Dereck arrastraba consigo un pesar que le pesaba más que su propia sombra. La tristeza y la decepción se entrelazaban en su interior, formando un nudo intrincado que lo hacía sentir como si estuviera sumergido en una densa niebla. A regañadientes, se vio obligado a retornar a la universidad. Los pasillos y las aulas donde alguna vez había compartido momentos con ella solo aumentaban su dolor, pues ahora se presentaban como un recordatorio constante de lo que una vez tuvo y perdió.En lo más profundo de su ser, Dereck no podía negar que Mía aún albergaba sentimientos por él. Sin embargo, también era evidente que la sombra de Ginger, ese maldit0 error que eligió cuando intentaba ser algo que no era, ahora proyectaba un oscuro obstáculo entre ellos. La culpa pesaba tanto como la tristeza en su corazón, y la incertidumbre se apoderaba de él al preguntarse si su amor sería lo suficientemente fuerte como para superar la tormenta que él mismo había desatado.El eco de sus pasos resonaba por
El chico de cabello plateado se mantuvo oculto entre las sombras mientras observaba al lobo encolerizado rugiendo con furia en medio del bosque. El sonido retumbante llegó a sus oídos como un eco amenazador, confirmando sus temores: su rival había regresado. Estaba convencido de que no podía ser otro que aquel que marcó a Mía sin siquiera revelarle su verdadera naturaleza.Los ojos de Damien siguieron cada movimiento del lobo, quien, ajeno a su presencia, descargaba su ira contra el tronco de un árbol. Las garras del hombre lobo dejaron una profunda zanja en la madera, como un testimonio visual de su poder destructivo. Damien se quedó inmóvil, sintiendo la tensión en el aire mientras el otro liberaba su furia sin restricciones.Sin embargo, la curiosidad superó el instinto de auto prudencia de Damien. Inspirado por la necesidad de entender lo que estaba ocurriendo, se acercó con sigilo, deslizándose entre los árboles como una sombra. Fue entonces cuando notó los ojos del lobo, unos oj
Mía luchaba por contener las lágrimas. Después de toda la odisea que había tenido que pasar la noche anterior, lo menos que necesitaba era que Damien le reclamase lo que había hecho, aunque era consciente de que el chico tenía motivos para reclamarle. Se sentía atrapada entre las decisiones difíciles que la vida le había impuesto, y sabía que había actuado impulsivamente al escaparse de casa. ¿Era locura? ¿O la desesperación por evitar un destino no deseado? La pregunta resonaba en su mente mientras intentaba encontrar consuelo en la mirada de Damien.Su madre parecía haber enloquecido. Aquella mujer que la había cuidado toda su vida ahora parecía haberse transformado en alguien irreconocible. Le sacó toda la ropa de la habitación, incluso le quitó la laptop y si el celular se había salvado fue solo porque Mía lo arrojó por el balcón antes de que ella se diese cuenta. Priscilla parecía una persona diferente, Mía la desconoció, esa mujer no podía ser su madre.La madre, en su furia, en
Furia es una palabra demasiado suave para describir lo que Dereck sintió en el momento en que vio a Mía en los brazos del chico de cabello plateado. Ni en sus peores pesadillas imaginó que tendría que presenciar a su Mate en brazos de otro hombre, y no conforme con eso, ni siquiera era un chico cualquiera.En el segundo exacto en el que su aroma le llegó a la nariz supo que ese chico era el mismo con quien se había topado la noche anterior en el bosque, el que la llevaba en brazos era otro hombre lobo, igual que él.Quiso contenerse, realmente quiso aguantar hacer una escena en medio del campus, pero era mejor si lo hacía más público, porque de otro modo no podía asegurar que no iba a lanzarse sobre él y despedazarle la garganta en ese mismo instante.El esfuerzo sobre humano que tuvo que hacer para contener a su lobo y mantenerse en estado humano pendía de un hilo, en especial cuando se acercó y se dio cuenta de que Mía no solo iba en sus brazos, sino que estaba herida. Podía oler la
