Por aquí les dejo este cpítulo preciosuras. Lean, voten y comenten para animarme a seguir....
Le creyó todo, cada palabra que dijo delante de las personas sentadas a la mesa del lujoso restaurante. Siente su corazón latir furioso, su pecho arder cuando lo que desea es gritar con fuerza, pero cada palabra se queda atorada en su pobre garganta que duele profundamente como si se tragara espinas o peor aun… una daga afilada de ambos lados.¡Ella creyó cada palabra, cada letra!Y ahora el dolor la sobrepasa, lo que menos quiere es permanecer en ese sitio, pero parece que mientras más corre menos llegará a la salida. Los gritos del engañador revuelven el cúmulo de emociones y entonces por fin el llanto da rienda suelta a las lágrimas que empañan su vista y chocha con un cuerpo duro, se precipita de espaldas al piso sin detener la caída. Sus manos alrededor del pequeño bolso apretando contra su pecho el teléfono que le dio la mala noticia de que no se debió ilusionar por segunda vez ya que el amor ¡señoras y señores… apesta!— ¿Te encuentras bien pequeñita? – sube la vista buscando l
Damián aprieta los ojos al percibir la luz en la cara, se mueve un poco entre las sábanas notando que la misma roza su cuerpo desnudo, se tensa. No sabe donde se encuentra y al sentarse de súbito el mareo y dolo de cabeza hacen que gima fuerte.“Lea”, es su primer pensamiento y su corazón se arruga por lo que le hizo ayer.— ¡Mierda! – sujeta la cabeza entre sus grandes manos — ¿dónde coño estoy? – intenta de bajar de la cama y descubre su desnudez… completa.Trata de recordar lo que pasó anoche y por qué se encuentra en este lugar que definitivamente no es su ático y mucho menos su casa materna. Se irgue al escuchar el tarareo de una mujer y arruga el entrecejo recibiendo una descarga de dolor en la cabeza de nuevo. Ya se está asustando, pero en el momento que pretende bajar de la cama a expensas de caer al piso reconoce el aroma de un perfume caro, un perfume que desde su primer encuentro con Lea Ferrero dejó de serle agradable… Gretta. En ese momento se abre la puerta de la habita
Lea Ferrero lloraba desconsolada ante la cruel noticia dada por el médico de que su pobre madre sufría una enfermedad incurable. Desdichada y sin dinero, con apenas unos cuantos pesos que llevaba en el bolsillo para completar un costoso tratamiento en el hospital donde yacía la mujer que le dio la vida y la que, aunque sola pudo llevarla a la edad de dieciocho años sin padre y sin que la familia le ayudara.Tan solo su abuela había velado por ellas en este momento que era la progenitora de su madre.— Tranquila mi amor, saldremos de esta – la mujer mayor le sonrió con dulzura — siempre lo hacemos ¿o no? – ella asintió, pero en ese momento decidió con un dolor profundo dejar los estudios y buscar un trabajo ya que su madre necesitaba más dinero que inteligencia o preparación de parte de ella.Salió a diario en busca de empleo en más de los meses programados y halló en un pequeño restaurante lavando trastos, su compañero de trabajo quien le encontró la vacante y siempre había estado e
— ¡Eres un desgraciado! – la mano femenina impacta el rostro del farsante — Después de todo lo que he hecho por ti, sacarte del hoyo en el que te encontrabas y de paso ayudarte a salir de un pueblucho para que me hagas esto – grita Lea luego de haberlo abofeteado por segunda vez como si su rostro fuera una pera de boxeo — ¡lárgate de mi casa! y llévatela a ella también antes de que los lance a ambos por el maldito balcón ¡par degenerados! – tira de la colcha para que salga de la cama y el infeliz cae al piso despatarrado.— ¡Cariño cálmate por favor! – suplica el engañador.Los ojos de Lea se desorbitan cuando la llama de ese modo y sale de la pequeña habitación hacia la cocina en busca de un recipiente con agua fría para darle su merecido, al regresar los baña a ambos y los gritos son casi de terror.— ¡Largo! – les lanza la cubeta vacía y golpea a la chica.— ¡Pero cálmate, eres una loca!! – protesta su supuesta amiga con rostro enrojecido.— ¡¿Loca?! – levanta la mirada llen
