Layla no se pudo contener y ha sonreído a Spencer al haber escuchado lo que él le ha dicho.— Hazme tuya…— dice Layla a modo de susurro cuando se ha acercado a los labios de Spencer a punto de besarlo.Spencer le corresponde la sonrisa, y antes de acercarse a sus labios para besarla, decide entonces ponerse encima de ella al mismo tiempo que Layla se dispone en abrir las piernas para dejar que Spencer se acomodara de tal forma que cuando lo hiciera esto fuera mucho más cómodo para los dos.Layla nunca antes se había sentido tan especial en una noche de sexo, aquella noche era especial para ella, estaba sintiéndose amada, y sobre todo, estaba sintiendo que por primera vez en su vida, ella estaba haciendo el amor con un hombre de verdad.La noche terminó, Spencer se ha quedado completamente dormido estando acostado en posición de boca abajo con la sábana de la cama nada más cubriéndole encima de la cintura.Layla también ha quedado muy cansada, sin embargo, quiso ponerse la camiseta de
Spencer suspira para intentar mantener la calma y dejar salir la furia que siente por dentro de todo lo que sucedía con Kathia y su obsesión.— No, no está nada bien, Kathia no es quién pensé que sería desde que tuvimos nuestro trato de únicamente ser amigos con derechos, parece que está obsesionada conmigo, se ha ido hasta la empresa y se ha puesto a gritar como loca que yo estoy saliendo con una secuestradora, el guardia de seguridad que está en turno me ha llamado para avisarme de eso, y no sabe qué hacer para calmarla parece una loca, creo que tendré que ir para ver si puedo convencerla de que me deje en paz de una buena vez — le dice Spencer a Layla.— ¿Puedo acompañarte? — le pregunta Layla a Spencer al mismo tiempo que se disponía en ponerse de pie para recoger su ropa y comenzar a vestirse,Sin embargo, Spencer la interrumpió.— No, deberías de quedarte aquí, o si quieres, puedes llamar a uno de tus hombres para que venga por ti a recogerte, has de querer irte a tu casa, y pie
Layla quería hacer algo por ayudar, pero le dio satisfacción saber que Spencer estaba haciendo lo posible por cortar ese lazo de una vez por todas.Layla se ha marchado de allí luego de asegurarse que todo iba muy bien, sin darse cuenta de que Kathia quería hacer hasta lo imposible por convencer a Spencer de querer besarla como si las cosas entre ellos no estuvieran mal y no tuvieran solución.— Kathia, ¡ya basta! Te he dicho mil veces que nosotros no teníamos una relación que lo nuestro no era para nada algo serio, ¿Qué mierda te está ocurriendo como para que te estés comportando así? — le grita Spencer a Kathia con desesperación de verla portarse como si ella fuera una loca.Kathia ha logrado zafarse de los brazos del guardia de seguridad para haberse ido corriendo encima de Spencer. Spencer trataba de zafarse de los brazos de Kathia quién no dejaba de insistirle en que ella tenía razón en haberse enojado por todo lo que ha sucedido. La policía pronto se apareció, y Spencer se tr
— Madame Fox… ¿Qué hace usted aquí? — le pregunta Layla a la mujer cuando ve ella no deja de acercarse lentamente hacia dónde estaba Layla.— Señora Coral, también me alegro mucho de verla, cuanto tiempo ha pasado desde que… Bueno, ¿Debería decirlo o tus hombres ya saben a qué te dedicabas antes?Layla abre los ojos como platos, el único de sus hombres que sabe acerca de lo que está hablando, Madame Fox era Elías, nadie más que él, el resto de sus hombres no lo sabían, no es como que ninguno de ellos además de Elías haya sido capaz de ganarse su confianza, nada de eso, lo que sucedía es que no es como que su pasado fuera un tema muy fácil de hablar para ella con cualquiera, un tema de aquellos que uno desearía contarlo solo porque así lo quisiera.— Y entonces, ¿Quieres decirlo tú o Quieres que lo diga yo? — dijo Madame Fox con intensidad con el asunto. Layla estaba espantada, ella no quería decir nada, no quería hablar de su pasado con nadie más porque era una tortura. — ¿A qué ha
