AUDREYHaber aceptado fue una mala idea, aunque al final Nelly hubiese hecho de todo para hacerme venir con ella a este sitio. Cuando una idea se le mete a la cabeza, no hay nadie que pueda contra ella.—Audrey, por Dios, deja de quejarte —me reclama Nel mientras entramos al sitio ruidoso —Por una vez piensa en ti y no en el trabajo, la mejor opción fue haberte dado ese respiro, lo necesitabas.Casi todo el camino me fui quejado, pues lamento haber abandonado mi empleo toda la semana. No me presenté ningún día después de haber llegado a la ciudad, los primeros días recibí llamadas de Maggi y hasta de la secretaria del señor William para preguntar por mí, no para saber cómo estaba, sino para saber si estaba renunciando o cuál era el motivo de mi falta.Me imagino que el señor William y su secretaria estaban esperando esa respuesta con ansias, no entiendo por qué esa mujer y su jefe me quieren fuera de la empresa, y a pesar de que no sea de su incumbencia investigar si la secretaria de
AUDREYQuedo perpleja, mi mente completamente nublada ante esa invasión hacia mi persona, tardo unos segundos en reaccionar, pues me ha tomado por sorpresa. Antes de que consiga apartarlo cuando me doy cuenta de lo que estamos haciendo o más bien de lo que está haciendo él, ya que yo en ningún momento le respondo su beso.Él o algo lo hace separarse de mí. Mis ojos se abren más cuando compruebo de quien se trata, ni más ni menos que de Daniel. ¿Qué hace él aquí? Los gritos a mi alrededor es todo lo que consigo percibir. Alguien me sacude del brazo y salgo de mi aturdimiento mirando a mi lado a mi amiga quien me está gritando aún con la música de fondo en el salón.Caigo en cuenta de todo lo que está pasando en este instante. Daniel atacando a golpes a Jonathan, luego de eso unos hombres altos y robustos se acercan a ellos y los separan, Daniel ocupa dos de esos gorilas para estabilizarlo. Esto se ha vuelto un desastre, ¿en qué momento ocurrió todo?― ¡Salgamos de aquí! ―grita Nelly a
AUDREYEn cuanto bajo del Uber que me había atraído al trabajo, apenas piso el suelo de la acera cuando unos flashes de cámaras me ciegan y unos cuantos micrófonos me atacan, por otro lado. Hago lo posible para escapar de esa multitud loca que quiere conseguir alguna nota de que sabe que, me dirijo a toda velocidad hacia el edificio.Logro cruzar la entrada a salvo, sin perder un zapato o peor, un cabello. Qué loca gente. ¿Qué demonios quieren? Creo que se equivocaron de edificio; si hay modelos aquí, pero no son famosos o pueda que tal vez me confundieron con una celebridad, como si eso fuera algo posible, seguramente.—Audrey —dice Nelly mientras corre hacia mí, tarda un poco por los zapatos altos que lleva puestos; sin embargo, no se tropieza ni se tambalea en el camino. —¿Viste el desorden que hay allí afuera? —, señala con su mano hacia las ventanas.—Ni me lo recuerdes —suspiro, todavía reponiéndome por el ajetreo que hay allí afuera, tuve que correr para llegar a la puerta y me
AUDREY—Tienes razón, será mejor que espere —contesto resignada.Fabián muestra una pequeña sonrisa de agradecimiento y después de eso se marcha. Camino hacia mi escritorio y en cuanto llegó me dejó caer derrotada en mi silla.No sé cuánto es lo que debo esperar, pero mientras espero a que terminen su conveniencia yo me pondré a trabajar con algunos pendientes, supongo que ya debo tener varios. Casi una semana sin venir a la empresa, sin embargo, no abandoné del todo mis responsabilidades, trabajé desde mi casa y lo que tuviera que sacar y entregar se los hice llegar a Maggi, quien fue mi intermediaria entre Daniel y yo mientras estuve afuera.Me lleva más del tiempo que creí terminar con unos archivos que deben enviarse al departamento de publicidad, ni loca me paro allí. Así que le llamó a Maggi, ella responde de inmediato y dice venir en cuanto vuelva del departamento de finanzas, pues debe entregar unas hojas de fracciones muy importantes que no pueden dejar esperar para después.
