El hombre se acerca totalmente afectado, el niño se lo queda viendo unos segundos y abre la boca, pero sin decir nada. Es como si fueran la versión pequeña y la más adulta de una persona, como una línea de tiempo que se enfrenta.
—Hola, soy Elijah —dice al fin el niño y el hombre se acerca para estrecharle la mano.
—Hola, Elijah, yo soy Esteban.
—Buenas tardes —dice una enfermera, interrumpiendo el momento, quien viene con una cajita para transportar muestras—. Vengo para sacar unas muestras de sangre, te haremos unos exámenes para saber cómo estás.
—¿Me dolerá? No me gustan las agujas —dice el niño y Giselle le toma una mano.
—Yo estaré contigo, no te dejaré solo.
Mientras la enfermera le toma las muestras, Giselle le cuenta acerca de un lugar muy bello que hay en la ciudad y que podrí
Capítulo 100: Un Patán enojado.Max no podía dejar de reírse de su hermano, quien no dejaba de saltar en su lugar, como si estuviera calentando para correr la maratón más importante de su vida.Llevaba un traje algo extraño y era porque Lilly quiso casarse en una boda temática, inspirada en el barroco, influenciada por su trabajo de restauradora de arte. Kevin llevaba un traje que lo hacía ver como Luis IV, en tonos azules.—Ya quédate quieto, que parece que tuvieras ratas en el traje —lo regaña Max y su hermano se ríe.—Lo gracioso es que, en aquella época, en las peluca sí podían tener ratones y varias cosas más —le dice Kevin, sentándose en una silla.—Tu mujer te lo dijo, ¿verdad?—No, eso lo aprendí en la clase de historia, con la señor
Tras partir el pastel y bailar un poco más, Giselle se para discretamente, se despide de Lilly y camina hacia la casa, en donde pide ayuda para que le suelten los botones del vestido, se mete al baño de invitados con un bolso que dejó en el despacho y se cambia.Sale de allí directo a la entrada, en donde está el chofer esperando. Si Max está tan enojado con ella por una nalgada que le dio a él mismo, puede ir a desquitarse como quiera a dónde sea, pero ella se irá a casa para descansar, porque un ligero dolor en el vientre la tiene bastante asustada.—A la mansión, Erick, por favor.Pero antes de que el auto arranque, Max se sube con el traje que usó para la boda. Giselle no lo mira, solo apoya el codo en la puerta y se queda mirando hacia afuera.—¿Pensabas irte sin mí? —le dice con todo seco, pero ella no responde—. ¿Vas a ignorarme
Aquella semana para Max había sido un tormento, el no poder hacerle el amor a su mujer era como si le hubiesen cortado los brazos. Peor que eso, Giselle seguí sin hablarle mucho, nada más que lo justo y no la culpaba, él solo había empeorado su estado de estrés con un enojo estúpido por algo que él mismo provocó.Giselle estaba sentada en un sofá cómodo que compró para ella, para que pueda relajarse en el jardín. Ella acaricia su vientre, con los ojos cerrados y una sonrisa de satisfacción, esa panza de diecisiete semanas se veía hermosa, porque parecía de mucho más.Los gemelos seguro se estaban peleando sus caricias en el vientre o eso es lo que ella cree, porque no dejan de dar pataditas.Max se la encuentra así, se acerca poco a poco y se sienta a su lado, ella lo mira unos segundos y luego baja la mirada.—Hola…
