Aunque Leonid sabía que debían regresar no tenía ganas de hacerlo, y como Aisha tampoco quería hizo una fogata y se comunicó con Kaiser, le indicó que daría una asamblea a medianoche, aún faltaban unas horas. Aisha lo miró con simpatía. —Nada ganamos con postergar lo inevitable, debemos enfrentar a la manada. —Te demostraré que podemos ganar —le indicó Leonid con picardía. Leonid la abrazó y le hizo cosquillas en la cintura y Aisha rio feliz como niña pequeña. —Tu risa es la misma —dijo él con cariño. Aisha se puso seria. —Cambiará, todo en mí cambiará —expresó con tristeza, y con determinación dijo—: Pero hay algo que puedo garantizarte, te amaré hasta con mi corazón vuelto piedra, eso no cambiará jamás, por lo que me reste de vida. Leonid sonrió y le dio un beso en la mejilla. —Siempre estuve seguro que podía contar contigo, promesa de meñique. Aisha se echó a reír cuando él le ofreció el meñique como cuando eran niños y ella lo tomó con el de ella.
Alexey estaba preocupado, había recorrido la orilla del lago Baikal en forma de lobo y no había rastro de Lars y Portia. Estaba por comunicarse con Leonid cuando Kaiser se comunicó con él por su conexión telepática de manada. «Alexey, Leonid hará la asamblea a medianoche, debes estar aquí para entonces» Alexey paró y contestó. « ¿Por qué me lo dices tú y no el Alfa?» «No lo sé, quizás porque no quiere seguir discutiendo contigo» «Me dijo que le diera noticias de Portia, pero no le interesa, anda con la hechicera esa y los demás que se pudran» « ¿Recuérdame cuál es tu labor como Beta de manada? Creo que es encargarte de inconvenientes que el Alfa no puede atender» Comentó Kaiser con ironía. Solo consiguió que Alexey se molestara aún más. «Pues eso hago, no he descuidado mi misión, y te recuerdo que tu misión como Delta no es ser un condenado entrometido» «No, eso lo hago porque te quiero» Expresó Kaiser con voz tierna bromeando. Alexey no estaba de h
Aisha estaba muy feliz, jamás pensó que sería posible experimentar el amor carnal y que fuera con Leonid era un regalo que deseó y no se atrevió ni a imaginar posible. Aisha estaba sonrojada y muy feliz, quería reír a carcajadas, gritar y brincar, porque Leonid no le tenía asco. Por el contrario, acariciaba su piel y disfrutaba con ella. —Después de organizar mi manada iremos a tu aquelarre, pero no tienes que aceptar ser sacerdotisa si no quieres, de hecho tu deber es quedarte conmigo, también el de Aziza si decide aceptar a Kaiser. —Eso será difícil, sin contar que Aziza es alérgica a los caninos. Leonid se echó a reír a carcajadas. —Aun no puedo creer como Kaiser ha soportado que le digan perro, que lo convirtieras en burro y no la ha rechazado. Aisha se puso seria. —Él se merecía una lección, pero no me enorgullece haberlo transformado en burro, sin embargo, que no desprecie a Aziza es prueba de que tiene mucha fe en su diosa. —O no pudo resistirse a los
Después de hacer el amor una vez más se quedaron dormidos abrazados.Leonid abrió los ojos y se vio a sí mismo en el amplio salón protocolar de la casa de la manada. La última vez que Leonid estuvo aquí era un niño, pero en el sueño él era un hombre. Era obvio que se preparaban para recibir una visita protocolar, su padre recibía a muchas; en Selenials se celebraban las convenciones de Alfas del mundo, incluso más que en la corte que era la ciudad del rey. Leonid vio a su padre acercarse con Boris a su lado y corrió hacia él, desesperado quiso advertirle que Boris era un traidor, pero solo descubrió que ellos no podían verlo, le pasaron por encima como si él fuera un espectro. Leonid con desesperación entendió que era un sueño, donde solo era un espectador, quiso despertarse, pero no pudo, así que como hombre de ciencia se tranquilizó y se concentró en sus respiraciones para poder despertar. «Creo que tenemos que ver lo que ocurrió aquí Leonid, no despertaremos hasta q
