Por aquí les dejo este cpítulo preciosuras. Lean, voten y comenten para animarme a seguir....
Le creyó todo, cada palabra que dijo delante de las personas sentadas a la mesa del lujoso restaurante. Siente su corazón latir furioso, su pecho arder cuando lo que desea es gritar con fuerza, pero cada palabra se queda atorada en su pobre garganta que duele profundamente como si se tragara espinas o peor aun… una daga afilada de ambos lados.¡Ella creyó cada palabra, cada letra!Y ahora el dolor la sobrepasa, lo que menos quiere es permanecer en ese sitio, pero parece que mientras más corre menos llegará a la salida. Los gritos del engañador revuelven el cúmulo de emociones y entonces por fin el llanto da rienda suelta a las lágrimas que empañan su vista y chocha con un cuerpo duro, se precipita de espaldas al piso sin detener la caída. Sus manos alrededor del pequeño bolso apretando contra su pecho el teléfono que le dio la mala noticia de que no se debió ilusionar por segunda vez ya que el amor ¡señoras y señores… apesta!— ¿Te encuentras bien pequeñita? – sube la vista buscando l
Damián aprieta los ojos al percibir la luz en la cara, se mueve un poco entre las sábanas notando que la misma roza su cuerpo desnudo, se tensa. No sabe donde se encuentra y al sentarse de súbito el mareo y dolo de cabeza hacen que gima fuerte.“Lea”, es su primer pensamiento y su corazón se arruga por lo que le hizo ayer.— ¡Mierda! – sujeta la cabeza entre sus grandes manos — ¿dónde coño estoy? – intenta de bajar de la cama y descubre su desnudez… completa.Trata de recordar lo que pasó anoche y por qué se encuentra en este lugar que definitivamente no es su ático y mucho menos su casa materna. Se irgue al escuchar el tarareo de una mujer y arruga el entrecejo recibiendo una descarga de dolor en la cabeza de nuevo. Ya se está asustando, pero en el momento que pretende bajar de la cama a expensas de caer al piso reconoce el aroma de un perfume caro, un perfume que desde su primer encuentro con Lea Ferrero dejó de serle agradable… Gretta. En ese momento se abre la puerta de la habita
Los sollozos de Lea llenan la sala del ático que le compró Damián y donde se encuentra completamente sola.Los acontecimientos del día anterior la azotan como si fuera un látigo entrelazando los más profundos sentimientos entorno a la tristeza que siente porque él terminó con una relación que apenas comenzaba y que está segura de que también Damián consideraba como algo posible, pero ahora teme por su futuro que se le hace incierto sin él. Damián…Piensa que todo lo vivido junto a él – aunque fue poco – tiene significado, sobre todo sus últimas palabras en el restaurante defendiéndola de Gretta, no entiende su reacción ya que tendría que ser ella la molesta por el video que llegó a su móvil de él haciendo eso… con esa mujer desagradable y mala.— ¿Cómo pudo relacionarse con ella si me dijo que…? – piensa un poco arrugando el entrecejo — ¿qué dijo, Lea? – resopla con enojo —. Nunca dijo nada o no recuerdo si lo dijo, pero no importa – cierra los ojos resignada — él escogió abandonarme
El hombre la mira de manera maliciosa y sonríe igual. Lea da unos pasos atrás con la respiración desaforada, no hay que ser muy inteligente para deducir lo que quiere a hacer ese hombre cuando apaga el motor del auto. Obliga a sus pies a obedecerle y comienza una carrera entre el gentío sin mirar atrás, tropieza y casi cae entre la turba con la suerte de ser atrapada por un joven de cabello oscuro ensortijado y ojos marrón oscuro, muy expresivos que le sonríe y ella lo hace de vuelta con nerviosismo. Se zafa de los brazos del desconocido y pronuncia un “gracias” sin voz y él asiente. Corre de nuevo.Cansada, se detiene mirando hacia todos lados buscando no solo al hombre que la asustó sino un lugar donde esconderse. Hay muchas partes donde ir, pero ella no conoce mucho esta parte de la isla entonces… se siente perdida.— ¡Calma, calma, calma! – se dice a sí misma tratando de aplacar el miedo —. Debo buscar un sitio público donde entrar – observa la hilera de aparadores y se golpea la
