AUDREYAl día siguiente pierdo de nuevo la oportunidad de hablar con Daniel. Ha estado muy ocupado y apenas hemos tenido tiempo de enviarnos uno que otro mensaje.¿Cuándo podré contarle lo de Jon?Sigo preocupada, ahora más que mis oídos han escuchado directamente el rumor que anda viajando por casi todo el edificio.A estas alturas ya creo que Daniel también sabe de eso, sin embargo, todavía tengo la certeza de que no, pues no ha pasado mucho tiempo en la oficina o algún departamento de la empresa por estar en reuniones o en citas con algún socio.Espero que así sea, si no será más difícil explicarle.Bajo del taxi después de haberle pagado al conductor y camino hacia el edificio. El clima está nublado, pero aún no cae ninguna gota, así a estado el día, melancólico y deprimente, aunque amo la lluvia y las temporadas frescas, me hace recordar los momentos que pase en el pequeño pueblito donde viven mis padres.En temporada de invierno, solía pasar todas las mañanas frente la chimenea
AUDREYDespués de que Nelly me sermonea y me dijera unas cuantas cosas más con respecto a Jon, me fui a la cama a descansar. Ya es muy tarde y mañana debo madrugar.Nelly se fue después del regaño que me dio, no quería hacerlo, pues dudó de que Jon pudiera regresar e insistir con lo mismo. Le conté todo lo que pasó, como apareció aquí y porque había dejado que entrara en el apartamento. Aún así, ella dijo que todo se podía malinterpretar, aunque no haya hecho nada malo.No tiene por qué hacerse grande ese asunto, no pasó nada entre nosotros y tampoco nunca volveré a dónde mismo. Porque ahora estoy con Daniel, y es con él con quién quiero estar en adelante.Mi teléfono vibra y suena con la melodía que le puse, está sobre la mesita de noche justo a lado de mi cama. Enciendo la lámpara y miro el reloj para comprobar la hora, pasan de las 4:00 am. ¿Quién se atreve a llamar a esta hora de la mañana? Todavía ni amanece.A regañadientes tomo mi móvil que no para de vibrar y sonar. Cuando lo
AUDREYQuedé molida, exhausta, es poco. Daniel hizo lo que quiso conmigo toda la mañana hasta que caí completamente rendida y me dormí. No sé a qué hora sucedió eso, pues quedé noqueada por todo el sexo duro que tuvimos.Dijo que me follaría duro hasta hacerme olvidar todo, y eso hizo, olvide hasta mi nombre.Oigo un ruido después de que el colchón a mi lado se moviera. Abro un ojo y veo la silueta alta y la espalda ancha de Daniel, de pie junto a la cama. Quiero pedirle que vuelva conmigo a costarse y así dormir abrazados hasta la hora que debemos levantarnos para ir a la empresa. Estoy tan cansada que no consigo ni mantener abiertos los ojos. Mi visión es algo borrosa y lentamente vuelvo a quedarme dormida.*****― ¿Estás bien? ―pregunta mi amiga con el ceño fruncido viéndome a la cara.Retiro las gafas oscuras que use pasa cubrir mis ojos del sol brillante. ¿Cómo es que ayer el cielo estaba completamente nublado y hoy ya está despejado y reluciente? Recordándome que pase una noche
AUDREYNo conseguí nada de información, en la oficina de Daniel no hay nada que me pueda ayudar a llegar hasta él. Tendré que buscar a su familia, quizás ir a la casa de sus padres porque la parte de ir a su apartamento está descartado, nadie más vive allí y si el no está es inútil averiguar algo.Paso la tarde buscando la dirección de los padres de Daniel, ellos nunca la han compartido con datos de la empresa o con los empleados, es por eso que no es fácil conseguirla.Aterriza un pensamiento en mi cabeza.—El señor William y Fabián —murmullo para mí.Bueno, el señor William también está descartado. Lo mejor será no acercarme a él si no quiero recibir un gesto grosero por parte suya. Ese hombre no sé por qué es así conmigo.Pero Fabián es otra cosa, muy diferente a su padre. Él es educado y amable con todo el personal, ahora entiendo por qué su prometida está muy enamorada de él. Pocas veces la he visto, pero con eso tengo suficiente para darme cuenta del amor que se tienen.Espero al
