No se crean... Roman se siente mal por Dani, pero jamás se va a arrepentir de cortejarla. Ese hombre es un coqueto...
ROMAN.Habían pasado un montón de cosas, situaciones, que casi llevan a la locura a Dani, y la entiendo, porque viví la desesperación en carne propia, aunque debo admitir que no tanto como ella, que su mente había bloqueado parte de sus recuerdos tristes, y ahora tenga que dejar su vida atrás por segunda vez.No voy a negar que la culpa me carcome la mente. Al principio tenía la intención de marcharme de aquí, lo cual sería absurdo, porque ya el peligro está rodeándonos, y no puedo abandonarla por segunda vez. Ella no se merece este mundo, y tampoco se merece el mundo en el que vivo.Danishka se merece el cielo; merece flores y chocolates, un hombre que la contemple en toda su magnitud; un hombre que la corteje como una dama, y haga que la tristeza, desaparezca de su vida. Merece un amor bonito, un amor que yo nunca podría darle.La amo en todo su esplendor, y la admiro por su resiliencia ante la vida que le ha tocado vivir.Por eso, frente a esta fogata, me permití aceptar que no soy
DANISHKA No creí que fuera capaz de hacer aquello, pero mi mente no estaba conectada con mi cuerpo en ese momento, y actuó por puro impulso. Hasta ahora, siento el cosquilleo sobre mis labios, causados por su barba creciente. Estaba tan guapo el día de hoy, y eso no mejora mi estabilidad para con mi propósito. No puedo sentir nada por él, aunque sea casi imposible evitarlo, si todos los días nos cruzamos, y todos los días está tan sexi. Quizás, debería cambiar mi forma de vestir. Usar algo más flojo, así no lo hago caer en tentación, porque eso existe. El diablo nos rodea constantemente, más en un mundo como este. — ¿En qué piensas? — preguntó su mejor amiga. — En que la maldad nos rodea. El diablo está presente en un mundo como este. — Marta arqueó la ceja, y luego frunció el entrecejo —. Aquí la tentación abunda. Mi mejor amiga sonríe, al parecer comprendiendo mi dilema. — En eso tienes razón. Ya estuve a punto de caer en varias ocasiones desde que me metí en esto. — ¡¿Qué?!
DANISHKA.¿Cómo que soy detestable?¿Qué rayos quiso decirme?Pero, cuando me di cuenta de sus palabras, él ya había desaparecido, y no tuve el tiempo de preguntar, como conoció a mi madre; aunque, pensándolo bien, si Roman los conocía, ¿por qué él no?Sin embargo, ¿por qué decía que mi madre era detestable?— Dani, ¿qué estás haciendo ahí? — La voz de Marta me trajo de vuelta al mundo. La miré confundida, y observé el libro en mi mano —. ¿Quieres leer? Nunca pierdes la costumbre.— No… solo lo vi y lo tomé. No llama mi atención — respondí.— ¿Quieres salir a dar una vuelta?— ¿Qué sabes de la madre Superiora y las hermanas del convento? — pregunté de golpe.El rostro de mi mejor amiga se contrajo, y la seriedad junto con la confusión invadieron sus ojos.— No tengo idea. No es como que estamos aquí mucho tiempo, Dani. Apenas y me estoy adaptando igual que tú — respondió.— ¿No crees que nos ocultan información que merecemos saber? O sea, sé que mi cabeza está algo descompuesta — digo
DANISHKA. Debía pensar en cómo salir de aquí, una estrategia de escape, una idea alucinante para no ser detectada. Lo estaba pensando, mientras me sentaba en el sillón de mi habitación con vista la entrada, jugando con la tarjeta que Roman me había dado. La seguridad había aumentado considerablemente y entendía. El hombre que había causado pérdidas en el negocio de Roman, venía para negociar, y estoy segura, que quería mi cabeza. Yo soy el comodín de esta historia de terror. Una camioneta llega, y de él bajan dos hombres. Detrás se estacionan otros vehículos. Uno en particular, se queda parado, observando todo el panorama, hasta que sus ojos se conectan con los míos. Me sonríe y realiza un asentimiento de cabeza a modo de saludo. Frunzo el ceño, y un leve recuerdo se apodera de mi mente. — Debes esconderte. Ellos vendrán por ti, y no podré evitarlo — dijo el joven, mirándome a los ojos con preocupación. — Debo pelear. Mi familia está en peligro. — No puedes. Ellos son muchos — i