AUDREY—Esta mujer me estaba gritando e insultando, antes de que ustedes llegarán —se adelanta a decir la bruja.—Sarah —la llama su esposo —Vuelve a casa.—Pero… —él la corta de inmediato.—He dicho que vuelvas a casa —le repite.—No iré a casa, sabiendo todo el alboroto que está ocurriendo en este momento. Esta arpía no se puede quedarse a lado de mi hijo —me echa una mirada de arriba hacia abajo con ese gesto feo suyo.—Daniel ya no tiene cinco años, Sarah —le recuerda el señor Anthony como si su mujer tuviera un problema para entender las cosas —Este es un asunto del cual es preferible no inmiscuirse.—Pero tú lo harás porque eres su padre, en ese caso también tengo derecho, soy su madre —la mujer insiste e insiste.En verdad es necia, sin embargo, el señor Anthony es muy paciente. Ahora entiendo por qué han seguido juntos tantos años.El padre de Daniel suspira, pero sin perder su postura firme y su mirada seria continúa viéndola. Daniel sigue a mi lado, solo observado en silenci
AUDREYHemos quedado solos. ¿Ahora que hago, que digo?, ¿debería comenzar hablar y aclarar lo de Jon? Ese tema ya me tiene cansada; sin embargo, quedan muchas cosas por acomodar.Suspiro antes de armarme de valor y hablar, pero él se adelanta.―Retírate ―ordena con desdén. Frunzo las cejas y le echo una mirada fulminante. Nota que no me muevo y finalmente posa sus ojos en mí ― ¿No escuchaste?Se comporta grosero y cortante. No estoy para seguir soportando desplantes y groserías, suficiente tuve con las brujas. De pronto me pongo de pie, sin apartar mi mirada de él.―Pensé que ya se podía razonar contigo, pero me acabo de dar cuenta que sigues siendo el mismo imbécil ―digo furiosa, pero sin alterarme demasiado.Me giro bruscamente y comienzo a caminar hacia la puerta.―Se ha acabado todo, señorita Turner ―me detengo al escucharlo, no me giro, solo me quedo ahí ―Ya no hace falta arreglar nada, como mi padre indico ―remarca las palabras ―ya no hay más que decir. Ahora lo único es ordenar
AUDREYBajo al último piso y me dirijo a la salida para salir del edificio. Mis pasos resuenan contra el azulejo beige brilloso. Nelly me alcanza antes de cruzar las dobles puertas de cristal.—Audrey —me sigue el paso.—Ahora no, Nelly —le respondo sin detenerme.Al salir alcanzo a visualizar el auto del señor Anthony parqueado la entrada, me acerco cuando también lo veo a él, no está solo, un hombre le acompaña, de todas maneras corto la distancia para llegar hasta donde se encuentra él.―Señor ―le llamo, se gira en cuanto lo menciono ― ¿Puedo hablar con usted? ―le echa una mirada al hombre que le acompaña ―Solo será un minuto, no le quitaré mucho de su tiempo ―le da una última mirada a su acompañante y después se vuelve hacia mí, y asiente ―Gracias ―digo con una corta sonrisa. Me indica con su mano que avancemos, para retirarnos un poco de su invitado y de otras personas.Ese hombre lo conozco, bueno, en realidad lo he visto algunas veces venir a la empresa, aunque no tengo contact
AUDREYEl sonido del timbre de la puerta de mi apartamento me quita de lo que estaba haciendo para ir a abrir. No me cercioro quien está del otro lado, solamente abro creyendo que quizás sea Nelly, olvidándose de algo.Abro la puerta y me llevo una desagradable sorpresa al ver a esta persona parada delante de mí. ¿Qué demonios está haciendo aquí?Estoy por cerrar la puerta en su cara, pero ella lo evita rápido y la empuja.—¡Largo de mi casa! —le grito.—No me iré de aquí hasta soltar lo que tengo guardado —dice la bruja oxigenada —Por fin Jon se decidió, y ha dejado que te diga todo de una vez. Ya conseguimos lo que queríamos, ya no hay motivo para seguir callándonos —encoge los hombros con un gesto sin importancia.¿Qué, Jon qué?La dejo, no hago nada para cerrarle la puerta de nuevo en la cara, necesito saber de una vez que es lo que quieren.Nunca me imaginé que Jonathan estuviera enredado en algún lío con esta bruja. Sabía lo que tuvieron, más no sabía que fuera la clase de perso