Leonid se levantó y analizó el sueño una vez más, por supuesto, se sentía bastante impactado de poder ver cosas que ocurrieron y él no pudo presenciar, cosas que de haber visto igual no habría comprendido porque era un niño. ¿O sí? Leonid no pudo evitar pensar que de haber sabido la posición de su padre respecto a su obligación con el lago no estuviera ahora retozando muy tranquilo con una mujer mientras en el lago un hechicero hacía hechizos en otra mujer que era sin duda alguna muy importante para él. — ¿Qué viste? —Preguntó Aisha en voz baja, se da cuenta del ceño fruncido de Leonid, no puede evitar tener miedo al rechazo. —Algo del pasado. — ¿Cuál fue el mensaje? Leonid suspiró y puso sus recuerdos en la mente de Aisha mediante su canal telepático de pareja. —Y he dejado a Lars en el lago —completó Leonid cuando Aisha vio la visión en el recuerdo de Leonid. —Vamos allá —Aisha se levantó y comenzó a vestirse—. Ya sabía que el Lago Baikal era un po
Leonid se acercó a Indira y la tomó del suelo, la mujer estaba destruida y no tenía fuerza para levantarse, nada tenía que ver con su fuerza física, perder a su hija le quitaba la voluntad. —Indira por favor debes tranquilizarte, no está el cuerpo de tu hija, quizás escapó —Leonid trató de animar a la mujer devastada. — ¿Quién hacía esto? ¿Qué querían de mi hija que la drenaron de esa manera? —Lo averiguaremos, te lo aseguro. Aisha se arrodilló junto a Indira. —Haré un hechizo buscador, eres su madre y por tu vínculo la encontraremos. —Yo puedo hacerlo —dijo Aziza que había llegado junto a Nikolay. —Aziza, pero no quiero… Aziza levantó la mano. —Aisha, déjame ayudarte, el hechizo no me hará gran daño, aún tengo bastante piel… Aisha se sentía sobrecogida por la valentía y voluntad de ayudarle de su hermana. — ¡Alexey! —Llamó Leonid a su Beta porque no lo veía. —El Beta se fue, mi Alfa —le informó el joven Luka, hermano de Alexey. Leonid suspiró, s
Lars se interpuso entre Alexey y Portia. —Aléjate de mi hija —le exigió. —Ella es mía, no puedes alejarme de ella… —No lo permitiré, mi hija está mejor entre humanos, con ustedes corre peligro, lo lamento si eres su mate porque pareces ser un buen hombre, pero el Alfa es Leonid y él hará lo que diga Aisha y ella está envenenada de odio y resentimiento hacia mí y hacia su hermana. —Ella ahora es la Luna de esta manada, y aunque quisiera atacar yo la protegeré. —No tienes idea de lo qué dices, Aisha Rassi tiene ahora todo el poder que su madre ambicionó y no logró tener, solo debe convertirse en sacerdotisa y hará de esta manada lo que se le antoje. —No lo permitiremos… — ¿Quién la detendrá? Leonid es su mate y hará lo que le pida, sinceramente creo que eso es algo fabricado, pero no quiero arriesgarme, ella no está sola, incluso Aziza está aquí también con un lobo, ¿casualidad? No lo creo. —Si tanto quiere y aprecia a Leonid debe quedarse, enfrentar los
No existe cosa más desesperante en el mundo, saber que tienes razón y que el resto del mundo no lo vea. Aisha sabía que Lars era el culpable de todas las aberraciones que ocurrieron en ese laboratorio. Pero lo hacía como conclusión a lo que su madre le dijo de su padre. Amira le había mostrado el aura de Lars para que al verlo lo conociera, pero aunque no sabía que tenía en el cuerpo una marca de piedra, era fácil para ella entender qué fue lo que vio su madre cuando entendió que trataba de replicar la maldición de los hechiceros de Oriente y utilizarla como arma. Alexey que solo se deja llevar por su instinto protector a su mate encaró a Aisha. —Desde que llegaste eres tú quien nos debe muchas explicaciones. —Atrás Alexey —musitó Leonid en advertencia letal. — ¿Cómo es que no puedes verlo Leonid? En el momento que estuvo preparada te buscó, despertó a tu lobo y desde entonces nos manipula. —Aisha es mi mate, ella no lo sabía. — ¡Si lo sabía! —Espetó Alex