Disfruten de este capítulo preciosuras, un abrazo y ¡pasen feliz día!
Damián espera pacientemente sentado en el elegante sofá de la tienda femenina donde llevó a una Lea contrariada con tanto lujo y confort. La dependienta lo ha mirado con tanto deseo y lujuria que ya se siente un poco alterado por la insistencia. — No entiendo que le sucede a esa mujer – dice en un resoplido captando de nuevo la coquetería de la chica — ¿no se ha dado cuenta que estoy acompañado? – se propina un puñetazo imaginario al percatarse de sus propios pensamientos.Y entonces se dedica a mirar disimuladamente a la pelirroja que espera pacientemente en la puerta del probador a que Lea salga con el vestido puesto. No puede negar que la mujer está bastante agraciada sea natural o no, eso nunca le ha importado a la hora de encontrarse sexualmente con alguna mujer por ahí. No es tan caballero, pero se considera un gran admirador de la belleza femenina y esa pelirroja es una muestra de lo bellas que pueden ser las mujeres. Sin embargo al ver salir a “su futura esposa” del fulano p
Los días siguientes fueron de locos entre más ropa, zapatos, la peluquería y joyas… muchas para su gusto, Damián le ha conseguido un apartamento bellísimo, amoblado con un gusto exquisito y las vistas… ¡Uff!— ¡Es precioso! – cubre su boca con las manos mientras el hombre teclea en su teléfono y gruñe como perro — ¿qué sucede? – la mira y sonríe preocupado observándola con la cabeza ladeada — ¿qué, tengo un grano o algo? – niega.— Almorzaremos con unos socios de la empresa, mi madre, el abuelo y una prima que es un grano, pero el culo – ella sonríe sin dar crédito a lo que acaba de escuchar, Damián cae sentado en sofá restregándose la cara — esto es obra de mi madre, de seguro ya sabe lo que paso con Gretta y está molesta – refunfuña.— O simplemente es una cena de negocios sin trucos – dice para calmarlo.— Es un almuerzo Lea, no una cena – pero ella se encuentra aturdida mirando el trozo de piel que se expone al estar abierta su camisa y él lo nota — ¡eh tú, pervertida! – lo
— Como ordene madame – expresa de manera teatral aun sin comprender el margen de locura que padece la mujer con la que va a casarse.Sin embargo decide que no hará ningún comentario al respecto para que el menudo, pero peligroso monstruo que vive dentro de ella no aflore en este momento.— ¡Gracias! - le responde con dulzura, como si nunca lo hubiese insultado y dejado tirando hablando solo como un perfecto tonto —. Ya estoy lista para irnos – dice mirándolo guardar los alimentos en la despensa y en el refri — se te da muy bien ser amo de casa – suelta junto con una risita de chocolate.— Tengo mis momentos – hace un movimiento graciosos con las cejas arriba y abajo — en un salto nos vamos, apenas termine – toma las bolsas y las arruga dejando en la encimera unas naranjas.— Muy bien “novio” – se siente muy bien al decir esa frase — cuando quieras – Damián entrecierra los ojos hacia ella sin poder evitar pensar que definitivamente le falta un tornillo.Lea observa sin perderse
El caballero en cuestión queda paralizado en medio del desastre que ostenta una vidriera hecha añicos, productos costosos derramados en el piso, una silla de barbería hecha pedazos, el hombre más cotizado del momento y lo más impresionante a sus ojos… la mujer quizás mas bella que haya visto en su vida.“Y vaya que he visto muchas mujeres por aquí”, piensa mientras pasa su castaña mirada por la figura pequeña, pero bien formada de Lea.— ¡Buen día señores! – estira la mano hacia Damián sin apartar la mirada de la mujer que tiene sujeta por la cintura —. Permítame presentarme: - dice con una sonrisa lobuna en los labios y Damián lo nota — Michael Patricks para servirles – el aludido aprieta con más fuerza de la debida la mano del susodicho.— ¿Para servirle a quien Patricks? – el sujeto mira a Damián con ojos muy abiertos saliendo del estupor — porque que sepa yo soy el del dinero y ella… es mía – marca el terreno casi meandola encima.— Me disculpo caballero, pero me ha llamado mu
