Pido disculpas por no haber actualizado desde hace dos días, pero problemas personales me mantuvieron alejada de todo. Creo que ya se solucionó mi problema y volverán las actualizaciones diarias. Gracias por su comprensión. Un abrazo
Gia se quedó mirando al hombre arrodillado a sus pies y una profunda rabia la invadió, él aún no la quería solo estaba allí por un motivo: Carmelo. Quería casarse con ella para tener a su hijo, no porque la amara, esa mañana no había en su rostro ninguna señal de que se alegrara de verla, de hecho, no recordaba nunca haber visto en su cara un gesto de alegría al verla. ―No ―respondió simplemente mirándolo a los ojos. Las comisuras de los labios de Dante se curvaron con malicia. Fabricio se levantó de un salto con la incredulidad pintada en el rostro. ―¿No? ¿Cómo qué no? ¡Por Dios! Tenemos un hijo. ―¿Y qué? ¿Crees que me importa lo que dice la gente sobre mí? ¿O crees que no puedo criarlo sola? ―le respondió retadora con las manos en las caderas. ―No entiendo por qué no quieres casarte conmigo, pensé que era lo que siempre habías deseado ―dijo él con voz furiosa. Gia bufó burlona. ―Si tiene que explicártelo eres más tonto de lo que pensaba ―replicó Dante con voz divertida. ―¡P
Al día siguiente, Fabricio no tuvo noticias de Gia por lo que, al salir de la consulta, a media tarde, fue hasta su casa. Dante iba saliendo cuando llegó―¿Qué quieres, doctorcito?―Solo vine a ver a Carmelo, pensé que hoy Gia lo dejaría a mi cuidado, pero no apareció.―Carmelo tiene una niñera, ayer Mary Anne tenía el día libre por lo que mi hija te dejó el niño, pero pasa, puedes visitarlo, sé que Gia no se opondrá ―dijo Dante.―Rosa, dile a Mary Ann que el padre de Carmelo vino a verlo, que lo traiga. Yo debo marcharme tengo una reunión, espera a Gia para que se pongan de acuerdo cuando puedes ver a Carmelo.―La estuve llamando todo el día, pero no logré comunicarme, imagino que cambió de número ―señaló Fabricio.―No, tiene el mismo número ―aseguró Dante antes de marcharse.Eso solo significaba que lo había bloqueado.Poco tiempo después, Mary Ann llegó con Carmelo en brazos.―Hola, ¿es usted el señor Fabricio? ―preguntó la chica en un italiano con mucho acento inglés.―Sí, ¿cómo e
Que bien se sentía estar de nuevo en su país, pensó Carmina al llegar a Londres. Traspasar la frontera había sido un riesgo, aunque lo hizo por Escocia donde el control era menos riguroso. La plantilla digital que le fabricaron en Tailandia junto a su nueva identificación había dado resultado, las huella coincidían perfectamente con su nueva identidad.En Londres alquiló un apartamento de lujo en una zona céntrica de la ciudad y se puso en contacto con las personas adecuadas, en ese momento estaban haciendo la vigilancia de su prima. Era necesario conocer su rutina para poder secuestrarla. Eso era más difícil que simplemente matarla, pero no podía resistir la tentación de mirarla a los ojos y que supiera porque estaba allí.También llamó a Ofelia, la mujer era un pozo sin fondo en cuanto al dinero, pero también era una fuente inagotable de información.―Hola, Carmina ―respondió Ofelia ―estaba pensando en ti.―¿Tienes alguna información relevante para venderme?―Por supuesto, siempre t
Bianca salió del laboratorio de la perfumería, se subió a la parte trasera del coche y se puso el cinturón de seguridad. En el asiento delantero iba el chofer y en el asiento del copiloto iba su guardaespaldas.El coche arrancó como todos los días, era hora de ir por Gianna al colegio, mientras el coche se ponía en marcha sacó su teléfono y llamó a Dora para saber cómo estaba Anna, a pesar de que no iba todos los días a trabajar a la perfumería, aún sentía ese pequeño tirón en el pecho los días que la dejaba sola con la niñera.―Tardaré un poco más en llegar a la casa, Dora, hay entrega de boletas de calificaciones y debo retirar la de Gianna ―dijo Bianca a la niñera de sus hijas.Había un accidente automovilístico más adelante por lo que el chofer tomó una vía alterna que lo conectaba por varias callecitas estrechas. El coche entró en una de esas vías y una camioneta negra le cerró el paso. Varios hombres se bajaron del coche con armas largas.―Retrocede ―gritó el guardaespaldas.El
