"Le eché" "Le dejé en la sala…"Pensaba Virginia sorprendida de su propio acto, sentada en la cama. ¿Fue muy exagerada? ¿Se dejó llevar por su enojo? Eran algunas preguntas que cruzaron por la mente de la joven extranjera, causando que ella se sintiera culpable. Virginia Wiztan exhaló y recostó su cabeza el la cómoda cama, ella cerró sus ojos intentando dormir… Sin embargo, solo unos segundos después, los abrió nuevamente. La mujer Gorianita se sentó sobre la cama. "No tiene caso…""¿Por qué tengo que ser así?""Me siento culpable" "No me siento nada bien y no me gusta nada estar así de incómoda" "Pero él comenzó" "Quiere matar a todo el mundo y esa no es la manera correcta de pensar" "Sangre y vidas perdidas, para alguien que dice que le importa mucho su Reino, necesita un poco más de calma en esas exageradas decisiones" "Aunque… No sea yo la mejor persona para juzgar las exageradas decisiones" Tras esos pensamientos, ella se levantó de la cama y se dirigió solo unos min
••••••••••12: 30 am. Virginia Wiztan se encontraba sentada frente a la mesa comedor, sus ojos azules posados en los platillos exquisitos y coloridos, sin embargo… Ella se encontraba pensativa. Tiana, quien estaba de pie en el sector derecho a unos metros de distancia, observaba a su Reina. La mujer soldado se sentía preocupada. "Desde que se enteró de la desaparición de esa concubina, ella ha estado bastante seria perdiéndose en sus pensamientos" "Debe cuidarse más. Después de todo no es nuestro problema que le pase a esa mujer, todo lo contrario, sería perfecto para la Reina si esa concubina busca separarse del Rey, aunque dudo mucho que ese sea el caso" Pensó la soldado pelirroja acercándose a la mesa. — Su majestad, disculpe mi interrupción, ¿No se encuentra bien? Virginia volvió a ver a Tiana. — No es nada, solo no tengo apetito. — Contestó Virginia cabizbaja. — El Rey me pidió que omita las prácticas de hoy… — Susurró Tiana acercándose a Virginia. — Pero podría guardar
••••••••••1: 00 pm. Los hermosos ojos dorados de ese Maitano veían con gran atención a la mujer recostada en esa cama de sábanas blancas. Alta, de un cabello rubio, lacio y largo; la mujer tenía sus ojos cerrados, aún estaba inconsciente. Ella que utilizaba una bata larga, blanca y de tirantes; tenía en su cuerpo vendajes y algunos raspones, golpes y heridas visibles, a pesar de que ya había sido limpiada por las sirvientas; el estado en el que estaba la concubina Abril Brown, era lamentable. ¿Quién le hizo eso? ¿Es un alocado plan de ella misma? ¿Buscaba llamar la atención ya que era la dulce semana? Eran algunas de las preguntas que se hacía así mismo ese Rey Maitano. Con su rostro serio y pensativo, no le quitaba la vista de encima a esa concubina inconsciente. El médico que había terminado de examinarla junto a sus dos asistentes, se alejó de la cama donde se encontraba la concubina rubia. — ¿Y bien, qué fue lo que le pasó? — Preguntó Lance de inmediato. — Su majestad,
— ¡Espera un momento! — Exclamó la Reina Virginia. — Sé que acepte y te dije que lo haré… Pero… — Ella se ruborizó sintiéndose avergonzada. — ¿Qué es exactamente lo que tengo que hacer? Lance se volvió a poner de pie, él sonrió viendo a ese Gorianita. — Ven conmigo. — Pidió dirigiéndose a la salida. Virginia asintió y le siguió de inmediato. …..Una vez los dos iban en el pasillo, seguidos a una distancia considerable por los guardias y el consejero del Rey. — Lance… — Susurró Virginia acercándose a ese alto hombre. Él posó sus ojos dorados en ella. — ¿Algún problema? — No… Es solo que me incómoda… Esos hombres siguiéndonos. Desde que estoy aquí he estado sola o con Tiana. — Tienes que acostumbrarte. Es probable que cada vez estés más rodeada de personas. Virginia asintió inconforme ante la respuesta de ese Rey. — Tú debes estar bastante acostumbrado a este ambiente, ¿No es así? — Continuaba ella hablando en un tono bajo de voz. — Creciste como único heredero al trono, aun
