El corazón de Damien se detuvo por un microsegundo, ese en el que vio el cuerpo frágil de Mía descender hasta las heladas aguas del río Silverbrook. El nombre se lo daban los colores plateados que parecía reflejar cuando la luna llena iluminaba el cielo, sin embargo, esa noche no había luna, esa noche las nubes poblaban el cielo y el frío gélido se colaba en los huesos.La temperatura del agua estaba cerca al punto de congelación, y la única razón por la que no se congelaba del todo, era porque su caudal agitado lo impedía.Mía cayó en las aguas oscuras y desapareció por completo, sumergida en el río helado que parecía habérsela tragado por completo.—¡Mía! —gritó Damien. Soltó los chocolates calientes que tenía en la mano y sin siquiera meditarlo, se quitó la camisa y los zapatos, quedando solo con el pantalón de mezclilla negro que llevaba. Las personas que presenciaron la escena le gritaron que no lo hiciera, pero él no iba a esperar un absurdo rescate.Se arrojó a las aguas del rí
Casi un mes había transcurrido desde que Dereck se había ido de la universidad. El comunicado oficial decía que era por motivos familiares, un tío contrajo una enfermedad grave y solo le quedaba un familiar. Los directivos de Oak por supuesto se solidarizaron con su pobre situación y le dijeron que podía tomarse el mes sin preocuparse por nada. No obstante, la realidad era que Dereck se había ido por algo mucho más importante que eso; buscar respuestas para solucionar el creciente problema del embarazo hibrido que crecía en el vientre de Ginger. A la pelirroja le dio la misma excusa, ya que sabía que no iba a poder convencerla en ese momento de realizarse el aborto, pero al volver, cuando quisiera respuestas por la extrañeza de su condición, sería el momento de confesar todo, y solo entonces esperaba que fuese lo suficientemente inteligente como para interrumpir ese embarazo que nunca debió ser. Con suerte no le diría a nadie sobre lo que es, pero ya Dereck tenía una idea de conting
Una visita inesperada había causado la interrupción entre Mía y Damien. El lobo gruñó por lo bajo, pues habían interrumpido un momento íntimo entre los dos, ella estuvo a punto de dejar que la besase y una interrupción así no era algo que pudiese perdonar tan fácil.Miró a la mujer que ingresó a la habitación con los ojos entrecerrados y una expresión de molestia.Mía en cambio se sorprendió, aunque no sabía si para bien o para mal.—Mamá… ¿qué haces aquí?—¿En serio me lo preguntas?La señora se acercó al lateral de la cama y le tocó la frente y las manos a su hija con el rostro lleno de preocupación.—¿Cómo supiste que estaba aquí?—La universidad me avisó, los doctores me dejaron pasar, ¿estás bien? ¿Te duele algo? —indagó revisando el cuerpo de su hija.—Sí, ya estoy bien —dijo con voz pausada.Su madre suspiró, cerró los ojos y al volver a abrirlos, era como si hubiese cambiado por completo.—Dime cómo pasó, ¿cómo es que estabas tan tarde fuera de la universidad? ¿ah? —exigió sab
El despliegue de magia que Zadrian ejecutó ante sus ojos lo dejó maravillado. Jamás había visto a un brujo o a un hombre lobo brujo en su vida, así que no pudo evitar dejar escapar un jadeo de asombro al ver lo que el chico creaba para él.—No estoy seguro de que vaya a funcionar, aparte de mí, esta sería la segunda vez que sucede un embarazo licántropo en una humana; aunque hay leyendas anteriores, pero ninguna termina bien —explicó Zadrian.Dereck tomó entre sus dedos el pequeño frasco con un líquido de un color rosa claro y transparente.—¿Con esto podré evitar que avance ese embarazo?—Mi esperanza es que con eso puedas provocar un aborto y que la chica sobreviva en el proceso. Con suerte no recordará nada más que un evento triste en su vida.—Muchas gracias, Alfa Zadrian. Tu hospitalidad y ayuda han dejado una gran impresión en mí.—Ha sido un placer, Alfa Dereck —dice haciendo una reverencia.Dereck no estaba acostumbrado a eso, su manada había perecido hacía tanto tiempo que ol
