…..1: 00 pm.En el salón del consejo Real en Maita. — ¡No puede su majestad! — Exclamó uno de los hombres. — Usted había dicho desde un principio que era solo una unión política para que Gorian bajara la guardia. — Es cierto, voto a favor de que no lo haga. — Habló otro. — Tampoco me parece correcto que nuestro Rey Maitano reconozca a una Gorianita como una propia Maitana de los Lamparth; al pueblo no le gustaría eso, odiamos a Gorian desde la muerte de la Reina Cassandra, ¿No ha escuchado mi Rey, todo lo que dicen en las calles sobre Gorian, eso en todo el Reino? ¡Lo aborrecen! Lance quien estaba sentado en su elegante silla y los veía a todos con aburrimiento, habló: — Nunca dije "¿Quieren que lo haga? Habrá una votación" Solo dije: "¿Qué opinan de eso?" Ya escuché sus opiniones, aún así, mi decisión es definitiva. Se comenzaron a ver expresiones de desacuerdo y desagrado entre los miembros presentes del consejo Maitano, algunos murmuraban entre sí negando con su cabeza. ¡PAM!
…..Una vez que el Barón Jones llevó al interior de una de las grandes tiendas de campamento al hombre misterioso que por sus rasgos físicos era obviamente un Maitano: — Así que eres un mensajero, ¿Esta es la bolsa que traías contigo? — Preguntó el Barón Jones, posando sus ojos marrones en ese hombre con aspecto desaliñado y de pueblerino. — Sí… — Respondió el hombre nervioso siendo retenido por dos de los soldados más confiables de Allen Jones. — Mmm, un par de prendas, agua, algunas frutas, pan y semillas… Oh, aquí… Un pergamino, ¿Es esto lo que querías entregarme? — Sí señor… — Decía él viendo asustado a ese hombre que sabía era de los más importantes bajo el mando del Rey Lance Lamparth. Allen comenzó a leer el pergamino. Una dirección y una fecha era todo lo que tenía en el, pero no cualquiera. Una en un pueblito cercano a la frontera con el Reino de Gorian. — ¿Quién te dio esto? — Preguntó Allen viendo con frialdad a ese pueblerino Maitano. — Llegó a mi casa por un mist
***************••••••••••*************** >>> Lance Lamparth: No esperaba mucho de ella, para ser completamente franco, no esperaba absolutamente nada. Virginia Wiztan. Es una mujer Gorianita de apariencia corriente entre las características físicas de su gente. Cuando supe de ella por primera vez, fue gracias a la descripción de Allen. >> La hija favorita y primogénita del Rey Jhonn tercero Wiztan <
Lance sonrió ante el pedido de su Reina. — No tienes que pedirme algo como eso; es lo que he estado tratando de hacer. No por amabilidad, lastima o cualquier otro inútil sentimiento. Es por que de nada me sirve una Reina no apta. — Entiendo, hablas de un beneficio mutuo después de todo… Mi padre, ¿Qué tanto conociste a mi papá?— ¿Por qué me preguntas por él? — Mi padre los atacó… Yo quiero saberlo todo, quiero saber que sucedió en ese entonces. Quiero saber cómo te volviste Rey y más sobre ti, si voy a ser una Reina no quiero ser una ignorante que crean que no te conoce de nada. Lance dejó la copa vacía sobre la mesa y seguidamente se levantó. — Está bien, hoy estoy de un excelente humor y solo por eso, te contaré un poco~ — Decía el Rey Maitano poniéndose de pie. — Sin embargo, no será aquí. Vamos a la habitación. "Debe decirlo por que alguien podría escuchar" Pensó la mujer Gorianita, quien ya había terminado su merienda y se levantó siguiendo a ese Rey.••••••••••Dulce sema