El teléfono de Gretta suena y al mirar la pantalla respira profundo. Se encuentra en el balcón de la casa junto a Damián, esperando que lleguen su madre y Mauricio ya que Mildred se encuentra hecha un mar de lágrimas ante la “situación embarazosa” en la cual encontró a su hija con el susodicho. La mujer llora como si se le hubiese muerto un familiar muy cercano y en su diatriba asegura que si su amado difunto esposo estuviese vivo (el cual murió solo en el cuarto que funciona como ático actualmente ya que ninguna de las dos sentía amor por él), esto n0o habría sucedido.— ¿Qué pensarán nuestras amistades Damián? – él aludido mantiene los ojos cerrados ante los gritos de la mujer mayor ya que el dolor de cabeza se hace más intenso cada vez — ¿te das cuenta acaso de la gravedad de este asusto? – lloriquea como si su hija tuviese quince años en lugar de veintiocho.— ¡Mamá por favor cálmate! – regaña Gretta haciendo un esfuerzo sobre humano para no poner los ojos en blanco ante el dra
Lea cae en los brazos de Paula y llora, llora desconsolada por su infortunio y por la felicidad que siente en este momento al encontrarla, ella, Paula es como una brisa fresca en medio del calor que la asfixia y una especie de bálsamo para el dolor que siente. Sabe que la consolará y eso, no solventará sus problemas, pero le ayudará a hacerlos mucho más llevaderos. Paula la aprieta contra su pecho en una actitud no solo protectora sino cariñosa tratando de que ese gesto la consuele, pero Lea lleva acumulado el dolor, la angustia y el miedo, lo que le hace imposible dejar de llorar. Sin embargo no todo ese llanto es de sufrimiento también de sus bellos ojos brotan lágrimas de felicidad por haberla encontrado. Lo que espera es que no le de la espalda y que ese abrazo que siente tan fraternal sea de mentira ya que su “supuesta amiga” de la infancia: Sara, la ha ignorado por completo. — Mi niña, si continúas llorando de ese modo tendré que llamar una ambulancia – expone la hermosa mujer
Gretta tiene muchas ganas de lanzar el teléfono por la ventana de la habitación donde se encuentra recluida su madre. El plan va según lo acordado, pero al saber que Andrés no ha podido llevarse a Lea su paciencia la traiciona y quiere gritar, sin embargo guarda con mucha dificultad la compostura frente a Mariah que gime al lado de Mildred leyendo un pasaje de la biblia.La chica (ya no tan chica) grosera pone los ojos en blanco ya que sabe perfectamente que su madre está fingiendo absolutamente cada síntoma ya que es una actriz frustrada.— Me gustaría saber qué fue lo que sucedió para que Mildred llegara a este estado – mira a Gretta que hace una mueca de falso arrepentimiento.— Mariah, sabes perfectamente del respeto que le tengo a la familia Del Toro – la mujer mayor asiente con una sonrisa, extiende la mano hacia la arpía —, pero también es de tu conocimiento mi amor por Damián – el rostro de Gretta es todo vergüenza —, ayer cuando paso lo que pasó en el restaurante, en la noc
Lea degusta con emoción los alimentos servidos en la gran mesa del suntuoso restaurante donde se encuentra acompañada de Paula que es más un ángel de la guarda para ella que cualquier cosa, las mujeres a su alrededor la miran como si fuese un extraterrestre ya que ordenó de todo un poco: pollo al queso, salmón ahumado con patatas fritas, carne magra y ensalada césar para acompañarlo todo con un litro de gaseosa.Dados los acontecimientos del día anterior casi no comió nada y anoche igual que esta mañana solo probó un poco de café muy azucarado. La panza le dolía y sentía mucha debilidad porque su cuerpo ya le estaba pidiendo alimento. una de las mujeres (la que tiene al lado derecho ya que Paula se encuentra mirando el teléfono del lado izquierdo) la exhorta.— Creo que con todo eso engordarás… querida – Lea levanta la cara del plato con un poco de salsa en los labios —, deberías… comer un poco más balanceado – la mujer le pasa una servilleta con poco más que asco para que se asee la