Lea observa a Damián con las cejas arrugadas, ni siquiera está interesada en saber de que habla ya que está furiosa con él porque no respeta el acuerdo, hasta donde ella sabe tienen un acuerdo y aunque no han discutido las clausulas deduce que por lo menos debe haber un poco de respeto.— ¡Está bien, lo siento! – expone con gesto disimulado para que Lea no note que se ha puesto en evidencia —. Creo que ya estamos sobre la hora – le sonríe con nerviosismo.— Claro, vamos – intenta tomarla de la mano — ¡no! Idiota, no me toques – sonríe para sus adentros descubriendo que si esta celosa es porque le ha afectado su comportamiento vengativo y visceral.— ¿Esa rabia son celos querida Lea? – la provoca y ella gruñe.— No me siento en condiciones de responderte porque en el momento que me ofreciste esto ¡lo que sea que fuese! – grita y todos alrededor los miran, no puede evitar sonreír orgulloso —. Habría un poco de respeto entre nosotros por lo menos – manotea la enorme mano que intenta
Se oyen aplausos y carcajadas de alegría – o por lo menos es lo que se deja entrever – de los integrantes y socios importantes de la empresa. La madre de Damián mira a Gretta con una sonrisa de disculpa y ella le devuelve un gesto malhumorado, pero guarda la compostura. Damián y Lea toman asiento mientras Paula acapara toda la atención de la chica hablando de trivialidades. El vestido, el cabello también de su sobrio maquillaje y el hecho de que tiene una boca preciosa aun sin maquillaje.— Damián me ha dicho que no le agrada el labial – miente descaradamente y él le hace un guiño a su cuñada.— De ese modo puedo robarle los besos y nadie se percata de ello – sus ojos demuestran la picardía que hay detrás de sus palabras.— ¡Que extraño! – Gretta pone los ojos en blanco — creo recordar que lo más llamativo para ti eran mis labios rojo sangre – Damián la observa como si fuese una bruja y lo quisiera convertir en sapo.— Tus labios son muy finos Gretta – contrataca evitando que Lea
Gretta mira la escena con mal humor, los celos la carcomen y lo que más quiere es deshacerse de la castaña para quedarse con el premio gordo que es Damián. Respira profundo al ver el mimo con el que habla de ella, de Lea mientras ella solo fue un deseo pasajero, un momento de pasión en su vida…Pero ella tiene unos videos que muestran perfectamente lo que Damián sentía en esos momentos de lujuria y pasión, y ella los va a usar en contra de esa mosca que se ha parado en su alimento o más bien en su… ¡uf!— ¡Lea cariño, bienvenida a la familia! – la madre de Damián se encuentra bastante achispada — me alegra que Damián te haya encontrado ¡donde no lo sé, pero me alegro! – levanta una copa que tiene en la mano medio vacía.— Madre, deberías bajarle al licor – susurra un Damián preocupado porque su madre no toma —, no es costumbre de tu parte – Lea llama su atención y él la mira a los ojos.— ¡Déjala mi amor! – él alza las cejas — ¿no ves que se siente feliz con lo nuestro? – aprovech
Le creyó todo, cada palabra que dijo delante de las personas sentadas a la mesa del lujoso restaurante. Siente su corazón latir furioso, su pecho arder cuando lo que desea es gritar con fuerza, pero cada palabra se queda atorada en su pobre garganta que duele profundamente como si se tragara espinas o peor aun… una daga afilada de ambos lados.¡Ella creyó cada palabra, cada letra!Y ahora el dolor la sobrepasa, lo que menos quiere es permanecer en ese sitio, pero parece que mientras más corre menos llegará a la salida. Los gritos del engañador revuelven el cúmulo de emociones y entonces por fin el llanto da rienda suelta a las lágrimas que empañan su vista y chocha con un cuerpo duro, se precipita de espaldas al piso sin detener la caída. Sus manos alrededor del pequeño bolso apretando contra su pecho el teléfono que le dio la mala noticia de que no se debió ilusionar por segunda vez ya que el amor ¡señoras y señores… apesta!— ¿Te encuentras bien pequeñita? – sube la vista buscando l