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Lea observa a Damián con las cejas arrugadas, ni siquiera está interesada en saber de que habla ya que está furiosa con él porque no respeta el acuerdo, hasta donde ella sabe tienen un acuerdo y aunque no han discutido las clausulas deduce que por lo menos debe haber un poco de respeto.— ¡Está bien, lo siento! – expone con gesto disimulado para que Lea no note que se ha puesto en evidencia —. Creo que ya estamos sobre la hora – le sonríe con nerviosismo.— Claro, vamos – intenta tomarla de la mano — ¡no! Idiota, no me toques – sonríe para sus adentros descubriendo que si esta celosa es porque le ha afectado su comportamiento vengativo y visceral.— ¿Esa rabia son celos querida Lea? – la provoca y ella gruñe.— No me siento en condiciones de responderte porque en el momento que me ofreciste esto ¡lo que sea que fuese! – grita y todos alrededor los miran, no puede evitar sonreír orgulloso —. Habría un poco de respeto entre nosotros por lo menos – manotea la enorme mano que intenta
Se oyen aplausos y carcajadas de alegría – o por lo menos es lo que se deja entrever – de los integrantes y socios importantes de la empresa. La madre de Damián mira a Gretta con una sonrisa de disculpa y ella le devuelve un gesto malhumorado, pero guarda la compostura. Damián y Lea toman asiento mientras Paula acapara toda la atención de la chica hablando de trivialidades. El vestido, el cabello también de su sobrio maquillaje y el hecho de que tiene una boca preciosa aun sin maquillaje.— Damián me ha dicho que no le agrada el labial – miente descaradamente y él le hace un guiño a su cuñada.— De ese modo puedo robarle los besos y nadie se percata de ello – sus ojos demuestran la picardía que hay detrás de sus palabras.— ¡Que extraño! – Gretta pone los ojos en blanco — creo recordar que lo más llamativo para ti eran mis labios rojo sangre – Damián la observa como si fuese una bruja y lo quisiera convertir en sapo.— Tus labios son muy finos Gretta – contrataca evitando que Lea
Gretta mira la escena con mal humor, los celos la carcomen y lo que más quiere es deshacerse de la castaña para quedarse con el premio gordo que es Damián. Respira profundo al ver el mimo con el que habla de ella, de Lea mientras ella solo fue un deseo pasajero, un momento de pasión en su vida…Pero ella tiene unos videos que muestran perfectamente lo que Damián sentía en esos momentos de lujuria y pasión, y ella los va a usar en contra de esa mosca que se ha parado en su alimento o más bien en su… ¡uf!— ¡Lea cariño, bienvenida a la familia! – la madre de Damián se encuentra bastante achispada — me alegra que Damián te haya encontrado ¡donde no lo sé, pero me alegro! – levanta una copa que tiene en la mano medio vacía.— Madre, deberías bajarle al licor – susurra un Damián preocupado porque su madre no toma —, no es costumbre de tu parte – Lea llama su atención y él la mira a los ojos.— ¡Déjala mi amor! – él alza las cejas — ¿no ves que se siente feliz con lo nuestro? – aprovech
Le creyó todo, cada palabra que dijo delante de las personas sentadas a la mesa del lujoso restaurante. Siente su corazón latir furioso, su pecho arder cuando lo que desea es gritar con fuerza, pero cada palabra se queda atorada en su pobre garganta que duele profundamente como si se tragara espinas o peor aun… una daga afilada de ambos lados.¡Ella creyó cada palabra, cada letra!Y ahora el dolor la sobrepasa, lo que menos quiere es permanecer en ese sitio, pero parece que mientras más corre menos llegará a la salida. Los gritos del engañador revuelven el cúmulo de emociones y entonces por fin el llanto da rienda suelta a las lágrimas que empañan su vista y chocha con un cuerpo duro, se precipita de espaldas al piso sin detener la caída. Sus manos alrededor del pequeño bolso apretando contra su pecho el teléfono que le dio la mala noticia de que no se debió ilusionar por segunda vez ya que el amor ¡señoras y señores… apesta!— ¿Te encuentras bien pequeñita? – sube la vista buscando l
