Cuando la Reina de Maita comenzó a leer la carta, la guardo de inmediato sorprendiéndose. — ¿Quién es el remitente su majestad? — Preguntó Tiana acercándose a la joven Gorianita. Virginia nerviosa negó rápidamente con la cabeza. — No es nadie de importancia. — Respondió ella mostrando una sonrisa llena de nerviosismo y caminando rápidamente hacia su modista. — Continuemos mi preparación. — Añadió. "¿Por qué esa extraña reacción?" Pensó Tiana curiosa. "¿Podría tratarse de… El barón?" "No, no hay manera que una carta de él haya llegado tan casualmente a no ser que tenga… Bueno… Si hay posibilidad, quizá tenga algún infiltrado, no, siendo el barón Jones, tiene muchas amistades en el castillo principal del Rey Lance" Pensó la soldado. ••••••••••Varías horas más tarde. En un hermoso y amplio jardín en los terrenos del ca
••••••••••— Su majestad, ¿La Reina no ha venido con usted? — Preguntó uno de los servidores del Rey. — No. — Respondió Lance tajante. — Ella debería haber venido. — Comentó el secretario Real. — Hoy se reanudarán las reuniones con el consejo y a partir de mañana una vez por semana se realizarán las audiencias con el pueblo. Según las leyes Maitanas, ella tiene que estar presente, ya que a diferencia de otros Reinos vecinos, siempre nos hemos caracterizado por darle un rol importante a nuestra soberana. — Sigue siendo una extranjera de una nación que hasta hace poco era enemiga a muerte. — Recalcó Lance. — Que se posponga su presencia hasta que termine sus estudios del Reino y haya pasado todas las pruebas básicas. — Entiendo, tiene razón su majestad… — Comentó él secretario de cabello rubio rizado. — Tomaré nota al respecto. — ¿El Márquez Sebastián Forsten se marchó del territorio Real? —
4: 30 pm. Tap, tap~ Sonaban las zapatillas de la Reina Virginia Wiztan, quien caminaba junto a su asistente y guarda espaldas de más confianza, Tiana. La mujer pelirroja vestida de soldado Real, veía preocupada a su Reina, que parecía estar inmersa en sus pensamientos. "Así que no es que esté realmente obligada a tener un hijo, pero es lo mejor si quiero mantener una firme posición en Maita como la Reina" "Sin embargo, el hecho de que deba hacerlo para que ese niño sea una herramienta, sin mencionar que puede que no nazca un niño y añadiendo el hecho de que no quiero que ese Rey me vuelva a tocar jamás y… Creo que él tampoco piensa hacerlo nunca" "Básicamente, un hijo para mí está descartado" Pensaba Virginia, cuando finalmente caminaba por un pasillo al aire libre y se dió cuenta que ya el cielo comenzaba a pintarse poco a poco de hermosos tonos naranjas. — ¿
— Señor Jones… Por mí usted ya ha cometido muchos errores… Usted ya ha sufrido consecuencias todo por ayudarme a mí, así que… por favor, siga su vida tranquilo, cásese con Lady Abigail y olvide por completo cualquier pasado que hemos tenido juntos… Por favor… La expresión de la Reina Virginia mientras decía aquellas palabras con un tono de voz tembloroso, era una seria. Ella intentaba mantener la compostura y verse bien ante ese atractivo Barón de cabello rubio claro. Sin embargo, él no le creyó. Allen Jones negó lentamente con su cabeza y volvió a acercarse a la Reina de Maita. — No te creo, simplemente no es algo que pueda hacer. Eres tan buena que quieres mi felicidad aún cuando te estás sacrificando a ti misma por el bien de tu nación e inclusive de mí vida… — No es así… Us- usted está muy equivocado… Virginia respondió titubeante y claramente intentaba negar lo que ante
— ¿La Reina? Es cierto… Todo esto comenzó por eso… La muerte de esa mujer… Cassandra Forsten. — Comentó Virginia cabizbaja. — Si tan solo mi padre no hubiera atacado a esa mujer… Si tan solo… — Lo hecho, hecho esta, no creo que nada cambie. — Aclaró Allen. — Aún con la muerte de Cassandra, Lance no hubiera atacado a Gorian si yo no le hubiera animado a vengarse, pero… Era mi mejor amigo y no quería verlo hundirse en depresión… Tenía que darle un motivo para continúar, pero no pensé que las consecuencias seguirían extendiéndose por tanto tiempo y yo me vería afectado en todo el proceso. Aunque supongo que, ¿Lo merezco no es así? — Sonrió él Barón Jones. Virginia asintió lentamente con una expresión decaída. "Claro que el señor Jones se lo merece" Pensó ella. "Por qué… Todo eso llevó a la destrucción de mi hogar… De mi familia… La muerte de miles de inocentes…" — ¡Su majestad! — Se escuchó a
6: 00 am. >> En Maita odian a las Reinas inútiles y poco capacitadas Las palabras dichas por su secretaria no salían de la cabeza de esa joven Reina de solo diecinueve años. Ella que estaba de pie en el exterior del castillo principal, veía como a la distancia el sol recién comenzaba a salir. Una mañana refrescante. A su lado también de pie se encontraba su guarda espaldas y asistente, la soldado Tiana. Virginia volvió a ver hacia esa amiga que había hecho en el Reino de Maita. — ¿El viaje será muy largo? — Preguntó la Reina. Tiana negó con su cabeza. — Su majestad llegará en la tarde al segundo pueblo al norte; ahí el Rey tiene una propiedad, se quedarán en esa casa a pasar la noche. Al día siguiente a medio día ya estarían en el pueblo de Luterd del Norte. Esta cerca de la frontera y dentro del territorio del Márquez… Forsten…
6: 00 pm. El cielo veraniego se pintaba de los colores del atardecer, las farolas comenzaban a iluminarse en ese pueblo dentro de Maita, territorio bajo el poderío del ducado Brown. Un hombre alto vestido con una capa oscura bajó de un caballo marrón frente al enorme portón. El hombre se quitó su capa, mostrando su fina vestimenta de color verde musgo. — ¿Lo puedo ayudar en algo señor? — Preguntó el portero apenas vió a ese personaje del otro lado del portón. — Sí. Una simple respuesta de ese hombre, él sacó del bolsillo de su abrigo largo, una placa mostrando la misma al guardián. Cuando el portero la vió, de un inmediato sacó sus llaves abriendo el portón. CLANK~ Una vez la puerta fue abierta, el hombre ingresó junto a su caballo, el cual dejó al cuidado de uno de los hombres que le recibieron en el exterior de la mansión. •••••
— No será así, lo sabe bien Barón Jones, esa niña parecía estar perdidamente enamorada de usted en la fiesta de compromiso. — Comentó él duque Brown sobre Abigail Haltón. — Usted mismo lo ha dicho, es solo una niña, ella cree que tiene su futuro asegurado con el barón que es "la mano derecha del Rey" pero no es así. Si Lance viera que no me interesa y la trato mal, la vida de ella correrá peligro, por qué a sus ojos, ella será inservible para él vengarse de mí. El duque reaccionó sorprendido, para después llevar sus dedos enguantados a su barba en señal pensativa. — Lance… — Continúo hablando el Barón Jones. — Él quiere que yo trate bien a Abigail, que sufra mientras la trato bien, teniendo a Virginia enfrente… Eso es lo que él quiere, la pobre señorita Haltón es solo una herramienta que va a ser desechada cruelmente si él ve que no me importa. — ¿Pero no cree que haciendo eso solo baila en la palma de la mano del Rey