La historia va tomando su curso. Dani comienza a ser más suelta con Roman. Roman, ha descubierto más sobre el pasado de ella. ¿Qué pasará después? Solo sé, que su primer beso será intenso...
DANISHKA.Soy una pelotuda real. Estar haciendo esto es inaudito, pero necesitaba saber que había pasado de los niños y mis hermanas, y Roman no me ha dado respuestas.Habían pasado varios días desde aquella en que había recordado algo, y desde entonces, él se ha mantenido algo distante, es por eso que tomé la decisión de escapar de su mansión. Creo que lo he logrado, porque nadie me ha seguido, y ahora estoy metida dentro de un taxi, rumbo al viejo convento o no sé si sigue siéndolo.Sin embargo, el lugar estaba rodeado por los hombres de Roman, lo sé, porque he reconocido a uno, y eso, me daba una sensación de seguridad como de miedo.Bajé del taxi y caminé hacia la entrada. El hombre al verme, se sorprende, pero mantengo el rostro inexpresivo y lo señalo con el dedo.— No te atrevas a llamarlo y sígueme — ordené.El hombre detuvo sus movimientos, y yo agradecí que mi vos no titubeara en el proceso.— Señora, el jefe debe saber de su paradero — murmuró el hombre atrás mío —, o me me
DANISHKA.El trayecto hasta la imponente mansión fue tenso y silencioso. El peso del conflicto con Roman pesaba sobre mí como una losa, y cada vez que miraba hacia él, encontraba su mirada fría y distante, su mandíbula apretada con una furia apenas contenida.Al detenernos frente a la entrada principal, Roman salió del coche con un movimiento brusco y determinado. Su presencia imponente parecía llenar el espacio a su alrededor, y me quedé en el interior del vehículo, esperando con un nudo en el estómago lo que vendría a continuación.Mi corazón dio un vuelco cuando Roman se acercó a la puerta trasera del coche y la abrió de golpe. Sin darme tiempo a reaccionar, me tomó del brazo y me levantó nuevamente sobre sus hombros. La sensación de estar suspendida en el aire, vulnerable y expuesta, me llenó de una mezcla de indignación y temor.— Roman, por favor — supliqué, mi voz temblorosa con la impotencia y la frustración —. Bájame, por favor.Intentando ser un poco más suave. Me estaba can
DANISHKA. El corazón latía desbocado en mi pecho mientras Roman me miraba con una intensidad que me hacía sentir desnuda, aunque aún conservara la blusa que me cubría. Su mirada, fría y penetrante, parecía atravesar cada capa de tela, cada barrera que intentaba mantener intacta mi privacidad. — No lo haré — dije con determinación, tratando de mantener mi voz firme a pesar del miedo que me invadía. Roman no parecía dispuesto a aceptar un no como respuesta. Sus ojos, oscuros y despiadados, brillaban con una ira apenas contenida. Me sentí acorralada, como si estuviera a punto de ser devorada por un depredador acechante. — Te lo advierto, Danishka Delaney — su voz era un susurro amenazante —. Si no te quitas esa blusa, lo haré yo mismo. Y no seré tan suave. Su amenaza resonó en mis oídos como un eco ominoso. No podía permitir que me obligara a hacer algo que me causaba tanto dolor y vergüenza. Pero la certeza en sus ojos me dejó sin aliento, su determinación era palpable. Me alejé de
DANISHKA.— Lo vio, Dani, y tú nunca permitías que alguien más lo vea. ¿En verdad te sientes segura con él? — preguntó. Ésta vez no había rastro de burlas en su voz, no había rastros de intentar bromear en su rostro. Ella estaba preguntando en serio —. Tú eres mi mejor amiga, y te quiero. Roman es un hombre que ha demostrado tener sentimientos sobre ti; pero eso no quita que sea un mafioso y que pueda darte la vida que deseas.— Dudo que lograra tener esa vida, Marta — susurré, mientras me volvía a colocar la blusa —. Un ruso al que no conozco o recuerdo, quiere mi cabeza.— No te harán daño.— ¿Qué más daño podrían hacerme? Estoy sin recuerdos, pero marcada de por vida — respondí —, y el hombre que me gusta acaba de besar esas cicatrices.La sorpresa dibujada en el rostro de mi amiga, era algo raro de ver. Una sonrisa se dibujó en sus labios.— Acabaste de admitirlo. Te gusta — murmuró. Se puso de pie y dio varios saltos —. A Dani le gusta un hombre.¿Me gusta Roman?Desde el primer
