El despliegue de magia que Zadrian ejecutó ante sus ojos lo dejó maravillado. Jamás había visto a un brujo o a un hombre lobo brujo en su vida, así que no pudo evitar dejar escapar un jadeo de asombro al ver lo que el chico creaba para él.—No estoy seguro de que vaya a funcionar, aparte de mí, esta sería la segunda vez que sucede un embarazo licántropo en una humana; aunque hay leyendas anteriores, pero ninguna termina bien —explicó Zadrian.Dereck tomó entre sus dedos el pequeño frasco con un líquido de un color rosa claro y transparente.—¿Con esto podré evitar que avance ese embarazo?—Mi esperanza es que con eso puedas provocar un aborto y que la chica sobreviva en el proceso. Con suerte no recordará nada más que un evento triste en su vida.—Muchas gracias, Alfa Zadrian. Tu hospitalidad y ayuda han dejado una gran impresión en mí.—Ha sido un placer, Alfa Dereck —dice haciendo una reverencia.Dereck no estaba acostumbrado a eso, su manada había perecido hacía tanto tiempo que ol
Mía tenía varios días encerrada en su casa. La excusa de su madre era que necesitaba recuperarse del accidente, pero ella ya se sentía bien como para regresar a la universidad, no obstante, su madre estaba empecinada en que volver iba a ser una pérdida de tiempo, pues no quería que su hija saliera con Damien, ni con ningún chico que ella no aprobase en realidad.Por fortuna no le prohibió las visitas de sus amigos, así que Cassandra y Ambrose si pudieron ir a visitarla. Mía tuvo que conformarse con que ellos le contasen el increíble partido debut que había tenido Damien contra uno de los rivales más antiguos de la universidad: los Magdogs.Luego pudo ver algunos videos que habían subido, pero eso fue todo. Su madre no la iba a dejar ir hasta que no estuviera convencida de que ella solo se enfocaría en los estudios.Los días le pasaron con una lenta agonía, y la soledad de su habitación no ayudaba a controlar sus pensamientos, y en especial, sus sentimientos.No podía dejar de darle vu
Mía abrió la puerta inmediatamente después de que Dereck se fue por el balcón. Seguía en pijamas y con el cabello desarreglado, cosa que molestó profundamente a su madre.—¡¿Cómo es que no te has cambiado?!Solo cuando se lo recriminó fue que cayó en cuenta de que no había tenido tiempo para arreglarse como se lo había pedido.—¡Oh! ¡Lo siento! Lo olvidé.—¡Eres una cabeza hueca! ¡Te dije que te quería ver bien presentable antes de que llegara!—Lo sé, es que… —Mía volteó hacia dentro pensando en que todo había sido culpa de Dereck—… me distraje estudiando, me cambiaré ahora.—Date prisa, es de mala educación hacer esperar a las personas.Mía la miró de forma inquisitiva, ¿qué había querido decir con eso? No le costó mucho descifrar que su madre había traído invitados a la casa, lo que no sabía era de quién se trataba y por qué de pronto debía “verse presentable”.Demoró quince minutos en los que buscó un lindo vestido floreado y se arregló el cabello con un peinado semi recogido que
Dereck arrastraba consigo un pesar que le pesaba más que su propia sombra. La tristeza y la decepción se entrelazaban en su interior, formando un nudo intrincado que lo hacía sentir como si estuviera sumergido en una densa niebla. A regañadientes, se vio obligado a retornar a la universidad. Los pasillos y las aulas donde alguna vez había compartido momentos con ella solo aumentaban su dolor, pues ahora se presentaban como un recordatorio constante de lo que una vez tuvo y perdió.En lo más profundo de su ser, Dereck no podía negar que Mía aún albergaba sentimientos por él. Sin embargo, también era evidente que la sombra de Ginger, ese maldit0 error que eligió cuando intentaba ser algo que no era, ahora proyectaba un oscuro obstáculo entre ellos. La culpa pesaba tanto como la tristeza en su corazón, y la incertidumbre se apoderaba de él al preguntarse si su amor sería lo suficientemente fuerte como para superar la tormenta que él mismo había desatado.El eco de sus pasos resonaba por
