Bianca estaba impaciente por hablar con Lorenzo, cuando entraron al colegio Gianna los estaba esperando por lo que no pudieron hablar sobre la citación del juzgado, después él las dejó en la casa y se marchó a la oficina.―Por favor, llega temprano hoy, ayer Gianna se durmió sin verte, además de que me gustaría conversar algunas cosas que contigo ―pidió Bianca antes de que el coche se pusiera en camino.―Vendré a tiempo para llevar a Gianna a la cama ―respondió él con frialdad.Y había cumplido su promesa, juntos acostaron a Gianna y le leyeron un cuento hasta que se durmió, después la dejaron con Dora y bajaron a cenar.Una vez que la comida estuvo puesta en la mesa le pidieron al servicio retirarse.―¿Qué dice la citación? ¿para cuándo es el juicio?―Se la pasé a mi abogado, el juez quiere vernos para conciliar, no se ha aceptado la demanda aún, solo escuchará a las partes y decidirá si es procedente ir a juicio o no. La vista será en cinco días. ―Entiendo, ¿debo estar presente?―Sí
Dante había estado la mitad de la tarde paseando por la casa, esperando impaciente por la llegada de su hija. Desde que Lorenzo le anunció que irían en persona a entregar la tarjeta para una fiesta, se la pasó entre nervioso y feliz, por eso cuando sonó el timbre se adelantó al servicio y abrió él mismo la puerta.Su sorpresa fue grande cuando vio a la niña que estaba entre Lorenzo y Bianca, el parecido con su hija era impresionante de allí las primeras palabras que le dirigió.De inmediato recordó sus modales y les dio la bienvenida, no podía dejar de mirar a Bianca la había extrañado mucho. Sus ojos se dirigieron a Lorenzo cuando este extendió la mano para saludarlo. Siempre había admirado a Lorenzo y le parecía que su hija había hecho un excelente matrimonio.―Gianna, este es mi papá, se llama Dante y puedes decirle abuelito Dante.―Hola, abuelito Dante ―saludó Gianna poniéndose de puntitas con los brazos estirados esperando un abrazo. Dante se inclinó y dejó que la niña le diera u
La mañana de la audiencia en el juzgado llegó más rápido de lo que hubiesen deseado, Bianca se despertó al amanecer y fue al baño, se sentía fatal por los nervios, sin embargo, se las arregló con las galletas saladas y el té que le preparó la cocinera.Lorenzo no se había dado cuenta de lo mal que se sentía porque continuaba durmiendo en la otra habitación, aunque no la trataba mal, lo hacía con una frialdad que la desesperaba.Esa mañana dejaron a Gianna en el colegio y se dirigieron a la audiencia en el tribunal de familia.Carmina llegó acompañada de su abogado y de Ofelia, al verla, Bianca entrecerró los ojos, debió ser su madrastra la que le informaba a su prima de su boda y de la últimas novedades de su vida. En el pasado siempre se llevaron muy bien y al parecer eso no había cambiado.Ofelia y Carmina la miraron con odio.―Ya sabemos quien es su espía, Lorenzo ―dijo Bianca señalando a su madrastra. Lorenzo las miró un segundo antes de darle la espalda.El juez entró a la sala y
―Maldito juez, de seguro Lorenzo soltó mucho dinero para comprarlo ―le dijo Carmina a Ofelia cuando iban en el coche. Su mente de delincuente no podía asimilar que hubiera funcionarios honestos y que su reclamación estaba fuera de la ley. ―¿Y tu marido no puede ayudarte a llevarte a la niña? ―preguntó Ofelia. ―Dimitri me aceptará con la niña, podemos vivir en Rusia con él y me ha facilitado todo lo que necesito para llevármela, pero no quiere arriesgarse a que su nombre esté involucrado en el secuestro de un niño. Fui una ilusa al pensar que podía llevármela tan fácil, Bianca ya no es tan tonta y confiada como antes y no aceptó sacarla del colegio, sino que llamó a Lorenzo, pensé que al contarle lo del niño él la echaría de su lado. ―Te dije que ella le había contado lo de su hijo. ―Sí, aunque creo que no le contó todo porque conozco a Lorenzo y sé que se sorprendió cuando se lo dije, pero aun así sigue con ella. Tal vez debí secuestrar a Gianna antes de que se dieran cuenta de qu
