AUDREY—¡Wow! Ese chico Henry es lo máximo —no pongo atención a nada de lo que dice Nelly, es como si solo oyera murmullos —¡Hey, llamando a Audrey a la tierra! —levanta la voy mientras menea la mano en mi cara para tomar mi atención.—Lo siento —sacudo la cabeza, recuperándome del trance —¿Qué decías? —coloco la mirada en ella.Nelly resopla y gira los ojos.—¿Es en serio? —exclama disgustada —¿No escuchaste nada de lo que te dije antes?Encojo los hombros y niego avergonzada.—Lo siento —me disculpo de nuevo —No me he sentido bien últimamente.No sé si contarle lo sucedido con respecto a Daniel, no sé si estoy lista o más bien yo no estoy lista para aceptar que lo nuestro se terminó y que me debo conformar con una relación ficticia.Si al principio no lo hice, mucho menos ahora que acabo de descubrir que lo quiero.—¿Qué pasa? ¿Por qué esa cara? —Nelly, a sentido mi angustia, he oído la preocupación en su voz —Y no estoy dispuesta a escuchar un “estoy bien, no pasa nada” —finge arre
AUDREYCuando me siento lista, Nelly y yo salimos de la estancia. Ella me va diciendo algo de salir un rato al exterior y ver qué hay en el patio trasero. Le comento que un enorme jardín hermoso que Tabby adoraba y cuidaba más que cualquier cosa.Cómo le dije antes, no trate por mucho tiempo a Tabby, pero en ese poco tiempo que tuve la oportunidad, eso fue lo suficiente para conocerla muy bien, pues esa mujer era como un libro abierto, fácil de leer y abierta sus ideas y su personalidad a cualquiera que quisiera saber más de ella.—Me hubiera gustado haberla conocido —dice con una gran sonrisa Nelly.—La hubieras amado, yo lo hice en solo un día de conocerla —la sonrisa y las palabras de mi amiga me contagian.Para llegar al jardín tenemos que cruzar el salón por el cual pasamos antes de llegar a la habitación que acabamos de salir. Sin embargo, no conseguimos avanzar más, pues unas voces con unas risas nos detienen a medio camino.—Oh, Daniel, es en serio, déjame hacer esto —una voz
AUDREYFrunzo el ceño, la confusión y el dolor están escritos en todo mi rostro, estoy segura de que si alguien me viera lo notará fácilmente.Él aparta la mirada de su compañera y sus ojos y los míos se encuentran. Noto algo en ellos, ¿remordimiento? No sé, no logro descifrarlo, únicamente el dolor me atraviesa el pecho, nada más eso, percibo en mí y en Daniel no percibo nada.Mi pecho se contrae y con el corazón apesadumbrado me preguntó, ¿qué estoy haciendo aquí parada viendo toda esta escena? Nada bueno obtengo viéndolo sonreír con otra. Necesito correr, necesito estar en cualquier otro lugar que no sea aquí, necesito estar lejos de Daniel.Al diablo con él y con todos, me largo.Aparto mis ojos de él, me giro y salgo del salón a pasos apresurados con mi amiga detrás de mí. Lo único que me inquieta es que no haya notado lo afectada que estuve al verlo con otra, no quiero que vea el dolor que puede causar en mí con una simple escena que para mí significo la más grande humillación d
AUDREYHaber aceptado fue una mala idea, aunque al final Nelly hubiese hecho de todo para hacerme venir con ella a este sitio. Cuando una idea se le mete a la cabeza, no hay nadie que pueda contra ella.—Audrey, por Dios, deja de quejarte —me reclama Nel mientras entramos al sitio ruidoso —Por una vez piensa en ti y no en el trabajo, la mejor opción fue haberte dado ese respiro, lo necesitabas.Casi todo el camino me fui quejado, pues lamento haber abandonado mi empleo toda la semana. No me presenté ningún día después de haber llegado a la ciudad, los primeros días recibí llamadas de Maggi y hasta de la secretaria del señor William para preguntar por mí, no para saber cómo estaba, sino para saber si estaba renunciando o cuál era el motivo de mi falta.Me imagino que el señor William y su secretaria estaban esperando esa respuesta con ansias, no entiendo por qué esa mujer y su jefe me quieren fuera de la empresa, y a pesar de que no sea de su incumbencia investigar si la secretaria de