Mía tenía varios días encerrada en su casa. La excusa de su madre era que necesitaba recuperarse del accidente, pero ella ya se sentía bien como para regresar a la universidad, no obstante, su madre estaba empecinada en que volver iba a ser una pérdida de tiempo, pues no quería que su hija saliera con Damien, ni con ningún chico que ella no aprobase en realidad.Por fortuna no le prohibió las visitas de sus amigos, así que Cassandra y Ambrose si pudieron ir a visitarla. Mía tuvo que conformarse con que ellos le contasen el increíble partido debut que había tenido Damien contra uno de los rivales más antiguos de la universidad: los Magdogs.Luego pudo ver algunos videos que habían subido, pero eso fue todo. Su madre no la iba a dejar ir hasta que no estuviera convencida de que ella solo se enfocaría en los estudios.Los días le pasaron con una lenta agonía, y la soledad de su habitación no ayudaba a controlar sus pensamientos, y en especial, sus sentimientos.No podía dejar de darle vu
Mía abrió la puerta inmediatamente después de que Dereck se fue por el balcón. Seguía en pijamas y con el cabello desarreglado, cosa que molestó profundamente a su madre.—¡¿Cómo es que no te has cambiado?!Solo cuando se lo recriminó fue que cayó en cuenta de que no había tenido tiempo para arreglarse como se lo había pedido.—¡Oh! ¡Lo siento! Lo olvidé.—¡Eres una cabeza hueca! ¡Te dije que te quería ver bien presentable antes de que llegara!—Lo sé, es que… —Mía volteó hacia dentro pensando en que todo había sido culpa de Dereck—… me distraje estudiando, me cambiaré ahora.—Date prisa, es de mala educación hacer esperar a las personas.Mía la miró de forma inquisitiva, ¿qué había querido decir con eso? No le costó mucho descifrar que su madre había traído invitados a la casa, lo que no sabía era de quién se trataba y por qué de pronto debía “verse presentable”.Demoró quince minutos en los que buscó un lindo vestido floreado y se arregló el cabello con un peinado semi recogido que
Dereck arrastraba consigo un pesar que le pesaba más que su propia sombra. La tristeza y la decepción se entrelazaban en su interior, formando un nudo intrincado que lo hacía sentir como si estuviera sumergido en una densa niebla. A regañadientes, se vio obligado a retornar a la universidad. Los pasillos y las aulas donde alguna vez había compartido momentos con ella solo aumentaban su dolor, pues ahora se presentaban como un recordatorio constante de lo que una vez tuvo y perdió.En lo más profundo de su ser, Dereck no podía negar que Mía aún albergaba sentimientos por él. Sin embargo, también era evidente que la sombra de Ginger, ese maldit0 error que eligió cuando intentaba ser algo que no era, ahora proyectaba un oscuro obstáculo entre ellos. La culpa pesaba tanto como la tristeza en su corazón, y la incertidumbre se apoderaba de él al preguntarse si su amor sería lo suficientemente fuerte como para superar la tormenta que él mismo había desatado.El eco de sus pasos resonaba por
El chico de cabello plateado se mantuvo oculto entre las sombras mientras observaba al lobo encolerizado rugiendo con furia en medio del bosque. El sonido retumbante llegó a sus oídos como un eco amenazador, confirmando sus temores: su rival había regresado. Estaba convencido de que no podía ser otro que aquel que marcó a Mía sin siquiera revelarle su verdadera naturaleza.Los ojos de Damien siguieron cada movimiento del lobo, quien, ajeno a su presencia, descargaba su ira contra el tronco de un árbol. Las garras del hombre lobo dejaron una profunda zanja en la madera, como un testimonio visual de su poder destructivo. Damien se quedó inmóvil, sintiendo la tensión en el aire mientras el otro liberaba su furia sin restricciones.Sin embargo, la curiosidad superó el instinto de auto prudencia de Damien. Inspirado por la necesidad de entender lo que estaba ocurriendo, se acercó con sigilo, deslizándose entre los árboles como una sombra. Fue entonces cuando notó los ojos del lobo, unos oj