Damián aprieta los ojos al percibir la luz en la cara, se mueve un poco entre las sábanas notando que la misma roza su cuerpo desnudo, se tensa. No sabe donde se encuentra y al sentarse de súbito el mareo y dolo de cabeza hacen que gima fuerte.“Lea”, es su primer pensamiento y su corazón se arruga por lo que le hizo ayer.— ¡Mierda! – sujeta la cabeza entre sus grandes manos — ¿dónde coño estoy? – intenta de bajar de la cama y descubre su desnudez… completa.Trata de recordar lo que pasó anoche y por qué se encuentra en este lugar que definitivamente no es su ático y mucho menos su casa materna. Se irgue al escuchar el tarareo de una mujer y arruga el entrecejo recibiendo una descarga de dolor en la cabeza de nuevo. Ya se está asustando, pero en el momento que pretende bajar de la cama a expensas de caer al piso reconoce el aroma de un perfume caro, un perfume que desde su primer encuentro con Lea Ferrero dejó de serle agradable… Gretta. En ese momento se abre la puerta de la habita
Lea Ferrero lloraba desconsolada ante la cruel noticia dada por el médico de que su pobre madre sufría una enfermedad incurable. Desdichada y sin dinero, con apenas unos cuantos pesos que llevaba en el bolsillo para completar un costoso tratamiento en el hospital donde yacía la mujer que le dio la vida y la que, aunque sola pudo llevarla a la edad de dieciocho años sin padre y sin que la familia le ayudara.Tan solo su abuela había velado por ellas en este momento que era la progenitora de su madre.— Tranquila mi amor, saldremos de esta – la mujer mayor le sonrió con dulzura — siempre lo hacemos ¿o no? – ella asintió, pero en ese momento decidió con un dolor profundo dejar los estudios y buscar un trabajo ya que su madre necesitaba más dinero que inteligencia o preparación de parte de ella.Salió a diario en busca de empleo en más de los meses programados y halló en un pequeño restaurante lavando trastos, su compañero de trabajo quien le encontró la vacante y siempre había estado e
— ¡Eres un desgraciado! – la mano femenina impacta el rostro del farsante — Después de todo lo que he hecho por ti, sacarte del hoyo en el que te encontrabas y de paso ayudarte a salir de un pueblucho para que me hagas esto – grita Lea luego de haberlo abofeteado por segunda vez como si su rostro fuera una pera de boxeo — ¡lárgate de mi casa! y llévatela a ella también antes de que los lance a ambos por el maldito balcón ¡par degenerados! – tira de la colcha para que salga de la cama y el infeliz cae al piso despatarrado.— ¡Cariño cálmate por favor! – suplica el engañador.Los ojos de Lea se desorbitan cuando la llama de ese modo y sale de la pequeña habitación hacia la cocina en busca de un recipiente con agua fría para darle su merecido, al regresar los baña a ambos y los gritos son casi de terror.— ¡Largo! – les lanza la cubeta vacía y golpea a la chica.— ¡Pero cálmate, eres una loca!! – protesta su supuesta amiga con rostro enrojecido.— ¡¿Loca?! – levanta la mirada llen
Arrogante, presumido, sinvergüenza, mujeriego y vago a pesar de haberse graduado con honores de Harvard en leyes, haber sido el mejor de la clase y más querido por las féminas se ha dedicado a disfrutar – más bien se ha aprovechado – de la fortuna de su abuelo el cual hoy día lo zarandea con la condición de que se busque una mujer para que le dé nietos ya que necesita herederos que valgan la pena, tratando a Damián de holgazán y desfachatado siendo el menor de sus hijos ya que el padre del mismo lo dejó abandonado y su hija pagó el precio.Observa la chica que bebe como un vikingo en la barra vistiendo un atuendo bastante barato y horroroso a su parecer, pero decide acercarse y probar suerte ya que se siente aburrido de las mujeres que frecuenta normalmente. Su elegancia al caminar se confunde con un felino salvaje de movimientos controlados, un autocontrol que parece de mentira cuando desata su furia ante cualquiera que ofenda sus intereses.— ¡Largo! – dice la chica y aun no llega