AUDREYQuedo perpleja, mi mente completamente nublada ante esa invasión hacia mi persona, tardo unos segundos en reaccionar, pues me ha tomado por sorpresa. Antes de que consiga apartarlo cuando me doy cuenta de lo que estamos haciendo o más bien de lo que está haciendo él, ya que yo en ningún momento le respondo su beso.Él o algo lo hace separarse de mí. Mis ojos se abren más cuando compruebo de quien se trata, ni más ni menos que de Daniel. ¿Qué hace él aquí? Los gritos a mi alrededor es todo lo que consigo percibir. Alguien me sacude del brazo y salgo de mi aturdimiento mirando a mi lado a mi amiga quien me está gritando aún con la música de fondo en el salón.Caigo en cuenta de todo lo que está pasando en este instante. Daniel atacando a golpes a Jonathan, luego de eso unos hombres altos y robustos se acercan a ellos y los separan, Daniel ocupa dos de esos gorilas para estabilizarlo. Esto se ha vuelto un desastre, ¿en qué momento ocurrió todo?― ¡Salgamos de aquí! ―grita Nelly a
AUDREYEn cuanto bajo del Uber que me había atraído al trabajo, apenas piso el suelo de la acera cuando unos flashes de cámaras me ciegan y unos cuantos micrófonos me atacan, por otro lado. Hago lo posible para escapar de esa multitud loca que quiere conseguir alguna nota de que sabe que, me dirijo a toda velocidad hacia el edificio.Logro cruzar la entrada a salvo, sin perder un zapato o peor, un cabello. Qué loca gente. ¿Qué demonios quieren? Creo que se equivocaron de edificio; si hay modelos aquí, pero no son famosos o pueda que tal vez me confundieron con una celebridad, como si eso fuera algo posible, seguramente.—Audrey —dice Nelly mientras corre hacia mí, tarda un poco por los zapatos altos que lleva puestos; sin embargo, no se tropieza ni se tambalea en el camino. —¿Viste el desorden que hay allí afuera? —, señala con su mano hacia las ventanas.—Ni me lo recuerdes —suspiro, todavía reponiéndome por el ajetreo que hay allí afuera, tuve que correr para llegar a la puerta y me
AUDREY—Tienes razón, será mejor que espere —contesto resignada.Fabián muestra una pequeña sonrisa de agradecimiento y después de eso se marcha. Camino hacia mi escritorio y en cuanto llegó me dejó caer derrotada en mi silla.No sé cuánto es lo que debo esperar, pero mientras espero a que terminen su conveniencia yo me pondré a trabajar con algunos pendientes, supongo que ya debo tener varios. Casi una semana sin venir a la empresa, sin embargo, no abandoné del todo mis responsabilidades, trabajé desde mi casa y lo que tuviera que sacar y entregar se los hice llegar a Maggi, quien fue mi intermediaria entre Daniel y yo mientras estuve afuera.Me lleva más del tiempo que creí terminar con unos archivos que deben enviarse al departamento de publicidad, ni loca me paro allí. Así que le llamó a Maggi, ella responde de inmediato y dice venir en cuanto vuelva del departamento de finanzas, pues debe entregar unas hojas de fracciones muy importantes que no pueden dejar esperar para después.
AUDREY—Esta mujer me estaba gritando e insultando, antes de que ustedes llegarán —se adelanta a decir la bruja.—Sarah —la llama su esposo —Vuelve a casa.—Pero… —él la corta de inmediato.—He dicho que vuelvas a casa —le repite.—No iré a casa, sabiendo todo el alboroto que está ocurriendo en este momento. Esta arpía no se puede quedarse a lado de mi hijo —me echa una mirada de arriba hacia abajo con ese gesto feo suyo.—Daniel ya no tiene cinco años, Sarah —le recuerda el señor Anthony como si su mujer tuviera un problema para entender las cosas —Este es un asunto del cual es preferible no inmiscuirse.—Pero tú lo harás porque eres su padre, en ese caso también tengo derecho, soy su madre —la mujer insiste e insiste.En verdad es necia, sin embargo, el señor Anthony es muy paciente. Ahora entiendo por qué han seguido juntos tantos años.El padre de Daniel suspira, pero sin perder su postura firme y su mirada seria continúa viéndola. Daniel sigue a mi lado, solo observado en silenci