Lorenzo escuchó el sonido de un mensaje de emergencia en su teléfono, soltó los papeles que estaba revisando y tomó el aparato, como supuso el mensaje era de Bianca. Un video de quince segundos de duración mostró como el coche donde iba su esposa impactó contra una camioneta e inmediatamente puso la reversa para tratar de huir mientras varios hombres con armas larga le disparaban al vehículo tratando de romper el blindaje.La imagen lo horrorizó.Miró la ubicación del teléfono y frunció el ceño ¿Qué hacía Bianca en ese barrio? ¿Por qué se desviaron de su ruta? Se levantó y corrió a la puerta, su jefe de seguridad venía caminando con prisa hacia él, tenía el teléfono pegado a la oreja. Le hizo una seña para indicarle que mantuviera silencio y otra para que lo siguiera.Ambos corrieron hacia el ascensor que uno de los guardaespaldas sostenía. El jefe de seguridad puso su teléfono en altavoz mientras el aparato descendía a toda velocidad. Los ojos de Lorenzo se llenaron de angustia cuand
Gia iba saliendo de clases cuando recibió una llamada de Lorenzo, se extrañó muchísimo porque este nunca la había llamado generalmente era Bianca la que la llamaba para cualquier cosa. Se apresuró a tomar la llamada con un mal presentimiento apretándole el corazón. El teléfono casi cae de sus manos cuando escuchó que Bianca había sido secuestrada.―Necesito que busques a Gianna al colegio, allí hay cuatro guardaespaldas esperando por ti para protegerlas. Ante la escuela tú y Fabricio son las únicas personas autorizadas por nosotros para buscar a nuestra hija.―Por supuesto, iré por ella.―Por favor, llévala a casa con Anna y Dora. Las lágrimas corrieron por el rostro de Gia, se permitió un momento para llorar antes de marcharse a la escuela, delante de Gianna debería mantener la calma.Tomó su teléfono para darle la noticia a su padre, necesitaba que le llevara a Carmelo a casa de Bianca, se quedaría con las niñas mientras lograban rescatar a su hermana.―¿Bianca está secuestrada? ―p
«Definitivamente Carmina se ha vuelto loca, Gia no es su hermana» pensó Bianca, trato de moverse un poco, pero las esposas no le daban mucha libertad de movimiento, sentía sus piernas y brazos entumecidos.―Gia es hija de papá, Carmina.―¿Estás segura? ―preguntó burlona.―Sí, estoy muy segura. Tienes muchos años sin ver a Gia, prácticamente desde que era una adolescente, por lo que quizás no hayas notado que, entre sus hijos, ella es la que más se parece a papá. Creo que tus ojos vieron lo que quisieron ver influenciados por las dudas de tu mama. Además, no creo que mi mamá le haya sido infiel a mi papá. ¿Si tan segura estás porque no llamas a papá y le pides que te cuente su versión?―Tío Dante siempre defenderá a la zorra de tu madre, y mi padre ya no puede defenderse de sus acusaciones.―¿Exactamente de qué lo acusó mi padre?―No fue tu padre, fue Anna la que lo acusó de haber intentado forzarla después de que mi tío los encontrase en una situación comprometida; y mi tío le creyó a
Todo sucedió con excesiva rapidez, después del primer disparo las balas comenzaron a caer sobre los mafiosos, y estos respondieron disparando contra la policía.Carmina se lanzó sobre su prima con el fin de usarla como escudo, pero Bianca aplicó una maniobra de defensa que, aunque fue algo torpe, logró que ambas cayeran al piso. Carmina intentó dominarla, pero Bianca sabía que era su única posibilidad de sobrevivir y peleó como una fiera. La adrenalina en su cuerpo le hizo obviar dolores y entumecimiento y despertó su instinto de sobrevivencia.Carmina también había recibido lecciones de defensa personal cuando era una adolescente, pero a diferencia de Bianca nunca prestó mucha atención a las clases porque no tenía ninguna mala experiencia que la incentivara. Aunque Carmina tenía la sangre fría y era hábil con una pistola no era rival para Bianca en una lucha cuerpo a cuerpo.Después de un par de minutos de lucha Bianca había logrado dominar a Carmina que gritaba enfurecida. La llave