él, la molestía que tenía debido a la actitud de Andres llevó a Sofía a su limite. Lo tomó del saco acercándolo hacia ella con fuerza. — Te permití todas las humillaciones que me has hecho, dejé que la z*rra de tu amante me insultara y dijera que soy una sirvienta, pero jamás, escúchame bien Andrés, jamás vuelvas a decir que soy una mentirosa. Al fin había caído en cuenta de que todas aquellas cosas no valían la pena. Se dio la vuelta, levantó un poco el telón y caminó hacia el micrófono. — ¡Sofía! &nb
CAPÍTULO XX. Este sin saber que más hacer se dio la vuelta dispuesto a irse y dejarla en el suelo, la mirada que le dedicó a esta fue una llena de decepción. Fue entonces que Anel se vio acorralada y no le quedó de otra más que fingir. — ¡Aaaah! Pegó un grito estremecedor, como si en verdad estuviese doliéndole algo, por su puesto Andrés no quería que su bebé sufriera así que la tomó en brazos y se la llevó a un hospital inmediatamene despues de verla tomarse el vientre. — Resiste un poco más, casi llegamos Una vez estando en el hospital ella comenzó a ponerse molesta, lo tomó de la camisa y zarandeó un poco. — No te quiero volver a ver y recuerda muy bien que si algo nos sucede a tu hijo y a mi será culpa tuya y de esa m*****a p*rra. La ingresaron a urgencias porque
CAPÍTULO XXI.Dos semanas después aún no paraban las notas periodísticas sobre el supuesto hijo de Andrés Beckman y la polémica relación que llevaba con Anel, pero sobre todo con Sofía quien había quedado como la intrusa en esa relación, pues se hicieron publicas varias imagene donde Anel y él se ven felices.Durante esos días Sofía comenzó a sospechar de varias cosas, una de ellas era que había ocasiones en las que Anel se salía del departamento y no regresaba hasta la tarde o como el insoportable olor a cigarro que inundaba todo el lugar.Decidió instalar pequeñas cámaras que se conectaban a su teléfono y computador, si en realidad estaba mintiendo podía
CAPÍTULO XXII.Los dos dias pasaron mas rápido de lo que ambos esperaron. Sofía se levantó temprano para salir un momento. Necesitaba respirar un poco de aire fresco antes de atarse a un hombre que, por desgracia, no la amaba.Andrés por su parte, se hallaba en una pelea acalorada con Anel.— ¡NO ME PUEDES HACER ESTO!— Entiende que me veo en la obligación de aceptar este matrimono. Papá nunca querría verme casado contigo, menos por la fama que tienes.— Así que después de todo sí te molesta todo lo que hablan de mi. Ya te dije que eso es mentira.— Sea verdad o no, mi padre jamás me permitiría casarme contigo.. y menos heredarme.&nb
CAPÍTULO XXIII.Días después la situación comenzó a ponerse un poco más tensa.Sofía ya tenía las pruebas suficientes para desenmascarar a la mujer y aunque nadie estuviese de su lado ella saldría de ese lugar ofreciendo el divorcio, pero con la satisfacción de ser la que habló siempre honestamente. Esa tarde esperaría a Andrés hasta que llegara de la escuela, le había mandado un mensaje antes de que se fuera y aunque no lo vería hasta más tarde, eso no era de mucha importancia pues él debía regresar tarde o temprano.Sofía: Necesito hablar contigo, es algo muy importante que cambiará to
CAPÍTULO XXIV.Se sentía mal, entre saber que podían hacerle algo y la mald*ta condición en que se hallaba, era frustrante saber que no tenía una sola oportunidad frente a esas dos personas.Escuchó cómo toda la paciencia que tenían al principio se agotaba, ahora golpeaban la puerta de manera insistente, aunque realmente eso no lograría hacerla salir.Estaba preparándose mentalmente para lo peor cuando la puerta al fin fue abierta de manera abrupta logrando hacer que ella pegara un grito.
CAPÍTULO XXV ...................... — ¡Andrés! Espérame.... Decía la niña intentando trepar el árbol donde se encontraba el gato del niño atrapado en la rama más alta. — Baja de aquí Eli, puedes caerte, yo puedo bajarlo. El niño estaba cerca de tomar al pequeño gato asustado, salió corriendo de la casa debido a que un perro apareció en el patio, mismo que ya sé había escapado de ser atrapado por la perrera. — ¡Lo tengo! Al tomarlo una de las ramas en las que estaba parado se rompió, provocando que le cayera a la niña que no se había percatado del peligro. — ¡Cui
CAPÍTULO XXVIDOS DÍAS DESPUÉSElla miraba hacia la calle repleta de personas a travez de la ventana del auto en movimiento, observando la manera en que caían las gotas de lluvia sin orden alguno, e igualmente compadeciendose de aquellas personas necias, que, a pesar de haber visto o escuchado el pronóstico del clima el día anterior salieron a la calle sin un paraguas. Asimilando su vida a todas esas pobres almas necias.Según el testimonio de Andrés, ella era culpable de la muerte de su prometida quien estaba embarazada de él. Era la palabra de un gran empresario, contrala suya, una gran desconocida.A pesar de haber penado en opciones para su beneficio, no halló ninguna, tampoco tenía la manera de sacar o conseguir la evidencia que