Aisha se había llevado a Leonid y Alexey estaba furioso. —Ninguno de nosotros debería estar aquí —enfatizó Alexey al ver a Kaiser ajeno a toda la situación porque está concentrado en detallar los rasgos de Aziza. —Sabes que es tu trabajo como Beta de Leonid —enfatizó Nikolay—. ¿Qué es lo que te pasa? Alexey pasó las manos por su cabello y luego cruzó los brazos. —Estoy exaltado, es todo. —No eres tú mismo, ¿dinos qué te pasó? —Exigió Kaiser—. Desde que regresaste con Leonid de casa de su novia estás que muerdes. — ¿Les parece poco todo lo qué ocurre? —espetó Alexey. —Mal hemos estado desde que murió el Alfa padre de Leonid, es ahora cuando tenemos esperanza —aseguró Kaiser. — ¿Esperanza en los hechiceros? —Espetó Alexey de mala gana—. Mejor buscaré a Leonid. Nikolay vio a Alexey salir de la habitación y se iba a sentar en el sofá, pero entonces se agarró los oídos como si le hubieran gritado y era lo que había ocurrido, por la conexión telepática que
Leonid abrió mucho los ojos y negó con la cabeza riendo. —Aisha, esto es muy extraño —Aisha caminó hacia él y él caminó hacia atrás—. Preciosa, estamos muy estresados ahora mismo... —No me digas preciosa —expresó Aisha y movió las manos sin tocarlo, Leonid voló como una jabalina y cayó en la cama de la habitación principal impulsado por un hechizo. Aisha se acercó a la cama. —Hablemos Aisha, ambos estamos nerviosos… —No tenemos tiempo, debes recuperar a tu padre. ¿Recuerdas? —No entiendo como puede ser posible que rescate a mi papá si tengo sexo contigo. Aisha se puso en horcajadas encima de él y acercó su rostro. Leonid escuchó su corazón desbocado y el de él le correspondía al mismo ritmo. —Cuando estemos acoplados debes volver a morderme, yo pondré mi marca de hechicera en ti y tu poder crecerá, solo entonces serás contrincante para Boris. Leonid inhaló el aroma de ella que le parecía tan exquisito y acercó sus manos a su rostro. — ¿Estás segura d
Para Aisha el miedo era terrible. Cuando veía a Leonid en la televisión y redes sociales como figura pública estaba conforme con haberlo perdido, luego lo encontró y descubrió que era su mate y pensó que sus sueños se harían realidad. Pero desde entonces los inconvenientes le hicieron entender que era imposible quedarse con él. Ahora era diferente, Leonid moriría si se enfrentaba a Boris y ella no podía soportarlo. Debía culminar el vínculo para después alejarse acabado el peligro. —Leonid sé que no elegiste esto y que soy prohibida para ti, te aseguro que después de que venzas a Boris te rechazaré, no te obligaré a quedarte a mi lado. Una lágrima errante corrió por la mejilla de Aisha. «Brujita, yo te amo, eres mía» Suplicó Akron tratando de darle ánimo y dolido por el futuro rechazo. Leonid no emitió opinión respecto a los sentimientos de Akron, la verdad era que él no estaba seguro de nada. —Aisha, no entiendo, si quieres hacer esto realmente ¿por q
Aisha le dio acceso a su cuello rompiendo un poco la tela de su atuendo y el instinto animal de Leonid brilló en sus ojos e hizo emerger sus dientes caninos y olvidó su delicadeza y caballerosidad, pero ahora era consciente y estaba sincronizado con Akron. Leonid la mordió en el lugar donde estaban sus dientes marcados, una vez más, perforando con delicadeza su carne. Aisha se permitió abrazarlo como quería que él la abrazara. Leonid la oyó recitar: —La unión es una sola, desde este momento y para siempre tú y yo somos uno con la naturaleza, nuestros territorios se unen, y hasta que el momento de salir de este plano nos separe nada en este mundo podrá disolver lo que en nosotros queda marcado. Aisha puso sus labios en el sitio correcto entre cuello y clavícula de Leonid y dejó sus labios en un beso. A Leonid le ardió el cuello como si le hicieran un tatuaje, ella dejó la pequeña marca redondeada como un beso marcado con pintalabios. Leonid estaba al máximo de