Spencer estaba en la comisaría de policía cuando le ha llegado al celular una llamada de un número que era desconocido, para Spencer fue bastante extraño que alguien le llamara a su número de celular personal, pues para los clientes, existía el número de celular empresarial que solo se usaba en los horarios de oficina dentro de la empresa, más nunca por fuera cuando ya era fin de semana, además de que aquel número de celular era atendido por secretaria más no por él mismo.Cada cliente que llamaba a la empresa, debía hablar primero con ella y luego ver si tenía forma de hablar con Spencer.Sin embargo, recordó lo que Layla le había dicho hace un par de horas, y decidió contestar entonces la llamada del número de celular antes de que esta se colgara.— ¿Bueno? — dice Spencer. — Spencer, soy yo, Elías — le dijo Elías cuando escuchó que Spencer habló por el celular al responder la llamada.— ¿Elías? ¿Qué haces llamándome? Pensé que quizás era una llamada de Layla… — le dijo Spencer mie
— Kathia, te he dicho que me dejes en paz, ¿Qué no fue suficiente para ti tener que haber pasado la vergüenza de que te haya demandado para que te mantengas alejada de mí? — le ha dicho Spencer comenzando a sentir que ha perdido la paciencia con esa situación. — Solamente vengo a decirte que tengas mucha suerte en tu vida, y que debes cuidarte mucho, no sabes con quién estás metiéndote ahora — dijo Kathia. Sin embargo, antes de que Spencer pudiera haber dicho algo a Kathia, Kathia se marchó, pues un taxi venía pasando precisamente en ese momento, el vehículo estaba vacío, y Kathia le pone la mano al taxi para que este la dejara subir a su interior. Spencer se relajó, y entonces, se ha subido al auto blindado que se apareció frente a su camino, él ha visto cuando Elías se encargó de bajar le vidrio de su ventana para asegurarse que Spencer pudiera verlo y lo hubiera reconocido para que luego él no quisiera haberse terminado confundiendo de vehículo y todo su plan se echara a
Los trabajadores de la empresa ya se estaban marchando después que la junta con el inversionista terminara exitosamente con un contrato firmado y con más millones de dólares en su cuenta bancaria. Eran las seis de la tarde, Spencer terminaba de analizar un reporte de contabilidad que su contadora le había entregado en la mañana donde le demostraba la cantidad de gastos, cantidad de dinero y recursos que habían llegado este mes a la empresa. Spencer estaba satisfecho consigo mismo, con sus trabajadores y con el éxito de su empresa, y para celebrarlo pensaba llegar a casa, llamar a Kathia, su amiga con derechos y pasar una noche muy apasionada con ella, y en medio del trabajo que estaba por finalizar, Spencer cogió su celular y le envió un mensaje a la sexy morena de su lista de contactos. "Nos vemos en mi casa en una hora, ponte muy sexy solo como tu sabes hacerlo" decía el mensaje. "Perfecto cariño, te veo en una hora" respondió la chica minutos después. Se apresuró a apagar el co
— Dígame señora. — Ya sabes que tienes que hacer. La mujer se va caminando hasta perderse en la oscuridad del pasillo. Elías sonríe malicioso y empieza por propinarle un fuerte golpe en la cara a Spencer. El golpe le provocó un leve sangrado en la nariz que fue la zona golpeada, a Spencer le dolió, y bastante, pero por intuición propia prefirió no quejarse, aguantarse el dolor, demostrar que era un hombre de verdad y así impresionar a su nuevo amor. Elías dejó de golpear a Spencer para luego acomodarse a dos metros de distancia de él, entrelazar las dos manos y mirarlo fijamente evitando que este intentara llegar a escapar. Mientras tanto, la sexy secuestradora de Spencer bebía una copa de vino y observaba hacia la calle desde el interior de su habitación; una calle solitaria y mojada por la lluvia que estaba cayendo en ese momento. Ella no dejaba de pensar en la propuesta de su secuestrado, ¿Realmente sería capaz de casarse con ella? o ¿Era solo una estrategia para poder escapa