AUDREY―Alguien me puede explicar, por favor ―pido, desorientada.Así me hallo, desorientada, sin rumbo. ¿Cómo es eso que se conocen?, ¿desde cuándo? A lo que dijo el señor Anthony, puede que sea años y no los cinco que llevo allí en la empresa trabajando, es más tiempo.¿Pero por qué no me lo dijo Ronny?―Es largo de contar ―el único que responde es el padre de Daniel.―Pero puedes empezar por el principio ―le indica Daniel, él está curioso por saber más, muy diferente a mí.No es que no quiera saberlo, es solo que es raro que conozca a los Crawford desde hace tiempo y estemos aquí reunidos más que como familias allegadas.¿Ahora qué significa esto?El padre de Daniel se pone a contar la historia desde el principio, en como se conocieron y todo eso. A lo que ha dicho, a lo que indica, estos hombres llevan una gran trayectoria como amigos. Ni sabía que Ronny había estudiado administración de empresas en una universidad de esas costosas. Al parecer todavía había muchas cosas que no sab
AUDREY― ¿De dónde rayos han sacado esa absurda tontería? ―pregunto anonadada.Abro los ojos, impactada. Me esperaba otro tipo de chisme, no algo relacionado con una infidelidad y que yo sea la causa de ello. Eso es grotesco. La gente puede ser tan molesta en algunas veces, y en esas veces herir o dañar una relación sin fijarse el mal que están haciendo simplemente por estúpidos rumores.―En todo el piso de publicidad se está hablando de eso. Algunos de ellos dicen haberte visto con él en el ascensor, muy amorosos, abrazándose y besándose.No puede ser. Lo que pensé en ese momento, cuando ocurrió aquello. Yo tengo la culpa por no hacer caso a esas indirectas y cercanías de mi exnovio y alejarlo en el instante. Debí haber sido más firme con Jon; aun así, la gente vio lo que quiso y se hicieron de ideas retorcidas.¿Ahora qué haré? Si Daniel se entera de ese rumor, creyera que le soy infiel. Pero si se lo digo antes, y le cuento la parte de la verdad, que Jon me ha estado insistiendo en
AUDREYAl día siguiente pierdo de nuevo la oportunidad de hablar con Daniel. Ha estado muy ocupado y apenas hemos tenido tiempo de enviarnos uno que otro mensaje.¿Cuándo podré contarle lo de Jon?Sigo preocupada, ahora más que mis oídos han escuchado directamente el rumor que anda viajando por casi todo el edificio.A estas alturas ya creo que Daniel también sabe de eso, sin embargo, todavía tengo la certeza de que no, pues no ha pasado mucho tiempo en la oficina o algún departamento de la empresa por estar en reuniones o en citas con algún socio.Espero que así sea, si no será más difícil explicarle.Bajo del taxi después de haberle pagado al conductor y camino hacia el edificio. El clima está nublado, pero aún no cae ninguna gota, así a estado el día, melancólico y deprimente, aunque amo la lluvia y las temporadas frescas, me hace recordar los momentos que pase en el pequeño pueblito donde viven mis padres.En temporada de invierno, solía pasar todas las mañanas frente la chimenea
AUDREYDespués de que Nelly me sermonea y me dijera unas cuantas cosas más con respecto a Jon, me fui a la cama a descansar. Ya es muy tarde y mañana debo madrugar.Nelly se fue después del regaño que me dio, no quería hacerlo, pues dudó de que Jon pudiera regresar e insistir con lo mismo. Le conté todo lo que pasó, como apareció aquí y porque había dejado que entrara en el apartamento. Aún así, ella dijo que todo se podía malinterpretar, aunque no haya hecho nada malo.No tiene por qué hacerse grande ese asunto, no pasó nada entre nosotros y tampoco nunca volveré a dónde mismo. Porque ahora estoy con Daniel, y es con él con quién quiero estar en adelante.Mi teléfono vibra y suena con la melodía que le puse, está sobre la mesita de noche justo a lado de mi cama. Enciendo la lámpara y miro el reloj para comprobar la hora, pasan de las 4:00 am. ¿Quién se atreve a llamar a esta hora de la mañana? Todavía ni amanece.A regañadientes tomo mi móvil que no para de vibrar y sonar. Cuando lo