Leonid no entendía porque Aisha no lo miraba, porque lloraba tan desesperada. Las emociones propias desbloqueadas en él lo sobrepasaban y no era capaz de discernir nada más. Solo podía pensar en cómo había tratado a Aisha y que ella no lo merecía. —Perdóname Aisha, no sé quién me hizo el maleficio que me obligó a olvidarte, supongo que fue fácil bloquear tu recuerdo en mi mente, porque me hacías mucha falta y sufría por no estar contigo, ¿recuerdas que le tenía miedo a la oscuridad? Creía que mi tío vendría a matarme. Aisha afirmó en silencio aun sin mirarlo. —Presentía cuando te sentías asustado y me metía a tu habitación a escondidas, a mi madre no le gustaba que nos aferramos tanto uno al otro —susurró ella. —En mis peores noches te tuve a mi lado, y Boris mató a tu madre y no pude corresponder con el afecto que tú tuviste conmigo. Aisha entonces lloró más, no quería verlo, le dolía demasiado, sentía que lo había amado tanto toda la vida. Entendió
Aisha y Leonid regresaron al hospital. Aparecieron junto al Sauce donde se dieron su primer beso. Aisha se puso como un tomate al ver la mirada y risa pícara de Leonid. Él no dijo nada, pero cuando ella dio un paso a seguir él la atajó y le dio un beso. Fue un beso cerrado, algo sin erotismo, pero con mucho sentimiento. No solo dominaba, se entregaba a ella. Leonid se despegó de ella y acarició su mejilla, Aisha sonrió y él también. —Sigues teniendo la misma risa —dijo él sonriendo—, eres igual a mi recuerdo, no cambiaste en nada. Aisha desvió la mirada. —Sí lo hice —murmuró Aisha y dio un paso hacia atrás para despegarse de él—. Bueno, vayamos por los demás. Leonid no se movió. —Espera Aisha. Aisha cerró los ojos y se preparó para lo que venía, volteó y lo encaró. —Ya te lo había dicho, la maldición comenzó —musitó ella con voz entrecortada. Leonid frunció el ceño. —Cada vez que haces un hechizo o te expones a la magia la maldición de t
Leonid no tenía idea de cómo Aisha conocía a Lorenzo, al menos no para que le tuviera la rabia que mostraban sus ojos y él podía percibir en su interior. Lars los vio a todos y fingió inocencia. —Perdón señorita no creo conocerla —entonces miró a Leonid—, puedo ver que estás bien, mi sobrina estaba preocupada por tu desaparición y aparentemente solo estabas de vacaciones. A Aisha le temblaba el mentón y sus ojos estaban vidriosos, ella veía fijamente al recién llegado. Leonid no respondió a Lars, primero se concentró en Aisha. — ¿De dónde conoces a Lorenzo? Debes estar equivocada. —Fíjate en él, siente su efluvio. Entonces Leonid miró a Lars, pero no sentía nada, tampoco los otros lobos. —Ha cubierto su aroma —informó Aziza que aunque recién hizo su primer hechizo tenía mucha teoría y conocimiento en hechizos, incluso más que Aisha. —Te dije que era una loca tío —enfatizó Portia mirando a Aisha con rencor—, una desquiciada que dice ver cosas y manipula a L
Kaiser le dio un empujón a Portia, Alexey gruñó a Kaiser dándole un manotón para defender a Portia. Portia aprovechó verse libre para saltar en contra de Aziza con renovadas ganas y Aisha reaccionó creando un hechizo protector para su hermana, pero en cuanto Portia dio contra el escudo cayó hacia atrás temblando en el suelo como quien recibe una potente descarga de energía. Todos estaban muy impresionados, incluyendo a Aisha. —El escudo de Perseo —murmuró Aziza—. ¿Qué clase de demonio es esta mujer? —Es obvio que es una loba —dijo Kaiser en voz baja para no perjudicar más a las hechiceras. —Pero quedó afectada como demonio por el hechizo —insistió Aziza. —Esto es inaudito —reclamó Dominic furioso—. Solo por celos la atacan. —Aisha, qué has hecho —se lamentó Leonid y se arrodilló junto a Portia. Ella sangraba por todo el cuerpo y tenía cortes en toda su piel. Leonid no pudo evitar arrugar la cara ante el hedor y la fealdad del cuerpo de la exuberante mujer