Lorenzo escuchó el sonido de un mensaje de emergencia en su teléfono, soltó los papeles que estaba revisando y tomó el aparato, como supuso el mensaje era de Bianca. Un video de quince segundos de duración mostró como el coche donde iba su esposa impactó contra una camioneta e inmediatamente puso la reversa para tratar de huir mientras varios hombres con armas larga le disparaban al vehículo tratando de romper el blindaje.La imagen lo horrorizó.Miró la ubicación del teléfono y frunció el ceño ¿Qué hacía Bianca en ese barrio? ¿Por qué se desviaron de su ruta? Se levantó y corrió a la puerta, su jefe de seguridad venía caminando con prisa hacia él, tenía el teléfono pegado a la oreja. Le hizo una seña para indicarle que mantuviera silencio y otra para que lo siguiera.Ambos corrieron hacia el ascensor que uno de los guardaespaldas sostenía. El jefe de seguridad puso su teléfono en altavoz mientras el aparato descendía a toda velocidad. Los ojos de Lorenzo se llenaron de angustia cuand
Gia iba saliendo de clases cuando recibió una llamada de Lorenzo, se extrañó muchísimo porque este nunca la había llamado generalmente era Bianca la que la llamaba para cualquier cosa. Se apresuró a tomar la llamada con un mal presentimiento apretándole el corazón. El teléfono casi cae de sus manos cuando escuchó que Bianca había sido secuestrada.―Necesito que busques a Gianna al colegio, allí hay cuatro guardaespaldas esperando por ti para protegerlas. Ante la escuela tú y Fabricio son las únicas personas autorizadas por nosotros para buscar a nuestra hija.―Por supuesto, iré por ella.―Por favor, llévala a casa con Anna y Dora. Las lágrimas corrieron por el rostro de Gia, se permitió un momento para llorar antes de marcharse a la escuela, delante de Gianna debería mantener la calma.Tomó su teléfono para darle la noticia a su padre, necesitaba que le llevara a Carmelo a casa de Bianca, se quedaría con las niñas mientras lograban rescatar a su hermana.―¿Bianca está secuestrada? ―p
«Definitivamente Carmina se ha vuelto loca, Gia no es su hermana» pensó Bianca, trato de moverse un poco, pero las esposas no le daban mucha libertad de movimiento, sentía sus piernas y brazos entumecidos.―Gia es hija de papá, Carmina.―¿Estás segura? ―preguntó burlona.―Sí, estoy muy segura. Tienes muchos años sin ver a Gia, prácticamente desde que era una adolescente, por lo que quizás no hayas notado que, entre sus hijos, ella es la que más se parece a papá. Creo que tus ojos vieron lo que quisieron ver influenciados por las dudas de tu mama. Además, no creo que mi mamá le haya sido infiel a mi papá. ¿Si tan segura estás porque no llamas a papá y le pides que te cuente su versión?―Tío Dante siempre defenderá a la zorra de tu madre, y mi padre ya no puede defenderse de sus acusaciones.―¿Exactamente de qué lo acusó mi padre?―No fue tu padre, fue Anna la que lo acusó de haber intentado forzarla después de que mi tío los encontrase en una situación comprometida; y mi tío le creyó a
Todo sucedió con excesiva rapidez, después del primer disparo las balas comenzaron a caer sobre los mafiosos, y estos respondieron disparando contra la policía.Carmina se lanzó sobre su prima con el fin de usarla como escudo, pero Bianca aplicó una maniobra de defensa que, aunque fue algo torpe, logró que ambas cayeran al piso. Carmina intentó dominarla, pero Bianca sabía que era su única posibilidad de sobrevivir y peleó como una fiera. La adrenalina en su cuerpo le hizo obviar dolores y entumecimiento y despertó su instinto de sobrevivencia.Carmina también había recibido lecciones de defensa personal cuando era una adolescente, pero a diferencia de Bianca nunca prestó mucha atención a las clases porque no tenía ninguna mala experiencia que la incentivara. Aunque Carmina tenía la sangre fría y era hábil con una pistola no era rival para Bianca en una lucha cuerpo a cuerpo.Después de un par de minutos de lucha Bianca había logrado dominar a Carmina que gritaba enfurecida. La llave
