— Damián por favor, sin amenazas – gira a ver a su padre.— Escúchame bien Derek McGüire – señala sin un ápice de respeto — la biología que nos une no es suficiente como para que me des órdenes y menos si se trata de Lea ¿entiendes? – sube el tono sin miramientos — ¡mí Lea! Agradecería te mantuvieras al margen de este caso, no te creas mi padre porque definitivamente no lo eres – observa de nuevo al doctor que no se amedrenta, pero se ha mosqueado —, ahora si me lo permites quiero entender lo que el doctor dice porque a causa de una pequeña crisis de náuseas no escuché una m****a – ambos hombres toman una respiración profunda: Derek resignado a que su hijo no lo acepte y el doctor ante la voz amenazante del sujeto enorme fuera de control que tiene enfrente.— Está bien, pero necesito que me preste mucha atención porque su nexo es muy íntimo con la paciente e incluso con la criatura ya que usted tiene los síntomas del embarazo – Damián se recuesta al espaldar de la silla donde se hall
Damián se halla prácticamente hiperventilando, una vez que se subió al avión privado de la familia Del Toro, supo que era una mala idea, pero ya lo había hablado incluso con su abuelo que lo felicitó por la iniciativa. En este momento sus manos sudan y transpira como cerdo a mitad del desierto.— ¡Calma, calma, calma! – se dice a sí mismo mientras la azafata se le insinúa de todas las formas posibles y él ni lo nota.— Si necesita algo no dude en llamarme Sr. Del Toro – sube la vista hacia la mujer “rubia” con cuerpo de infarto y casi pone los ojos en blanco entre la sudoración y el mal recuerdo de Gretta lastimando a Lea., niega frustrado.— Está bien, me voy entonces – la chica camina hacia la cabina de descanso abrigando la esperanza de que su jefe juguetee con ella como lo ha hecho en otras ocasiones.Pero Damián en este momento solo tiene cabeza ¡pero qué demonios! No tiene cabeza ni siquiera para preparar algún discurs
Damián hace su entrada sorprendiendo a las tres mujeres sentadas en un amplio y lujoso sofá de tres puestos, los tres pares de ojos femeninos se agrandan desmesuradamente haciendo que se sienta un poco incómodo, incluso cuando discierne las expresiones de susto de las dos damas que no son su familia. Entonces hace lo que mejor sabe: sonreír encantador como si fuese el príncipe de un cuento de hadas ya que de cualquier manera debe hacerse dueño de la desconcertante situación.Su tía Corina salta del cómodo asiento donde se encentra casi tirando la taza con el delicioso té que está degustando para abrazar a su sobrino favorito mostrando una expresión de igual sorpresa aunque su hermano (Mauricio Del Toro) ya le ha puesto sobre aviso acerca de la visita de Damián a Madrid junto la dolorosa razón.Agradece que su tía Corina, quien es a su parecer la persona más amable, buena y amorosa del mundo lo acompañe en este momento ya que él mismo se aprecia de ignorante para distribuir malas notic
Lea Ferrero lloraba desconsolada ante la cruel noticia dada por el médico de que su pobre madre sufría una enfermedad incurable. Desdichada y sin dinero, con apenas unos cuantos pesos que llevaba en el bolsillo para completar un costoso tratamiento en el hospital donde yacía la mujer que le dio la vida y la que, aunque sola pudo llevarla a la edad de dieciocho años sin padre y sin que la familia le ayudara.Tan solo su abuela había velado por ellas en este momento que era la progenitora de su madre.— Tranquila mi amor, saldremos de esta – la mujer mayor le sonrió con dulzura — siempre lo hacemos ¿o no? – ella asintió, pero en ese momento decidió con un dolor profundo dejar los estudios y buscar un trabajo ya que su madre necesitaba más dinero que inteligencia o preparación de parte de ella.Salió a diario en busca de empleo en más de los meses programados y halló en un pequeño restaurante lavando trastos, su compañero de trabajo quien le encontró la vacante y siempre había estado e