El chico de cabello plateado se mantuvo oculto entre las sombras mientras observaba al lobo encolerizado rugiendo con furia en medio del bosque. El sonido retumbante llegó a sus oídos como un eco amenazador, confirmando sus temores: su rival había regresado. Estaba convencido de que no podía ser otro que aquel que marcó a Mía sin siquiera revelarle su verdadera naturaleza.Los ojos de Damien siguieron cada movimiento del lobo, quien, ajeno a su presencia, descargaba su ira contra el tronco de un árbol. Las garras del hombre lobo dejaron una profunda zanja en la madera, como un testimonio visual de su poder destructivo. Damien se quedó inmóvil, sintiendo la tensión en el aire mientras el otro liberaba su furia sin restricciones.Sin embargo, la curiosidad superó el instinto de auto prudencia de Damien. Inspirado por la necesidad de entender lo que estaba ocurriendo, se acercó con sigilo, deslizándose entre los árboles como una sombra. Fue entonces cuando notó los ojos del lobo, unos oj
Mía luchaba por contener las lágrimas. Después de toda la odisea que había tenido que pasar la noche anterior, lo menos que necesitaba era que Damien le reclamase lo que había hecho, aunque era consciente de que el chico tenía motivos para reclamarle. Se sentía atrapada entre las decisiones difíciles que la vida le había impuesto, y sabía que había actuado impulsivamente al escaparse de casa. ¿Era locura? ¿O la desesperación por evitar un destino no deseado? La pregunta resonaba en su mente mientras intentaba encontrar consuelo en la mirada de Damien.Su madre parecía haber enloquecido. Aquella mujer que la había cuidado toda su vida ahora parecía haberse transformado en alguien irreconocible. Le sacó toda la ropa de la habitación, incluso le quitó la laptop y si el celular se había salvado fue solo porque Mía lo arrojó por el balcón antes de que ella se diese cuenta. Priscilla parecía una persona diferente, Mía la desconoció, esa mujer no podía ser su madre.La madre, en su furia, en
Furia es una palabra demasiado suave para describir lo que Dereck sintió en el momento en que vio a Mía en los brazos del chico de cabello plateado. Ni en sus peores pesadillas imaginó que tendría que presenciar a su Mate en brazos de otro hombre, y no conforme con eso, ni siquiera era un chico cualquiera.En el segundo exacto en el que su aroma le llegó a la nariz supo que ese chico era el mismo con quien se había topado la noche anterior en el bosque, el que la llevaba en brazos era otro hombre lobo, igual que él.Quiso contenerse, realmente quiso aguantar hacer una escena en medio del campus, pero era mejor si lo hacía más público, porque de otro modo no podía asegurar que no iba a lanzarse sobre él y despedazarle la garganta en ese mismo instante.El esfuerzo sobre humano que tuvo que hacer para contener a su lobo y mantenerse en estado humano pendía de un hilo, en especial cuando se acercó y se dio cuenta de que Mía no solo iba en sus brazos, sino que estaba herida. Podía oler la
—Lamento tanto lo que ocurrió allá abajo —le dijo Mía a Damien una vez que la dejó en su habitación.Cassandra no se encontraba allí, debido a que a esa hora tenía clases en otro edificio de la universidad. Aun así, eso no evitó que todas las chicas del dormitorio viesen como Damien la llevaba en brazos. Por supuesto, las murmuraciones y especulaciones no se hicieron esperar.—No te preocupes, debo imaginar que ese era Dereck.Él ya sabía con toda seguridad que se trataba del lobo Alfa de la noche anterior, ya no podía dudarlo más; pero debía seguir en su papel de ignorante.—Sí, es él, pero te juro que no sé por qué hizo eso, yo…Damien acarició su rostro, ese que aún estaba sucio con tierra y sonrió.—Olvídalo, no hablemos de eso.Mía le devolvió la sonrisa, le dio la espalda y apartó el cabello hacia un lado.—¿Puedes ayudarme?El chico pasó saliva con el corazón acelerado. Esa era la primera vez que estaba tan cerca de tocar su cuerpo a un nivel mucho más íntimo. Asintió y trató d