Gia se quedó a dormir esa noche en casa de Bianca, porque cuando regresaron del hospital era tarde y no quiso despertar a Carmelo. Además, como Lorenzo no quiso dejar a su esposa sola le pidió que en la mañana hablara con Gianna y le dijera que su mamá había tenido un accidente con el coche, que estaba en el hospital, pero que estaría bien. Ellos le harían una videollamada cuando Gia les dijera.―Sí quieres mañana paso por ti para ir a ver a Bianca, ese hospital donde está siendo atendida permite la visita todo el día ―ofreció Fabricio a Gia cuando iban en el coche a la salida del hospital.―Gracias por la oferta, pero Lorenzo me dijo que la darán el alta a primera hora. Me quedaré con las niñas hasta que ellos lleguen.Cuando el chofer estacionó el coche frente a la casa de Lorenzo y Bianca, Fabricio y Gia se bajaron y Dante se marchó a su casa prometiendo regresar al día siguiente.Fabricio no quería marcharse, lo sucedido ese día con el secuestro de Bianca había sido tan increíble
Bianca se encontraba sentada en la cama del hospital, esperando por el alta médica cuando su padre entró en la habitación, su expresión era tan seria que en el momento ella supo que algo había pasado.―¿Qué ha ocurrido, papá? ―preguntó preocupada.Lorenzo la miró extrañado antes de desviar la mirada hacia su suegro.―Tengo un amigo en la policía, me ha llamado hace unos minutos para decirme que en las pesquisas realizadas en el teléfono de Carmina se encontraron conversaciones de ella con Ofelia.―Ellas se llevaban bien, se tapaban una a la otra, no me extraña que mantuvieran el contacto ―respondió Bianca encogiéndose de hombros, era consciente de lo mucho que su madrastra la odiaba.―Carmina era una fugitiva buscada por la ley si ella la hubiese denunciado la policía pudo haber descubierto su ubicación y pedido su extradición, encubrirla fue un delito ―señaló Lorenzo.―No solo eso, Ofelia le pasaba información de tu vida y movimientos y a cambio Carmina le enviaba dinero, el fiscal l
Ofelia se paseaba nerviosa por el salón de su apartamento. No había tenido noticias de Carmina y aunque había llamado a Danetta la noche anterior y esa mañana esta no le comentó nada sobre el secuestro de Bianca. Solo le dijo que Gia había pasado la noche en casa de Bianca y que su padre había llegado muy tarde. Por su parte, Mateo solo le contó del nuevo juego de video y de los amigos con los que jugaba en líneaOfelia pensó que cada día le era más difícil que su hija le diera información de su padre y sus hermanas mayores. Solo le contaba las tonterías de su colegio que para nada le interesaban. En cambio Mateo era más fácil de manipular, sin embargo, era más despistado y menos observador, como todo adolescente vivía en su propio mundo.Había pasado medianoche despierta sin atreverse a enviarle un mensaje a Carmina.La televisión sonaba en el canal de noticias de veinticuatro horas y no había ninguna información sobre el secuestro de Bianca, solo habían hablado de un coche al que hab
Fabricio estaba sentado en la barra del bar donde había quedado con Gia, eran casi las diez de las noches y ella no había llegado. Su mirada se paseó por el lugar y vio que la gran mayoría eran jóvenes, aunque no podía dejar de mirar a un grupo de personas con edades similares a la suya que la estaba pasando bien, al parecer celebraban un cumpleaños. Por enésima vez miró su móvil, eran casi las diez de la noche y no tenía ningún mensaje de Gia. Un par de minutos después cuando estaba a punto de marcharse vio entrar a un grupo de chicos y chicas que tenían pinta de no haber terminado la universidad. Sus ojos se salieron de sus orbita cuando vieron a Gia vestida con un pantaloncillo y top gris con brillos plateados, zapatos de plataforma y un minúsculo bolso que atravesaba su pecho y descansaba sobre su cadera derecha. Los ojos verdes de la joven recorrieron el bar hasta dar con su objetivo sentado en la barra. Una sonrisa seductora se instaló en su boca, se separó del grupo y se acer