En otra época, a Giselle le habría molestado tener una comitiva tan grande solo para salir de la casa, pero luego de la amenaza directa de Megan sobre ella, no podía hacer nada más que aguantarse toda esa parafernalia y sonreír.Ese día tenía previsto ir al hogar de la señora Peck a ver a los chicos, hacía semanas que no podía hacerlo y ya los extrañaba. Lucy se ofreció a acompañarla, ya que Max debía atender la empresa, la había dejado algunos días por ella, pero considerando que Kevin seguía en su luna de miel, no podía seguir pegado a ella.—No me puedes decir que nuestros hombres no son exagerados —le dice Lucy cuando se sube a la parte trasera del auto, junto a ella—. Tenemos más agentes encubiertos que la primera dama.—En este momento eres más importante que la primera dama —le dice Gisel
Todo pasa en cuestión de segundos, el auto arranca, Lucy tira al asiento a Giselle y coloca su cuerpo sobre su nuera.Detrás de ellas se arma una balacera, pero nada importa, porque ahora mismo Lucy quiere saber quién carajos no se dio cuenta de que había peligro alrededor.Ya unas calles lejos del lugar, el teléfono de Giselle suena y Lucy se atreve a levantarse. La chica contesta y oye la voz de Max.—Hola, mi chica del choque…—Max, ahora no… nos acaban de atacar con disparos…—¡¡¿Qué?!! ¡¿Están bien?!—Yo sí, tu madre se lanzó sobre mí para protegernos, y ella… —mira a Lucy y ve un hilo de sangre en su brazo.—¡¿Y ella?! ¡¡Giselle!!—¡¡Chofer, al hospital, ahora!! —grita con todas sus fuerzas, se rasga el vestido
Tras el ataque a Lucy, Evan emitió un comunicado público acerca de su endurecimiento en la persecución de la corrupción, además de tener la identidad de los autores intelectuales del atentado sufrido por su esposa y una amiga especial.Dejaron pasar unos días antes de poder reunirse como familia y decidieron hacerlo en la mansión de Max, para que Giselle no tuviera que trasladarse fuera de la casa, porque estaba pasando por episodios de ansiedad.—Sabes que no te dejaría, pero sin Kevin aquí, no puedo dejar de ir a la empresa, bonita —le dice Max a su mujer mientras llegan a la sala para esperar a sus invitados.—Lo entiendo, doy gracias que tengo a Tomy, que lo ha hecho fantástico —Max la obliga a recostarse en el sofá y le cubre las piernas con una manta, haciéndola sonreír—. Me tratas como si estuviera enferma.—De cierta maner
Max se pone como loco, se le agita la respiración y se enfrenta a los locos que tiene en frente.—¡¿Te pegaste en la cabeza?! ¡¿Quieres dejar que ella se exponga para atrapar a esa loca?! —todos lo miran y Max parece que estallará, mira a Giselle y la toma por el brazo sin ninguna delicadeza—. Te lo juro, Giselle Sparks, si haces algo como eso, me largo lejos…—¿Me estás amenazando, Max Hunter? —le dice ella, irguiendo su postura, poniendo su mano en el pecho de Max y arrinconándolo—. ¿Te atreves a amenazarme a mí? No puedo creer lo poco que confías en tu mujer… para que sepas, hoy duermes aquí.—P-pero…Ella se gira ignorándolo por completo y se dirige a Evan, mientras que Max se queda sin entender nada.—Quiero que busques a una doble, dentro de tu grupito especial…&mda
Giselle desayuna su chocolate caliente, unos huevos revueltos y fruta picada, tan tranquila que no pareciera cierto lo que ese día les espera. Max, a su lado, solo puede estar sorprendido por la actitud relajada de su mujer.Los gemelos recibían aquel desayuno con bastante algarabía, por lo que ella acaricia su vientre para calmarlos un poco, Max se acerca un poco y coloca una mano también allí.—Están muy inquietos, ¿te sientes bien?—Perfectamente, pero el desayuno siempre los pone así.—Eso o el hecho de que su madre les cantara para despertarlos.—Bueno, por la noche les cantaré para que se duerman.Max le da un beso en la frente y ambos se ponen de pie para ir a prepararse, un pequeño grupo de vigilancia aún los sigue a todos lados, hoy más que nunca, porque no saben en dónde Megan decidirá parar todo eso.Sal