— ¿Lance? Le buscó Virginia al salir y no ver a ese Rey en el dormitorio, dirigiéndose ella al anexo de la habitación. Cuando ella abrió la puerta hacia la sala, ahí estaba ese hombre de cabello oscuro sentado en uno de los sofás individuales, tomando un poco de vino. — ¿Por qué no estás vestida aún? — Preguntó él viéndo que ella llevaba la bata de baño. — Acabo de salir, pensé que estabas en el dormitorio, Veo que tú ya estás en pijama… Creí que irías directo a la cama. — Mmm, ¿Esperabas que hablemos en la cama? Por mí no hay ningún problema, pero tú te alteras cada vez me tienes cerca. — ¡No me culpes! — Exclamó ella. — ¿Cómo esperas que reaccione? Tú has sido todo un tirano conmigo y ni siquiera te has disculpado por ello. Lo hacías por qué creías odiarme, pero aunque ahora dices no hacerlo, sigues ignorando todo lo malo que me has hecho. — Expresó Virginia avergonzada. Lance se sorprendió, sin esperar un reclamo de su Reina. Él hizo un gesto pensativo apoyando los dedos
"Le eché" "Le dejé en la sala…"Pensaba Virginia sorprendida de su propio acto, sentada en la cama. ¿Fue muy exagerada? ¿Se dejó llevar por su enojo? Eran algunas preguntas que cruzaron por la mente de la joven extranjera, causando que ella se sintiera culpable. Virginia Wiztan exhaló y recostó su cabeza el la cómoda cama, ella cerró sus ojos intentando dormir… Sin embargo, solo unos segundos después, los abrió nuevamente. La mujer Gorianita se sentó sobre la cama. "No tiene caso…""¿Por qué tengo que ser así?""Me siento culpable" "No me siento nada bien y no me gusta nada estar así de incómoda" "Pero él comenzó" "Quiere matar a todo el mundo y esa no es la manera correcta de pensar" "Sangre y vidas perdidas, para alguien que dice que le importa mucho su Reino, necesita un poco más de calma en esas exageradas decisiones" "Aunque… No sea yo la mejor persona para juzgar las exageradas decisiones" Tras esos pensamientos, ella se levantó de la cama y se dirigió solo unos min
••••••••••12: 30 am. Virginia Wiztan se encontraba sentada frente a la mesa comedor, sus ojos azules posados en los platillos exquisitos y coloridos, sin embargo… Ella se encontraba pensativa. Tiana, quien estaba de pie en el sector derecho a unos metros de distancia, observaba a su Reina. La mujer soldado se sentía preocupada. "Desde que se enteró de la desaparición de esa concubina, ella ha estado bastante seria perdiéndose en sus pensamientos" "Debe cuidarse más. Después de todo no es nuestro problema que le pase a esa mujer, todo lo contrario, sería perfecto para la Reina si esa concubina busca separarse del Rey, aunque dudo mucho que ese sea el caso" Pensó la soldado pelirroja acercándose a la mesa. — Su majestad, disculpe mi interrupción, ¿No se encuentra bien? Virginia volvió a ver a Tiana. — No es nada, solo no tengo apetito. — Contestó Virginia cabizbaja. — El Rey me pidió que omita las prácticas de hoy… — Susurró Tiana acercándose a Virginia. — Pero podría guardar
••••••••••1: 00 pm. Los hermosos ojos dorados de ese Maitano veían con gran atención a la mujer recostada en esa cama de sábanas blancas. Alta, de un cabello rubio, lacio y largo; la mujer tenía sus ojos cerrados, aún estaba inconsciente. Ella que utilizaba una bata larga, blanca y de tirantes; tenía en su cuerpo vendajes y algunos raspones, golpes y heridas visibles, a pesar de que ya había sido limpiada por las sirvientas; el estado en el que estaba la concubina Abril Brown, era lamentable. ¿Quién le hizo eso? ¿Es un alocado plan de ella misma? ¿Buscaba llamar la atención ya que era la dulce semana? Eran algunas de las preguntas que se hacía así mismo ese Rey Maitano. Con su rostro serio y pensativo, no le quitaba la vista de encima a esa concubina inconsciente. El médico que había terminado de examinarla junto a sus dos asistentes, se alejó de la cama donde se encontraba la concubina rubia. — ¿Y bien, qué fue lo que le pasó? — Preguntó Lance de inmediato. — Su majestad,