El jueves pasó como si nada, al menos por parte de Max, porque Max cargaba la culpa en todo el cuerpo.
Aunque durante el día trabajó como loca, para agotarse y poder dormir, por la noche no puedo sino dormir un par de horas, porque la consciencia y las ganas de ir con Max, enterrarse en sus brazos y besarlo como si no hubiera un mañana, eran tremendas.
Pero ya era viernes, y ese día era el concierto. Aunque quería ir, no le había dicho nada a Max sobre aquellas entradas, especialmente porque no sabía si él iba a querer ir con ella.
En realidad, no le había dicho a Max sobre nada, lo de ellos se había convertido en una relación de trabajo muy silencioso y solo se dijeron los buenos días, que tal el día y las buenas noches.
Sale de su habitación, pensando en la rueda de prensa del día anterior, donde desmintió cualquier relación que
Veinte minutos después, llama a Tomy y le entrega el contrato de ella.—Por favor, dáselo a Jason, él se hará cargo de ella.—Sí, señorita Sparks —Tomy sale de allí y Max se va con el de Rob.Una parte de ella le dice lo mismo que con Megan, que es un terrible error, pero no puede rechazarlo, en especial porque Rob accedió a ser uno de los clientes con programas comunitarios que puede entregar muchísimo a los niños y jóvenes sin familia.Conocer a los niños de la señora Peck le abrió los ojos de una manera que no se esperaba y el estar ella misma casi sin familia, le ha dejado esas sensación de hacer algo más por aquellos chiquillos que solo enseñarles cosas.Tras revisar todos los puntos de aquel contrato, lo firma y le envía un mensaje a Rob, diciéndole que en cuanto tenga un tiempo libre, que la l
Cuando Max se citó con aquella mujer con tanta urgencia, no se imaginó que terminaría huyendo de ella… literalmente hablando.Y mucho menos el problema en que lo metería con su bonita.Se citó con Dalia en un café, lo más concurrido posible para esa hora, porque él conocía la reputación de la mujer, creyó que eso la detendría, pero se equivocó tremendamente.Tras conversar un poco, Max le pidió que contactara a su hija, por un par de pases VIP Super Star en el spa de su hija. La mujer habló con su hija por aquellos pases de todo lujo, los que estaban reservados para personalidades como JLo, Mariah Carey o Salma Hayek.Le costaron un dineral, pero ella lo valía y, para asegurarse de que no iban a cancelarle la reserva en cuanto corriera de allí, se aseguró de pagarla, confirmarla y fijar la fecha para el día s
Ella se pone de pie y camina emocionada hacia esas rosas, Tomy firma el recibo y toma aquel sobre. Giselle huele las rosas, es un arreglo hermoso, comienza a contarlas y ve que son veinte rosas en total.—¿Qué tiene el sobre? —le pregunta a Tomy sin dejar de ver las rosas.Tomy abre el sobre, saca el contenido y se queda petrificado. Ella se gira para saber por qué su amigo no habla y se acerca para ver aquello que lo dejó tan pasmado, hasta que posa la vista en aquel pase.—No… —dice ella sin poder creérselo.—Sí… — le responde Tomy.—Pero… pero, estas cosas valen una fortuna.—Doscientos cincuenta mil, cada uno.—Y aquí hay dos —Giselle le quita el sobre y deja el arreglo de rosas sobre el escritorio.Saca otro papel dentro y ve una bella caligrafía, Tomy la tiene que sostener cuando ella co
Sobre el día de spa solo podemos decir que fue relajante, a cada uno lo llevaron a una sección diferente, por lo que no se vieron en todo el día. Sin embargo, ambos salieron con la misma cara de satisfacción después de todos esos mimos y se durmieron en el camino, Giselle con su cabeza apoyada en el hombro de Max.Luego de eso, los días pasaron con ciertas discusiones acera de algunas citas que Max había agendado con mujeres de dudosa reputación mediática. En todas ella estuvo presente, solo para saber que era eso tan importante a negociar y solo eran excusas para ver a Max.Al menos eso era lo que ella decía, pero era para asegurarse de que Max no se citara con ninguna fuera de la oficina.Hoy, ya es viernes otra vez. Por la noche del jueves, Giselle se acostó tarde y vio a Max trabajando en su despacho, por lo que no le causa sorpresa el no verlo en la cocina cuando va por el chocolat
