— Nada en especial. — RespondiĂł Lance frĂamente. — En otra ocasiĂłn lo verĂ©. DespuĂ©s de decir aquellas palabras el Rey continĂşo su rutina diaria y al llegar la noche comenzĂł a prepararse para ir al castillo de la Reina. — Su majestad, el carruaje está listo. — InformĂł uno de los servidores. — En unos minutos bajo, salgan todos. — PidiĂł Lance y sus sirvientes obedecieron de inmediato. El Rey buscĂł las llaves del nuevo salĂłn de artes que fue preparado. "Puedo tener algo de informaciĂłn extra, ella parecĂa estar escondiendo más de lo que me dice" Tras ese pensamiento, Lance sonriĂł y se llevĂł consigo la llave. ••••••••••Dulce semana. Noche 3: El Rey de Maita ingresĂł a la habitaciĂłn de la Reina, Ă©l la viĂł a ella como era de costumbre en la sala de esa recámara. Las puertas se cerraron despuĂ©s de que la Reina Maitana saludara y nuevamente, ellos quedaron completamente solos. Virginia Wiztan, se encontraba sentada en el sofá largo, sintiĂ©ndose un poco incĂłmoda. "Esta noche elegĂ u
La Reina de Maita, veĂa a su esposo con incredulidad. "ÂżNo quiere que muera?" "Pero si mi vida nunca ha sido de su importancia" "En nuestro primer encuentro lo primero que hizo fue apuntarme con su espada" "Me dejĂł a mi suerte de lo que pudiera sucederme en Maita cuando me trajo cautiva" "Me dice que soy una herramienta… ÂżAhora le importa mi vida?"Virginia se puso de pie alejándose de ese Rey, ella frunciĂł el ceño. — ÂżPor quĂ© no quieres que muera? — PreguntĂł la mujer Gorianita viendo fijamente a ese Rey, quien ahora, se habĂa sentado en el sofá, donde ella anteriormente estaba. — ÂżPara que dure más como una herramienta? ÂżPor quĂ© asĂ te es más Ăştil? ÂżPor quĂ© serĂa un desperdicio de tus energĂas preparándome para ser tu pieza en ese torcido juego de venganza que tienes con el señor Jones? ¡Ah, ya sĂ©! Es por qué— ¡Ah! En ese momento Lance tomĂł de la muñeca a Virginia, acercándola a Ă©l y viĂ©ndola fijamente a los ojos. — Hoy me dĂ cuenta de algo extraño… — SusurrĂł el Rey. Virgini
***************••••••••••***************>>> Virginia Wiztan: El sol de esa mañana filtrándose levemente por las cortinas, iluminaba la espaciosa habitaciĂłn del castillo Maitano en la que dormĂa.Esa mañana fue un poco inusual a otras. PensĂ© que no podrĂa dormir bien anoche, lo extraño, fue que poco despuĂ©s me quedĂ© dormida sin siquiera darme cuenta de nada más. ÂżHace cuanto no habĂa descansado tan satisfactoriamente? No podĂa recordar la Ăşltima vez que me sentĂ tan tranquila y alegre. Tal vez pasĂł más de un año ya… Desde que sentĂa que todo en mi vida iba por buen rumbo. Mis ojos se posaron en ese hombre dormido a mi costado izquierdo. Yo me sentĂ© sobre la cama y me quedĂ© observando a ese Rey, lo normal que parecĂa, pero lo significativo que era para una naciĂłn entera. No sabĂa que hora era exactamente, pero el sol no parecĂa ser el del amanecer, supuse que pronto serĂan las 9am. Hora en la que finaliza una noche más en la dulce semana. SentĂa mi corazĂłn latir de emociĂłn.
…..1: 00 pm.En el salĂłn del consejo Real en Maita. — ¡No puede su majestad! — ExclamĂł uno de los hombres. — Usted habĂa dicho desde un principio que era solo una uniĂłn polĂtica para que Gorian bajara la guardia. — Es cierto, voto a favor de que no lo haga. — HablĂł otro. — Tampoco me parece correcto que nuestro Rey Maitano reconozca a una Gorianita como una propia Maitana de los Lamparth; al pueblo no le gustarĂa eso, odiamos a Gorian desde la muerte de la Reina Cassandra, ÂżNo ha escuchado mi Rey, todo lo que dicen en las calles sobre Gorian, eso en todo el Reino? ¡Lo aborrecen! Lance quien estaba sentado en su elegante silla y los veĂa a todos con aburrimiento, hablĂł: — Nunca dije "ÂżQuieren que lo haga? Habrá una votaciĂłn" Solo dije: "ÂżQuĂ© opinan de eso?" Ya escuchĂ© sus opiniones, aĂşn asĂ, mi decisiĂłn es definitiva. Se comenzaron a ver expresiones de desacuerdo y desagrado entre los miembros presentes del consejo Maitano, algunos murmuraban entre sĂ negando con su cabeza. ¡PAM!