Arrogante, presumido, sinvergüenza, mujeriego y vago a pesar de haberse graduado con honores de Harvard en leyes, haber sido el mejor de la clase y más querido por las féminas se ha dedicado a disfrutar – más bien se ha aprovechado – de la fortuna de su abuelo el cual hoy día lo zarandea con la condición de que se busque una mujer para que le dé nietos ya que necesita herederos que valgan la pena, tratando a Damián de holgazán y desfachatado siendo el menor de sus hijos ya que el padre del mismo lo dejó abandonado y su hija pagó el precio.Observa la chica que bebe como un vikingo en la barra vistiendo un atuendo bastante barato y horroroso a su parecer, pero decide acercarse y probar suerte ya que se siente aburrido de las mujeres que frecuenta normalmente. Su elegancia al caminar se confunde con un felino salvaje de movimientos controlados, un autocontrol que parece de mentira cuando desata su furia ante cualquiera que ofenda sus intereses.— ¡Largo! – dice la chica y aun no llega
Damián mira la chica que duerme plácidamente la mona en la cama que reserva como picadero en el pequeño hotel que le pertenece a su familia paterna. Consciente de que es una mala idea pretende seguir con el juego de roles de la noche anterior, suspira resignado a que si no da el paso se quedará en la calle ya que el hombre que lo crió le aseguró la última vez – muy decidido por cierto – que no tocará un céntimo más de la herencia si no le daba un nieto., repite en su mente con amargura.La noche anterior estuvo plena de delicias y placeres que lo llevan a pensar en que es la candidata perfecta, solo tiene que trabajar un poco – más bien mucho – en su estilo personal y cambiar algunas cosas o mejor cambiarlas todas porque hasta su manera de hablar es horrenda aunque tiene un encanto natural que sin duda conquistaría su corazón, de tener alguno por supuesto.— ¿Pasarás el día mirándome desde la puerta del baño Sr. Desconocido? – expresa la chic
— ¡Srta. Ferrero a mi oficina! – traga el grueso nudo que se le hace en la garganta.A pesar de haber hecho todo casi a la velocidad de la luz, su esfuerzo no trajo frutos ya que llegó a la oficina diez minutos tarde, de no haber sido por el retraso del “millón de dólares” habría llegado a tiempo, ahora con la mala cara que ostenta su desagradable y nauseabundo jefe no se augura un buen presagio. Solo espera que el regaño no sea tan fuerte como para que sus compañeros – o malos compañeros – se burlen de ella como acostumbran.— Enseguida jefe – sonríe encantadora ante la cara de piedra que él le devuelve.— Es ahora ¿o solo quiere tomar diez minutos más? – aprieta la mandíbula mordiéndose la lengua para no cometer ninguna imprudencia.Ya se gastó el dinero del alquiler en el bar y necesita un préstamo para evitar un desalojo formal ya que se ha atrasado en los últimos tres meses de pago.— ¡Sí señor! – lo sigue obediente a la oficina.— Esta es la tercera vez que llega tarde en e
La mañana de Damián Del Toro se ha pasado lento entre libros de contabilidad, se siente desesperado ante la posibilidad de que el hombre que lo crió lo deje de patitas en la calle, ese que lo obliga a estar día tras día detrás de un escritorio leyendo libros que a su parecer se encuentran escritos en letras chinas ya que luego de su graduación dijo que se tomaría un año sabático y en realidad fueron casi ocho.— ¡Jesús, apenas dan las nueve de la mañana! – mece su cabello despeinándose por completo —. Esta situación esta acabando con mis nervios el abuelo presionando, la empresa de la cual no se una mierda y mi billetera vacía me someten a un estrés casi post traumático. Necesito hallar la solución a esto ¡y rápido antes que colapse!, señala una vocecita en su cabeza.Se burla de su yo interno tratando de darle ánimo y resulta que no solo se encuentra desanimado sino austero y con los bolsillos vacíos en este momento.— Sr. Del Toro tiene una