Unos minutos después, Giselle aparece con una bandeja y se la coloca en frente. Huele delicioso y Max recuerda que no ha comida nada durante la mañana, así que ataca su plato como si no fuese a comer más.—Buen apetito… es una buena señal.—Creo que voy a querer más, esto está delicioso.Giselle se lleva el plato vacío y cuando regresa, trae dos.—No te emociones, que uno es para mí.Se sienta a su lado, sube los pies a la cama y comienza a comer, sin quitarle la mirada de encima a Max. Ambos terminan casi al mismo tiempo y ella se lleva los platos sucios de una vez, cuando regresa, le coloca el termómetro a Max otra vez y respira cuando ve que la temperatura ya está en 38°C—Bueno, yo iré a quitarme el disfraz de ejecutiva, regreso en seguida.—¿Me vas a vigilar todo el día?—Sí, porque quiero asegurarme de que esa botella de agua desaparecerá antes del atardecer —lo mira con ojos acusatorios y Max suelta la carcajada—.Sin pensarlo mucho, Giselle se mete a la ducha, luego se viste r
Los días pasaron luego de aquellas fiebres tan extrañas y, por supuesto, Giselle aplicó la mejor técnica de todas: la evasión.Evitó hablar de lo sucedido con Max a toda costa, pero él no la forzó, lo que pasó aquella noche lo tenía con un pie en la tierra y el otro en la fantasía, sin embargo, por más que ella lo evitara, había sucedido y punto.Llegan a la cocina, se sientan a desayunar juntos, sin dejar de sonreírse. Pero no es una agradable, es esa tensa, llena de cordialidad y de una necesidad de querer correr, al menos por parte de Giselle, porque la de Max solo gritaba “si te descuidas, te vuelvo a besar”.—¿Alguna novedad para hoy? —pregunta Giselle sin levantar la mirada o terminará colgada del cuello de su patán—.—Nada, solo que luego de la consulta, iremos a un lugar muy discreto, pero entretenido.—¿Adelanto?—Te vas a divertir, te lo aseguro, me lo recomendó una persona muy tranquila. Creo que es nuevo, solo va gente que quiere conversar y bailar, nada de coqueteos.—O d
Una vez en el auto, Max ingresa la dirección del sitio en el GPS del auto y salen rumbo a la diversión, sin saber cuán divertido sería… para Giselle.Buscan un lugar donde estacionar y los dos caminan muy juntos, en la entrada, un hombre de mal carácter los deja entrar y les indica que en el lugar no se admiten espectáculos.Al entrar, el ambiente es tranquilo, la música es suave, no hay olor a tabaco y son muy pocos los que están bailando. Pero sí hay mucha gente sentada, conversando. Caminan a la barra, para poder pedir algo de beber, mientras Giselle canta bajito, Max arruga el ceño, porque hay algo que le parece extraño.Cuando toman asiento, un hombre se acerca a ellos y Max se pone alerta, porque se ve bastante bien parecido y cree que allí pueden ligar con Giselle, pero se sorprende cuando en lugar de ocupar el asiento vacío al lado de ella, ocupa el que est&
Las manos de ese par no se despegaron en todo el viaje de regreso a casa, en cuanto llegaron, Ferny se lanzó sobre Max y Giselle corrió riendo a su habitación, haciendo caso omiso de las súplicas de Max para que le ordenara al can dejarlo en paz.Cuando ella vuelve a salir, lleva un moño alto y descuidado, un pijama suelto de playera y pantalón, y la cara de felicidad somnolienta más tierna que Max pudo ver en su vida.—¿No deberías ir a dormir?—Quiero ver una película romántica… y hablar contigo de esto —dice señalando a ambos—.—Esto… —le dice Max acercándose a ella y tomando sus manos—. ¿Quieres ponerle nombre?—No, quiero poner límites.—Bien, dame diez minutos para ponerme cómodo y te alcanzo en la sala.Le da un suave beso en los labios y se aparta de