DANISHKA.El oscuro abismo del desmayo me había tragado por completo, y cuando finalmente emergí de su abrazo implacable, lo primero que noté fue el peso a un lado de mi cama. Era como si el mundo estuviera todavía un poco borroso, como si mi mente estuviera envuelta en una neblina espesa. Un peso cálido y reconfortante descansaba sobre mi vientre, y cuando mis párpados se batieron con esfuerzo para abrirse, la realidad comenzó a filtrarse de nuevo en mi conciencia.Mis ojos se abrieron lentamente, y al principio, solo pude parpadear ante el brillo de la luz matutina que se filtraba por las cortinas. Pero entonces, la confusión se convirtió en claridad, y me encontré completamente perpleja por lo que vi.Roman.El hombre por el que mi corazón latía con fuerza estaba allí, dormido, con la cabeza inclinada sobre el colchón y el brazo extendido sobre mi vientre. Su presencia era como un faro en la oscuridad, disipando cualquier rastro de miedo o incertidumbre que pudiera haberse aferrado
ROMAN Estaba algo confundido con lo que había pasado, y más, con lo que me había dicho. Si todo lo que dice es verdad y no parte de una ilusión de su mente; entonces, porque Vlad la salvaría; aunque ciertamente podría ser cualquier miembro de su clan. Sin embargo, algo no cuadraba en esa historia, y es que, por qué le cortarían la cabeza a su madre, a excepción de mi clan. Anoche Vlad actuó muy extraño cuando la vio, y no insistió con su particular forma de actuar; simplemente huyó, lo cual me hace pensar que las palabras de mi mujer, son ciertas y él la recuerda. La reconoció. Por eso ahora, estoy marcando su número en el celular para comunicarme con él. — Vlad, necesitamos hablar urgentemente — digo, apenas contesta. El hombre suelta un suspiro y me da una dirección. Llamo a Saúl avisando de mi salida, y aunque le parece una muy mala idea, lo acepta y prepara a los hombres que irán en cubiertos a cuidar mi espalda, aunque no lo necesite. Cuando salgo del despacho con un arma c
DANISHKA.Soy una pelotuda real. Estar haciendo esto es inaudito, pero necesitaba saber que había pasado de los niños y mis hermanas, y Roman no me ha dado respuestas.Habían pasado varios días desde aquella en que había recordado algo, y desde entonces, él se ha mantenido algo distante, es por eso que tomé la decisión de escapar de su mansión. Creo que lo he logrado, porque nadie me ha seguido, y ahora estoy metida dentro de un taxi, rumbo al viejo convento o no sé si sigue siéndolo.Sin embargo, el lugar estaba rodeado por los hombres de Roman, lo sé, porque he reconocido a uno, y eso, me daba una sensación de seguridad como de miedo.Bajé del taxi y caminé hacia la entrada. El hombre al verme, se sorprende, pero mantengo el rostro inexpresivo y lo señalo con el dedo.— No te atrevas a llamarlo y sígueme — ordené.El hombre detuvo sus movimientos, y yo agradecí que mi vos no titubeara en el proceso.— Señora, el jefe debe saber de su paradero — murmuró el hombre atrás mío —, o me me
DANISHKA.El trayecto hasta la imponente mansión fue tenso y silencioso. El peso del conflicto con Roman pesaba sobre mí como una losa, y cada vez que miraba hacia él, encontraba su mirada fría y distante, su mandíbula apretada con una furia apenas contenida.Al detenernos frente a la entrada principal, Roman salió del coche con un movimiento brusco y determinado. Su presencia imponente parecía llenar el espacio a su alrededor, y me quedé en el interior del vehículo, esperando con un nudo en el estómago lo que vendría a continuación.Mi corazón dio un vuelco cuando Roman se acercó a la puerta trasera del coche y la abrió de golpe. Sin darme tiempo a reaccionar, me tomó del brazo y me levantó nuevamente sobre sus hombros. La sensación de estar suspendida en el aire, vulnerable y expuesta, me llenó de una mezcla de indignación y temor.— Roman, por favor — supliqué, mi voz temblorosa con la impotencia y la frustración —. Bájame, por favor.Intentando ser un poco más suave. Me estaba can