—Lamento tanto lo que ocurrió allá abajo —le dijo Mía a Damien una vez que la dejó en su habitación.Cassandra no se encontraba allí, debido a que a esa hora tenía clases en otro edificio de la universidad. Aun así, eso no evitó que todas las chicas del dormitorio viesen como Damien la llevaba en brazos. Por supuesto, las murmuraciones y especulaciones no se hicieron esperar.—No te preocupes, debo imaginar que ese era Dereck.Él ya sabía con toda seguridad que se trataba del lobo Alfa de la noche anterior, ya no podía dudarlo más; pero debía seguir en su papel de ignorante.—Sí, es él, pero te juro que no sé por qué hizo eso, yo…Damien acarició su rostro, ese que aún estaba sucio con tierra y sonrió.—Olvídalo, no hablemos de eso.Mía le devolvió la sonrisa, le dio la espalda y apartó el cabello hacia un lado.—¿Puedes ayudarme?El chico pasó saliva con el corazón acelerado. Esa era la primera vez que estaba tan cerca de tocar su cuerpo a un nivel mucho más íntimo. Asintió y trató d
Entre los dos hombres que la confundían y la amenaza latente de su madre por obligarla a casarse con un desconocido, Mía se mantuvo oculta al menos tres días en la seguridad de su dormitorio. Ahí ninguno de ellos podía entrar, pues le había pedido expresamente a Cassandra que les impidiera la entrada, y en cuanto a su madre; la mujer le había llenado el celular de llamadas perdidas. Terminó por bloquearla, pero sabía que eso solo sería una contención momentánea.Mía no podía dejar de pensar en Dereck y en Damien. La última conversación con el chico de cabello plateado le había dejado un mal sabor de boca, no deseaba que él se sintiera mal, pero no podía evitar sentir lo que sentía por el deportista.Esa noche se acostó a dormir con una sensación extraña en el estómago, mas, prefirió ignorarla porque no quería pensar en nada más. Sus sueños eran inquietos, una ráfaga de viento la despertó; o al menos eso pensó ella en ese momento.Se levantó de la cama y descubrió que su amiga no estab
Dereck se quedó observando a Mía, sus ojos se habían perdido en la sorpresa por un breve instante, pero rápidamente la chica endureció la expresión y evitó su mirada.—Estás tan desesperado por seguir mintiéndome que ya solo te queda recurrir a esto para engañarme, ¿en serio? Es muy bajo, hasta para ti —le dijo con una seguridad que lo dejó asombrado.—No te estoy mintiendo Mía, es la verdad. Descubrí a Ginger hace poco con mi ex mejor amigo.Ella volvió a mirarlo anhelando que lo que escuchaba fuese verdad.—¿Qué?—Es cierto, te lo juro. Ese bebé que está esperando no es mío.A Mía se le aceleró la respiración, su corazón también brincó dentro de su pecho y él pudo detectar todas esas reacciones en su cuerpo, sabiendo que ella estaba sintiendo lo mismo.—¿Cómo puedes estar tan seguro?—Esa respuesta viene con la otra cosa que quiero decirte.—Bien, te escucho.Dereck pasó saliva, estaba decidido a contarle toda la verdad. Antes no había sido necesario revelarle su verdadera naturalez
Mía y Dereck se internaron en el bosque en silencio. Caminaron con las manos agarradas hasta que Dereck se detuvo cuando pensó que ya estaban lo suficientemente internados entre los árboles como para tener la suficiente privacidad.El chico se detuvo frente a ella y tomó un gran respiro.Mía lo miraba expectante. Su corazón latía acelerado, como si de algún modo supiera que lo que él le diría iba a cambiar por completo el curso de sus vidas.—Bien, ya estamos aquí. Espero que no me hayas traído para matarme —le bromeó.Dereck se echó a reír y sacudió la cabeza.—No, aunque lo que te voy a decir puede que haga que te desmayes.—¿Qué podría ser tan grave como para algo así?—No tienes idea, Mía. Ni siquiera sé como empezar a decir esto… yo… —Dereck soltó un suspiro y se frotó las manos con nerviosismo. Jamás imaginó que confesar esa parte de su vida fuese tan complicado.—Está bien, solo empieza por el principio —le dijo ella con amabilidad. Él sintió que ella estaba mucho más dispuesta