— ¡Eres un desgraciado! – la mano femenina impacta el rostro del farsante — Después de todo lo que he hecho por ti, sacarte del hoyo en el que te encontrabas y de paso ayudarte a salir de un pueblucho para que me hagas esto – grita Lea luego de haberlo abofeteado por segunda vez como si su rostro fuera una pera de boxeo — ¡lárgate de mi casa! y llévatela a ella también antes de que los lance a ambos por el maldito balcón ¡par degenerados! – tira de la colcha para que salga de la cama y el infeliz cae al piso despatarrado.— ¡Cariño cálmate por favor! – suplica el engañador.Los ojos de Lea se desorbitan cuando la llama de ese modo y sale de la pequeña habitación hacia la cocina en busca de un recipiente con agua fría para darle su merecido, al regresar los baña a ambos y los gritos son casi de terror.— ¡Largo! – les lanza la cubeta vacía y golpea a la chica.— ¡Pero cálmate, eres una loca!! – protesta su supuesta amiga con rostro enrojecido.— ¡¿Loca?! – levanta la mirada llen
Arrogante, presumido, sinvergüenza, mujeriego y vago a pesar de haberse graduado con honores de Harvard en leyes, haber sido el mejor de la clase y más querido por las féminas se ha dedicado a disfrutar – más bien se ha aprovechado – de la fortuna de su abuelo el cual hoy día lo zarandea con la condición de que se busque una mujer para que le dé nietos ya que necesita herederos que valgan la pena, tratando a Damián de holgazán y desfachatado siendo el menor de sus hijos ya que el padre del mismo lo dejó abandonado y su hija pagó el precio.Observa la chica que bebe como un vikingo en la barra vistiendo un atuendo bastante barato y horroroso a su parecer, pero decide acercarse y probar suerte ya que se siente aburrido de las mujeres que frecuenta normalmente. Su elegancia al caminar se confunde con un felino salvaje de movimientos controlados, un autocontrol que parece de mentira cuando desata su furia ante cualquiera que ofenda sus intereses.— ¡Largo! – dice la chica y aun no llega
Damián mira la chica que duerme plácidamente la mona en la cama que reserva como picadero en el pequeño hotel que le pertenece a su familia paterna. Consciente de que es una mala idea pretende seguir con el juego de roles de la noche anterior, suspira resignado a que si no da el paso se quedará en la calle ya que el hombre que lo crió le aseguró la última vez – muy decidido por cierto – que no tocará un céntimo más de la herencia si no le daba un nieto., repite en su mente con amargura.La noche anterior estuvo plena de delicias y placeres que lo llevan a pensar en que es la candidata perfecta, solo tiene que trabajar un poco – más bien mucho – en su estilo personal y cambiar algunas cosas o mejor cambiarlas todas porque hasta su manera de hablar es horrenda aunque tiene un encanto natural que sin duda conquistaría su corazón, de tener alguno por supuesto.— ¿Pasarás el día mirándome desde la puerta del baño Sr. Desconocido? – expresa la chic
— ¡Srta. Ferrero a mi oficina! – traga el grueso nudo que se le hace en la garganta.A pesar de haber hecho todo casi a la velocidad de la luz, su esfuerzo no trajo frutos ya que llegó a la oficina diez minutos tarde, de no haber sido por el retraso del “millón de dólares” habría llegado a tiempo, ahora con la mala cara que ostenta su desagradable y nauseabundo jefe no se augura un buen presagio. Solo espera que el regaño no sea tan fuerte como para que sus compañeros – o malos compañeros – se burlen de ella como acostumbran.— Enseguida jefe – sonríe encantadora ante la cara de piedra que él le devuelve.— Es ahora ¿o solo quiere tomar diez minutos más? – aprieta la mandíbula mordiéndose la lengua para no cometer ninguna imprudencia.Ya se gastó el dinero del alquiler en el bar y necesita un préstamo para evitar un desalojo formal ya que se ha atrasado en los últimos tres meses de pago.— ¡Sí señor! – lo sigue obediente a la oficina.— Esta es la tercera vez que llega tarde en e