— Entre el Duque Brown, el Barón Allen Jones, Abril y el marqués Forsten… El que es más peligroso para ti es el último mencionado, sin duda alguna. — Continúo Lance hablando a su Reina. — No necesariamente por ser el más poderoso e inteligente, todo lo contrario, pero es el más atrevido y actúa rápido. Virginia guardó silencio, ella sintió su cuerpo ligeramente tembloroso. — Oh… Si… Él… Actúa rápido. — Decía ella recordando que hubiese muerto intoxicada con el polvo que él le dió anteriormente. "Mentiría si dijera que no tengo miedo" "Estoy aterrada… Cada vez todo se hace más real, más peligroso" "Todo apunta a mí, que soy la carnada y herramienta de este Rey" Pensaba ella dirigiéndose a la silla detrás de ese glamuroso escritorio.Lance se puso de pie, notando rápidamente que Virginia lucía bastante pálida e inquieta. Él se acercó a la joven Reina y le tomó
— Habla, ¿Qué sucedió? — Preguntó el Rey Lance sobre Abril al mensajero. — Su majestad, la concubina ha despertado, no deja de llorar y gritar por usted. Lance hizo una expresión de aburrimiento, para segundos después volver a ver a Virginia que estaba tras de él expectante de lo que sucedía. — Ven conmigo. — Pidió el Rey Maitano. — ¿Eh, yo? — Por supuesto que tú. — Respondió Lance tomándole de la mano. Virginia sintió una emoción causando un ritmo acelerado en su corazón. — Está bien. — Acató, caminando de la mano de ese alto hombre. "Hay una gran cantidad de sirvientes y guardias en los alrededores y también algunos siguiéndonos" "Supongo que fue esa la razón de que me pudiera ir con él" "Aparentar… Solo es por nuestra reputación… Si… Solo eso…" Pensó Virginia mientras sus ojos azules se posaban en ese Rey que caminaba a su lado. ••••••••••Solo unos minutos más tarde. En la habitación donde se estaba quedando Abril después de ser encontrada por Lance esa misma mañana
— ¡Oh! Casi lo olvido. — Comentó Virginia emocionada. Lance que había sacado su reloj de bolsillo viendo que ya tenía que volver a sus labores de la tarde, observó de reojo a su Reina. — ¿Qué ibas a olvidar? — Preguntó él curioso. — ¡Mi salón de pintura! — Exclamó ella alegre. — Ya soy libre, significa que puedo ir a verlo. — Es verdad. Puedes. — Afirmó él. — ¡Entonces iré de inmediato! Iré por Tiana y—Virginia quien ya se había soltado de la mano de Lance se apresuró a caminar, hasta que él la detuvo apoyando su mano en el hombro izquierdo de ella. — Espera, iré contigo. — ¿Eh? ¿Vendrás? El Rey Maitano asintió. — Sí. — Le contestó. — ¡Pero señor! — Exclamó el secretario principal metiéndose en la conversación de los Reyes. — Tiene mucho traba— El hombre rubio guardó silencio, al ver la mirada gélida que le dedicó Lance. El tragó en seco y desvío su mirada de la de su Rey. — No se preocupe mi Rey… Voy a ajustar su agenda. — Decía el secretario retirándose. — Todos usted
Lance no soportó más sentirse tan confundido por una joven como Virginia. Él se inclinó acercando su rostro al de ella, deteniéndose a pocos centímetros de distancia. Virginia abrió sus ojos de par en par sorprendida creyendo que él iba a besarla. La mujer Gorianita se ruborizó… Más no se alejó ni siquiera un poco de él. — ¿Estás segura que amas a ese hombre? — Preguntó el Rey Maitano descaradamente. — No pareces estar enamorada de él. — Añadió. — ¡Cómo puedes decir algo así! — Exclamó Virginia, ahora si, alejándose de él. — ¡No hables de mis sentimientos hacia el señor Jones! — Alzó la voz ella enfadada haciendo un puchero. — ¿Entonces, lo amas? — Preguntó él burlista. — ¡Sí! — Respondió ella de inmediato, molesta. — Jajaja~ — Comenzó a reír Lance a carcajadas. — ¿Tanto como una vez amaste a tu prometido, el marqués Ethan? Lo dejaste de inmediato apenas volviste a Gorian y a Allen "por su bien" le das la espalda por completo, quieres demostrar tu cariño, pero… Virginia Wiztan