DANISHKA. Me obligaron a caminar el extenso camino, hasta llegar a la parte trasera de la mansión. Una parte donde nunca antes había venido, y me sorprende la cantidad de hombres que la están rodeando. — ¿Te sorprende los enemigos que tiene tu hombre? — frunzo el ceño por la forma en que dice aquellas palabras. — Me sorprende lo cobarde que son para traicionarlo — respondí, con valentía. El hombre me toma del cabello del cabello, y me pega a su rostro mirándome con tanto odio que es imposible describirlo. — ¿Valentía? Eso es lo que necesité para poder estar de este lado — granó con tanto odio. pude detallar entonces el corte en su rostro y el ojo ausente —. Mira lo que me hizo ese hijo de puta. Basura. Debería estar muerto, y lo estará. Me suelta con brusquedad y el hombre que me había sacado de la habitación me sostiene, pero vuelve a empujarme hacia el joven. Parecía una pelota de pimpón de aquí para allá. — ¿A ti también te lastimó? — pregunté, cuando me subieron al coche. —
ROMAN.— ¿Cómo mierda ocurrió? Quiero a todo el escuadrón buscándola, en cada rincón de esta puta y maldita ciudad — grité con un miedo siendo aplastado para no mostrarle a los demás.La mafia era peligrosa, y si eras capturada por ellos, mucho más. Las cosas inimaginables que pasaban por mi mente de lo que podrían hacerle, me hacía temblar; pero debía mantenerme serio.— La amiga de la señora, aún no despierta — informa Saúl.— Me traicionaron. Me traicionaron en mi casa y se llevaron a mi mujer — grazné —. No me importa en estos momentos su amiga; me importa ella. ¿Sabes lo que podrían hacerle?— Sobrino, debes mantener la calma. Vamos a encontrarla — interviene mi tío, quien ha estado sentado en el sofá en todo este tiempo, sin mover un dedo —. Ya están buscándola por todas partes.— Saúl, ¿has recopilado la información de su pasado? ¿Qué fue lo que hicieron sus padres?— Sus padres no solo traicionaron a la Bratva, sino también…— ¿A quiénes?— A tu padre — respondió mí tío, hacie
DANISHKA. No tenía idea de quien era este hombre. ¿El ruso que quiere mi cabeza? Su acento es muy diferente, sin embargo, por la forma en que me observa, se puede detallar el odio hacia mí o hacia mis padres. No lo sé. Pero, tengo miedo. — Así que, tú eres la joven que Roman buscaba desesperadamente — masculla, caminando a mi alrededor —. Te ves bien. Lástima que no eres mi tipo…, pero al parecer, el de mis hombres, sí. —¿Qué quieres? — musité, intentando mantenerme fuerte. Mis brazos dolían de estar colgada —. Ni siquiera sé quién eres. — Entonces, los rumores son ciertos. De que no tienes memoria de tu pasado — murmura. Es un hombre alto, canoso. Para muy mayor, pero definitivamente, se mantiene —. Eso no es impedimento. — No quiero problema. No sé qué fue lo que hicieron mis padres para que los mataran, pero yo… — ¿Tus padres? Más que nada, tú eres la causante, niña — graznó, posicionándose frente a mí —. Más vale que empieces a recordar donde ocultaste mi oro, de lo contrari
Cada vez que aquel metal caliente se acercaba a mi piel, un grito desgarrador salía del fondo de mi garganta. Todos ignoraban mis súplicas. Todos ignoraban mi llanto, ignoraban el dolor que me ejercían.— ¡Necesito saber todo! — exclamó con una voz cargada de ira —, o todo tu cuerpo estará marcado por mí. Reabriré tus heridas y desgarraré tu alma como lo hicieron los Brandon.El hombre sigue culpando a Roman de mi pasado, y me cuesta aceptar que sea verdad. Él es capaz de muchas cosas, pero no puedo aceptar que tenga algo que ver con la muerte de mis padres, con mis heridas.La mete me da vuelta, no tengo fuerzas para hablar, mucho menos para gritar cuando siento que alguien, desgarra mi camisa por la espalda, y deja al descubierto todas las cicatrices de un pasado tumultuoso, que poco a poco llegan a mi mente.— Ya no puedo más… — susurré, recibiendo el primer latigazo.El dolor se extendía por todo mi cuerpo, envolviéndome en una agonía indescriptible. Cada golpe, cada tormento, era