Lorenzo y Bianca se encontraban parados en la entrada del salón recibiendo a sus invitados, al lado de Lorenzo estaban sus padres: Gisela y Armando. del lado de Bianca se encontraba Dante. Gianna estaba dando vueltas por el salón con Dora detrás de ella y el ojo de los guardaespaldas puestos sobre la niña. Bianca estaba muy inquieta y no podía quedarse tranquila. ―No te preocupes tanto, todo saldrá bien. ―le dijo Lorenzo al oído tomándola de la mano. Su esposo había investigado la cuenta bancaria de todos los trabajadores de la casa y encontró que una de las doncellas había recibido varios depósitos con grandes sumas de dinero. La chica había sido interrogada y confesó haberle pasado información a Carmina, también les dijo que su exesposa pensaba entrar a la casa con la excusa de poder ver a su hija y despedirse de ella. Su jefe de seguridad y él se miraron preocupados. Lorenzo decidió facilitarle las cosas. Para no ser denunciada ante la policía como cómplice de secuestro la donc
La fiesta terminó en la madrugada, Bianca a pesar de no haber tomado nada de alcohol se sentía eufórica, por lo que al entrar en su habitación se giró y besó a Lorenzo con pasión pegándolo a la puerta. Un poco sorprendido, pero gratamente impresionado él devolvió el beso hasta que unos segundos más tarde tomó el control de la situación.Levantó en brazos a su esposa y la llevó a un lado de la cama, con impaciencia comenzó a buscar la cremallera para deshacerse del vestido. Al mismo tiempo Bianca metió las manos por dentro de la chaqueta de Lorenzo y la empujó sobre los hombros de él hasta que cayó al piso. Las manos de su esposo volvieron a la búsqueda de la cremallera perdida, la impaciencia le hizo gruñir.―¿Dónde está la m@aldita cremallera?Bianca rio con ganas.―Desvístete mientras yo me quito el vestido ―respondió risueña.Lorenzo comenzó a arrancarse la ropa, mientras sus ojos miraban a Bianca que sonreía con diversión al ver la cara de frustración de su marido. Con coquetería
En Sicilia se alojaron en una lujosa mansión frente a la playa que Lorenzo alquiló por un mes. El día anterior llegaron en la tarde, tuvieron que retrasar el vuelo unas horas porque Lorenzo tuvo que ir a declarar a la delegación a declarar en contra de Carmina después de que a Bianca se le pasara el dolor de cabeza.Al día siguiente en la mañana después de desayunar una impaciente y feliz Gianna se marchó a la playa con Gia, Danetta y Mateo, el más pequeño de los Romano, además de dos guardaespaldas. Los chicos corrieron al agua a darse el primer chapuzón del verano. Los adultos permanecieron en la terraza de la casa discutiendo los planes.―Iremos primero al Hospital de San Patricio que es el más cercano a la casa de Carmina ―dijo Lorenzo revisando en su Tablet todas las ubicaciones de los hospitales de Sicilia.―No creo que allí encontremos algo, ese fue el hospital donde atendieron a Bianca después del accidente ―señaló Dante ―es poco probable que cuando la llevaran a ese lugar no
La consciencia volvió a Bianca poco a poco, su mente se vio inundada de recuerdos, comenzando por la noche en la que quedó embarazada, recordó la cara de un dormido Lorenzo y la rabia la inundó, él era el padre de su hija.Recordaba muy bien que había dicho que Gianna era su hija porque se le hizo una prueba de paternidad a escondidas. ¿Era probable que la hubiese tomado estando ambos pasados de copas y no lo recordara? ¿O podía ser que Lorenzo hubiese abusado de ella porque se emborrachó? ¿Entonces porque no la reconoció el día que fue a pedir trabajo? ¿O sí lo hizo? ¡Dios! Estaba tan confundida.Decidida a descubrir la verdad abrió los ojos.―Bianca, cariño, nos has dado un susto de muerte, al fin despiertas ―dijo Lorenzo con el rostro preocupado.A su alrededor estaban Dante y Gia mirándola con preocupación.―¿Dónde está Gianna? ―preguntó con determinación en la voz y los ojos echando chispa. Había recuperado a su hija, pero nunca podría recuperar los primeros cuatro años de su vida