Furia es una palabra demasiado suave para describir lo que Dereck sintió en el momento en que vio a Mía en los brazos del chico de cabello plateado. Ni en sus peores pesadillas imaginó que tendría que presenciar a su Mate en brazos de otro hombre, y no conforme con eso, ni siquiera era un chico cualquiera.En el segundo exacto en el que su aroma le llegó a la nariz supo que ese chico era el mismo con quien se había topado la noche anterior en el bosque, el que la llevaba en brazos era otro hombre lobo, igual que él.Quiso contenerse, realmente quiso aguantar hacer una escena en medio del campus, pero era mejor si lo hacía más público, porque de otro modo no podía asegurar que no iba a lanzarse sobre él y despedazarle la garganta en ese mismo instante.El esfuerzo sobre humano que tuvo que hacer para contener a su lobo y mantenerse en estado humano pendía de un hilo, en especial cuando se acercó y se dio cuenta de que Mía no solo iba en sus brazos, sino que estaba herida. Podía oler la
—Lamento tanto lo que ocurrió allá abajo —le dijo Mía a Damien una vez que la dejó en su habitación.Cassandra no se encontraba allí, debido a que a esa hora tenía clases en otro edificio de la universidad. Aun así, eso no evitó que todas las chicas del dormitorio viesen como Damien la llevaba en brazos. Por supuesto, las murmuraciones y especulaciones no se hicieron esperar.—No te preocupes, debo imaginar que ese era Dereck.Él ya sabía con toda seguridad que se trataba del lobo Alfa de la noche anterior, ya no podía dudarlo más; pero debía seguir en su papel de ignorante.—Sí, es él, pero te juro que no sé por qué hizo eso, yo…Damien acarició su rostro, ese que aún estaba sucio con tierra y sonrió.—Olvídalo, no hablemos de eso.Mía le devolvió la sonrisa, le dio la espalda y apartó el cabello hacia un lado.—¿Puedes ayudarme?El chico pasó saliva con el corazón acelerado. Esa era la primera vez que estaba tan cerca de tocar su cuerpo a un nivel mucho más íntimo. Asintió y trató d
Entre los dos hombres que la confundían y la amenaza latente de su madre por obligarla a casarse con un desconocido, Mía se mantuvo oculta al menos tres días en la seguridad de su dormitorio. Ahí ninguno de ellos podía entrar, pues le había pedido expresamente a Cassandra que les impidiera la entrada, y en cuanto a su madre; la mujer le había llenado el celular de llamadas perdidas. Terminó por bloquearla, pero sabía que eso solo sería una contención momentánea.Mía no podía dejar de pensar en Dereck y en Damien. La última conversación con el chico de cabello plateado le había dejado un mal sabor de boca, no deseaba que él se sintiera mal, pero no podía evitar sentir lo que sentía por el deportista.Esa noche se acostó a dormir con una sensación extraña en el estómago, mas, prefirió ignorarla porque no quería pensar en nada más. Sus sueños eran inquietos, una ráfaga de viento la despertó; o al menos eso pensó ella en ese momento.Se levantó de la cama y descubrió que su amiga no estab
Dereck se quedó observando a Mía, sus ojos se habían perdido en la sorpresa por un breve instante, pero rápidamente la chica endureció la expresión y evitó su mirada.—Estás tan desesperado por seguir mintiéndome que ya solo te queda recurrir a esto para engañarme, ¿en serio? Es muy bajo, hasta para ti —le dijo con una seguridad que lo dejó asombrado.—No te estoy mintiendo Mía, es la verdad. Descubrí a Ginger hace poco con mi ex mejor amigo.Ella volvió a mirarlo anhelando que lo que escuchaba fuese verdad.—¿Qué?—Es cierto, te lo juro. Ese bebé que está esperando no es mío.A Mía se le aceleró la respiración, su corazón también brincó dentro de su pecho y él pudo detectar todas esas reacciones en su cuerpo, sabiendo que ella estaba sintiendo lo mismo.—¿Cómo puedes estar tan seguro?—Esa respuesta viene con la otra cosa que quiero decirte.—Bien, te escucho.Dereck pasó saliva, estaba decidido a contarle toda la verdad. Antes no había sido necesario revelarle su verdadera naturalez