AUDREYQuedé molida, exhausta, es poco. Daniel hizo lo que quiso conmigo toda la mañana hasta que caí completamente rendida y me dormí. No sé a qué hora sucedió eso, pues quedé noqueada por todo el sexo duro que tuvimos.Dijo que me follaría duro hasta hacerme olvidar todo, y eso hizo, olvide hasta mi nombre.Oigo un ruido después de que el colchón a mi lado se moviera. Abro un ojo y veo la silueta alta y la espalda ancha de Daniel, de pie junto a la cama. Quiero pedirle que vuelva conmigo a costarse y así dormir abrazados hasta la hora que debemos levantarnos para ir a la empresa. Estoy tan cansada que no consigo ni mantener abiertos los ojos. Mi visión es algo borrosa y lentamente vuelvo a quedarme dormida.*****― ¿Estás bien? ―pregunta mi amiga con el ceño fruncido viéndome a la cara.Retiro las gafas oscuras que use pasa cubrir mis ojos del sol brillante. ¿Cómo es que ayer el cielo estaba completamente nublado y hoy ya está despejado y reluciente? Recordándome que pase una noche
AUDREYNo conseguí nada de información, en la oficina de Daniel no hay nada que me pueda ayudar a llegar hasta él. Tendré que buscar a su familia, quizás ir a la casa de sus padres porque la parte de ir a su apartamento está descartado, nadie más vive allí y si el no está es inútil averiguar algo.Paso la tarde buscando la dirección de los padres de Daniel, ellos nunca la han compartido con datos de la empresa o con los empleados, es por eso que no es fácil conseguirla.Aterriza un pensamiento en mi cabeza.—El señor William y Fabián —murmullo para mí.Bueno, el señor William también está descartado. Lo mejor será no acercarme a él si no quiero recibir un gesto grosero por parte suya. Ese hombre no sé por qué es así conmigo.Pero Fabián es otra cosa, muy diferente a su padre. Él es educado y amable con todo el personal, ahora entiendo por qué su prometida está muy enamorada de él. Pocas veces la he visto, pero con eso tengo suficiente para darme cuenta del amor que se tienen.Espero al
AUDREY—¿Y ahora cómo se supone que llegaremos hasta la finca? —miro para todos los lados cuando salimos del aeropuerto.Sabía que esto no iba a hacer fácil, pero ya estamos aquí.—Pues tenemos la dirección, le podemos decir a un taxista que nos lleve hasta allá.Niego.—Llegar a Brisbane no es tarea simple.Recuerdo cuando Daniel me trajo a Australia. Un auto nos estaba esperando en el aeropuerto, que recuerdo bien era otro lugar. Después de eso nos llevó a un puerto, dónde abordamos un transporte marítimo, el cual luego de casi una hora se detuvo en el puerto de Brisbane.—Lo bueno que ya estuviste aquí, tú le puedes decir al chófer a dónde llevarnos exactamente. Lo que recuerdes nos servirá de algo.Asiento. Señalo un taxi vacío y corremos hacía el. En cuanto le doy la información que tengo subimos. El camino es algo lago desde el aeropuerto hasta el puerto.Mientras tanto me pierdo viendo el cielo despegado. Había olvidado que aquí el sol siempre está resplandeciente, ni el calor
AUDREYFinalmente, llegamos a la finca de Tabby. Este lugar no se puede olvidar fácilmente, están único y relajante que siempre que estás aquí dan ganas de quedarte y nunca más irte del sitio.Pero sin Tabby ya no será lo mismo. Ella era la luz reluciente de este lugar, y aunque poco la trate, estoy segura de que aquel que la haya conocido, debe estar opinando lo mismo que yo.El chófer detiene el taxi fuera de la valla alta de la vivienda. Nelly y yo bajamos después de pagarle al hombre. Cada una con su maleta en la mano miramos el lugar y para así caminar hacia el portón que está completamente abierto. Desde aquí alcanzamos a ver la cantidad de autos aparcados en el patio de la casa.Caminamos por el sendero de ladrillo el cual guía hasta la entrada principal de la casa. Al llegar cruzamos la puerta para entrar, al igual está abierta, pero en este lugar el gentío abunda, no de una manera atestada, sino esparcida por todos lados, en cada rincón de la casa de Tabby.¿Tantos familiares