AUDREY—¿Y ahora cómo se supone que llegaremos hasta la finca? —miro para todos los lados cuando salimos del aeropuerto.Sabía que esto no iba a hacer fácil, pero ya estamos aquí.—Pues tenemos la dirección, le podemos decir a un taxista que nos lleve hasta allá.Niego.—Llegar a Brisbane no es tarea simple.Recuerdo cuando Daniel me trajo a Australia. Un auto nos estaba esperando en el aeropuerto, que recuerdo bien era otro lugar. Después de eso nos llevó a un puerto, dónde abordamos un transporte marítimo, el cual luego de casi una hora se detuvo en el puerto de Brisbane.—Lo bueno que ya estuviste aquí, tú le puedes decir al chófer a dónde llevarnos exactamente. Lo que recuerdes nos servirá de algo.Asiento. Señalo un taxi vacío y corremos hacía el. En cuanto le doy la información que tengo subimos. El camino es algo lago desde el aeropuerto hasta el puerto.Mientras tanto me pierdo viendo el cielo despegado. Había olvidado que aquí el sol siempre está resplandeciente, ni el calor
AUDREYFinalmente, llegamos a la finca de Tabby. Este lugar no se puede olvidar fácilmente, están único y relajante que siempre que estás aquí dan ganas de quedarte y nunca más irte del sitio.Pero sin Tabby ya no será lo mismo. Ella era la luz reluciente de este lugar, y aunque poco la trate, estoy segura de que aquel que la haya conocido, debe estar opinando lo mismo que yo.El chófer detiene el taxi fuera de la valla alta de la vivienda. Nelly y yo bajamos después de pagarle al hombre. Cada una con su maleta en la mano miramos el lugar y para así caminar hacia el portón que está completamente abierto. Desde aquí alcanzamos a ver la cantidad de autos aparcados en el patio de la casa.Caminamos por el sendero de ladrillo el cual guía hasta la entrada principal de la casa. Al llegar cruzamos la puerta para entrar, al igual está abierta, pero en este lugar el gentío abunda, no de una manera atestada, sino esparcida por todos lados, en cada rincón de la casa de Tabby.¿Tantos familiares
AUDREYVerlo así, afectado, se me hunde el corazón de tristeza, ¿qué puedo hacer para que no esté así? Tal vez no haya nada que pueda hacer, aun así quiero intentar borrarle cualquier pena.Nelly toca mi hombro, recordándome que ella y Henry están parados a mi lado. El amigo de Daniel asiente en dirección a mí dándome la iniciativa para que avance a su amigo. Con una pequeña sonrisa amable me observa por último y luego mira a mi amiga para indicarle la puerta por dónde habíamos entrado antes.Le ofrece el brazo para que esa forma lo acompañe afuera de la habitación. Henry es tan gentil y caballeroso, que no me preocupa dejar a Nelly sola con él, sé que estará bien, pero no sé si él lo vaya a estar, conociendo a mi amiga, sé que tratara llevar su coqueteo a otro nivel.Me quedo plantada en dónde mismo cuando quedamos completamente solos, Daniel y yo en la pequeña estancia. No le toma ni un minuto en darse cuenta de que ya no está solo. Levanta cabeza de sus manos dónde la estaba sosten
DANIELLas imágenes llegan a mi mente constantemente. Después de haber visto esas fotos, mi autocontrol y todo en mí se desbocó.Podía haber tolerado el maldito rumor, pero esas jodidas imágenes, esas dónde mi novia se ve a escondidas con su amante en su propio apartamento, eso termino por matarme.No creí que Audrey fuera ese tipo de mujer, que engaña y te miente diciéndote que quiere estar a tu lado. No debí haberle pedido que fuera mi novia, no debimos haberlo intentado. Yo no estoy hecho para una relación estable.Odio admitirlo, pero mi madre tenía razón.No conseguí pensar cuando vi esas jodidas imágenes, la ira me recorrió y lo único que quería era matar a golpes a ese tipo. ¿Pero qué gano con eso? Absolutamente, nada, al final ella no viene siendo mía, sino de ese maldito.Nunca en mi vida me importó una mujer como para partirle la cara a otro tipo por ella. Que se estén viendo a escondidas para follar, eso, eso me carcome más.Había pensado dejarla ir. ¡Pero demonios! No pued