…..Una vez que el BarĂłn Jones llevĂł al interior de una de las grandes tiendas de campamento al hombre misterioso que por sus rasgos fĂsicos era obviamente un Maitano: — AsĂ que eres un mensajero, ÂżEsta es la bolsa que traĂas contigo? — PreguntĂł el BarĂłn Jones, posando sus ojos marrones en ese hombre con aspecto desaliñado y de pueblerino. — SĂ… — RespondiĂł el hombre nervioso siendo retenido por dos de los soldados más confiables de Allen Jones. — Mmm, un par de prendas, agua, algunas frutas, pan y semillas… Oh, aquĂ… Un pergamino, ÂżEs esto lo que querĂas entregarme? — SĂ señor… — DecĂa Ă©l viendo asustado a ese hombre que sabĂa era de los más importantes bajo el mando del Rey Lance Lamparth. Allen comenzĂł a leer el pergamino. Una direcciĂłn y una fecha era todo lo que tenĂa en el, pero no cualquiera. Una en un pueblito cercano a la frontera con el Reino de Gorian. — ÂżQuiĂ©n te dio esto? — PreguntĂł Allen viendo con frialdad a ese pueblerino Maitano. — LlegĂł a mi casa por un mist
***************••••••••••*************** >>> Lance Lamparth: No esperaba mucho de ella, para ser completamente franco, no esperaba absolutamente nada. Virginia Wiztan. Es una mujer Gorianita de apariencia corriente entre las caracterĂsticas fĂsicas de su gente. Cuando supe de ella por primera vez, fue gracias a la descripciĂłn de Allen. >> La hija favorita y primogĂ©nita del Rey Jhonn tercero Wiztan <
Lance sonriĂł ante el pedido de su Reina. — No tienes que pedirme algo como eso; es lo que he estado tratando de hacer. No por amabilidad, lastima o cualquier otro inĂştil sentimiento. Es por que de nada me sirve una Reina no apta. — Entiendo, hablas de un beneficio mutuo despuĂ©s de todo… Mi padre, ÂżQuĂ© tanto conociste a mi papá?— ÂżPor quĂ© me preguntas por Ă©l? — Mi padre los atacó… Yo quiero saberlo todo, quiero saber que sucediĂł en ese entonces. Quiero saber cĂłmo te volviste Rey y más sobre ti, si voy a ser una Reina no quiero ser una ignorante que crean que no te conoce de nada. Lance dejĂł la copa vacĂa sobre la mesa y seguidamente se levantĂł. — Está bien, hoy estoy de un excelente humor y solo por eso, te contarĂ© un poco~ — DecĂa el Rey Maitano poniĂ©ndose de pie. — Sin embargo, no será aquĂ. Vamos a la habitaciĂłn. "Debe decirlo por que alguien podrĂa escuchar" PensĂł la mujer Gorianita, quien ya habĂa terminado su merienda y se levantĂł siguiendo a ese Rey.••••••••••Dulce sema
— ÂżLance? Le buscĂł Virginia al salir y no ver a ese Rey en el dormitorio, dirigiĂ©ndose ella al anexo de la habitaciĂłn. Cuando ella abriĂł la puerta hacia la sala, ahĂ estaba ese hombre de cabello oscuro sentado en uno de los sofás individuales, tomando un poco de vino. — ÂżPor quĂ© no estás vestida aĂşn? — PreguntĂł Ă©l viĂ©ndo que ella llevaba la bata de baño. — Acabo de salir, pensĂ© que estabas en el dormitorio, Veo que tĂş ya estás en pijama… CreĂ que irĂas directo a la cama. — Mmm, ÂżEsperabas que hablemos en la cama? Por mĂ no hay ningĂşn problema, pero tĂş te alteras cada vez me tienes cerca. — ¡No me culpes! — ExclamĂł ella. — ÂżCĂłmo esperas que reaccione? TĂş has sido todo un tirano conmigo y ni siquiera te has disculpado por ello. Lo hacĂas por quĂ© creĂas odiarme, pero aunque ahora dices no hacerlo, sigues ignorando todo lo malo que me has hecho. — ExpresĂł Virginia avergonzada. Lance se sorprendiĂł, sin esperar un reclamo de su Reina. Él hizo un gesto pensativo apoyando los dedos