Mía y Dereck se internaron en el bosque en silencio. Caminaron con las manos agarradas hasta que Dereck se detuvo cuando pensó que ya estaban lo suficientemente internados entre los árboles como para tener la suficiente privacidad.El chico se detuvo frente a ella y tomó un gran respiro.Mía lo miraba expectante. Su corazón latía acelerado, como si de algún modo supiera que lo que él le diría iba a cambiar por completo el curso de sus vidas.—Bien, ya estamos aquí. Espero que no me hayas traído para matarme —le bromeó.Dereck se echó a reír y sacudió la cabeza.—No, aunque lo que te voy a decir puede que haga que te desmayes.—¿Qué podría ser tan grave como para algo así?—No tienes idea, Mía. Ni siquiera sé como empezar a decir esto… yo… —Dereck soltó un suspiro y se frotó las manos con nerviosismo. Jamás imaginó que confesar esa parte de su vida fuese tan complicado.—Está bien, solo empieza por el principio —le dijo ella con amabilidad. Él sintió que ella estaba mucho más dispuesta
Dereck corrió a toda velocidad por el bosque buscando la procedencia de los gritos, pero cuando consiguió llegar al lugar, solo pudo hallar una fogata recientemente apagada y latas de cervezas vacías, ahí no había nadie.Sin embargo, pudo percibir claramente el aroma de sus compañeros de equipo e incluso fue capaz de oler el miedo que habían dejado sus cuerpos, como una huella latente de lo que había ocurrido en aquel lugar.La preocupación lo invadió, el aullido que había escuchado y ahora sus amigos desaparecidos no eran, en lo absoluto, una buena señal.Recorrió el bosque abarcando una buena área, mas, no logró encontrar nada, hasta que, en uno de los árboles olfateó un rastro fresco de sangre.—¡Maldición! —renegó. Si Damien se había atrevido a hacerle daño a sus amigos, él se iba a encargar de destrozarlo, no le importaba si era verdad o no lo de ser el Mate de Mía; de hecho, esas afirmaciones eran uno de los motivos por los que estaba dispuesto a olvidarse de sus promesas. Esto
Los dos lobos se escucharon entre sí y no pudieron evitar voltear a verse. Dereck gruñó por lo bajo y escuchó que Damien también había gruñido. A ninguno de los dos les agradó lo que escucharon, sin embargo, se miraron con recelo ante las mismas palabras que habían pronunciado.A pesar de eso, lo que decía la madre de Mía era suficiente para hacerlos poner su atención nuevamente en la conversación que se desarrollaba debajo, ya que ellos presenciaban todo desde arriba.—¿Crees que puedes hacer lo que te da la gana? No creas que no te vi agarrada de la mano de ese… ese vago —atacó la madre.Dereck se echó a reír sin disimulo y lo miró. Damien rodó los ojos e ignoró las burlas del Alfa.—Soy mayor de edad, puedo decidir por mí misma con quien estar —respondió Mía desafiando a su madre.—Eso es lo que tú crees —amenazó la señora—. Yo puedo hacer que te saquen de aquí si me da la gana.—Pues sácame, enciérrame si lo deseas, pero mi respuesta seguirá siendo no.Su madre levantó la mano par
A pesar de lo que Mía les había asegurado, ninguno de los dos pudo quedarse tranquilo con la noticia del supuesto compromiso que su madre le había arreglado. Cada uno por separado empezó a pensar en una manera de deshacerse del estorbo que representaría otro hombre compitiendo por el amor de Mía, el único problema es que tanto Dereck como Damien tenían formas muy distintas de pensar en una solución.Al final la chica se había ido con Damien, cosa que caló profundo en el corazón de Dereck. Él se negaba a creer el gran absurdo que significaba que Damien dijera la verdad sobre que ella fuese su Mate, sin embargo, no podía hallar otra explicación lógica para explicar el gran acercamiento que Mía tenía con él.Si ese hecho no fuese verdad, no habría forma humana o sobrenatural posible de que ella estuviera enamorada de otro que no fuese Dereck.Sin embargo, sin tener la certeza ni una respuesta a sus preguntas, podía seguir especulando que todo eso no era sino la forma de Mía de vengarse d