Aisha negó con la cabeza. —Son increíbles, solo son capaces de ver que los hechiceros del Oriente somos monstruos, no deberían ser tan superficiales, los licántropos deberían saber mejor que nadie que somos más que lo que dejamos ver. Leonid tomó su mano. —Yo en ti jamás podré ver un monstruo. Aisha sonrió sonrojada y apretó su mano, lo miró con tanto amor en sus ojos que Leonid podía sentir que la conocía, de nuevo el deja vu lo invadía. —No lo recuerdas, pero ya me lo habías dicho, cuando éramos niños —musitó Aisha. Leonid sonrió. —Entonces sabes que definitivamente soy sincero. Aisha mordió su labio interior. —Leonid, ¿y si le hacemos caso a Akron? Si acepto tu marca y me vinculo a ti, caerá tu maleficio —Aisha recordó su condición y desvió la mirada—. Bueno, quizás luego puedas acostumbrarte a mí. Leonid levantó su mentón. — ¿Qué me escondes Aisha? Siento que no eres del todo sincera conmigo. Aisha dejó salir el aliento y su corazón estaba muy a
Ni Leonid ni Dominic podían creer que el hombre que ha sido un padre y amigo incondicional podría tener malas intenciones. Dominic miró a Aisha con ironía. —Muy fácil para ti que llegaste y le volviste la vida patas arriba a Leonid sugerir que el problema está en los que conoce desde siempre. —Muy sencillo Dominic, sé que no he traicionado a Leonid, me queda probar al resto. Dominic miró a Leonid y negó con la cabeza. — ¿Crees en esta mujer? Leonid lo hacía, pero no sabía si se debía a la marca inconclusa. —Creo que no hace daño ver a Lorenzo. Dominic chasqueó la lengua. —Eso dicen… —Dominic, no soy un ser hambriento de sangre, solo necesito entender si hay alguna manera de librar a mi padre sin morir yo y sacrificar a muchos… —Mi madre me advirtió que el mundo entero corre peligro —explicó Aisha—, Leonid no puede permitir que Boris se salga con las suyas. —Está bien —concedió Dominic—, para mí Dimitri Tarásov es como un tío. Llamaré a Lo
Dominic no estaba nada convencido y temía que los nuevos amigos de Leonid atacaran a Lorenzo que ha sido sin duda un padre para él. Jamás de ninguna manera hubiera sospechado que Lorenzo en realidad era un hechicero. Que no era el tío sino padre de Portia, mucho menos hubiera podido sospechar que no era hermano de Lamia sino amante. O bueno, la situación de Lars con Lamia era mucho más compleja… En cuanto a Leonid confiaba aún en encontrar alguna manera de enfrentar a Boris. Con ironía pensó que si su padre fuera un ser sobrenatural sería mejor. En definitiva contaba con que el padrastro de Dominic fuera un lobo que lo quisiera aconsejar e incluso pelear a su lado ya que lo más seguro es que hubiera escapado del yugo de Boris. Cómo siempre sin tener idea de que hacer para que su vida no se destruya y arrastre a sus seres queridos esperaba que Dominic que conversaba con quien creían Lorenzo, un empresario bonachón. En él confiaba, demostraba ser un hombre
Aisha se había llevado a Leonid y Alexey estaba furioso. —Ninguno de nosotros debería estar aquí —enfatizó Alexey al ver a Kaiser ajeno a toda la situación porque está concentrado en detallar los rasgos de Aziza. —Sabes que es tu trabajo como Beta de Leonid —enfatizó Nikolay—. ¿Qué es lo que te pasa? Alexey pasó las manos por su cabello y luego cruzó los brazos. —Estoy exaltado, es todo. —No eres tú mismo, ¿dinos qué te pasó? —Exigió Kaiser—. Desde que regresaste con Leonid de casa de su novia estás que muerdes. — ¿Les parece poco todo lo qué ocurre? —espetó Alexey. —Mal hemos estado desde que murió el Alfa padre de Leonid, es ahora cuando tenemos esperanza —aseguró Kaiser. — ¿Esperanza en los hechiceros? —Espetó Alexey de mala gana—. Mejor buscaré a Leonid. Nikolay vio a Alexey salir de la habitación y se iba a sentar en el sofá, pero entonces se agarró los oídos como si le hubieran gritado y era lo que había ocurrido, por la conexión telepática que
Leonid abrió mucho los ojos y negó con la cabeza riendo. —Aisha, esto es muy extraño —Aisha caminó hacia él y él caminó hacia atrás—. Preciosa, estamos muy estresados ahora mismo... —No me digas preciosa —expresó Aisha y movió las manos sin tocarlo, Leonid voló como una jabalina y cayó en la cama de la habitación principal impulsado por un hechizo. Aisha se acercó a la cama. —Hablemos Aisha, ambos estamos nerviosos… —No tenemos tiempo, debes recuperar a tu padre. ¿Recuerdas? —No entiendo como puede ser posible que rescate a mi papá si tengo sexo contigo. Aisha se puso en horcajadas encima de él y acercó su rostro. Leonid escuchó su corazón desbocado y el de él le correspondía al mismo ritmo. —Cuando estemos acoplados debes volver a morderme, yo pondré mi marca de hechicera en ti y tu poder crecerá, solo entonces serás contrincante para Boris. Leonid inhaló el aroma de ella que le parecía tan exquisito y acercó sus manos a su rostro. — ¿Estás segura d
Para Aisha el miedo era terrible. Cuando veía a Leonid en la televisión y redes sociales como figura pública estaba conforme con haberlo perdido, luego lo encontró y descubrió que era su mate y pensó que sus sueños se harían realidad. Pero desde entonces los inconvenientes le hicieron entender que era imposible quedarse con él. Ahora era diferente, Leonid moriría si se enfrentaba a Boris y ella no podía soportarlo. Debía culminar el vínculo para después alejarse acabado el peligro. —Leonid sé que no elegiste esto y que soy prohibida para ti, te aseguro que después de que venzas a Boris te rechazaré, no te obligaré a quedarte a mi lado. Una lágrima errante corrió por la mejilla de Aisha. «Brujita, yo te amo, eres mía» Suplicó Akron tratando de darle ánimo y dolido por el futuro rechazo. Leonid no emitió opinión respecto a los sentimientos de Akron, la verdad era que él no estaba seguro de nada. —Aisha, no entiendo, si quieres hacer esto realmente ¿por q
Aisha le dio acceso a su cuello rompiendo un poco la tela de su atuendo y el instinto animal de Leonid brilló en sus ojos e hizo emerger sus dientes caninos y olvidó su delicadeza y caballerosidad, pero ahora era consciente y estaba sincronizado con Akron. Leonid la mordió en el lugar donde estaban sus dientes marcados, una vez más, perforando con delicadeza su carne. Aisha se permitió abrazarlo como quería que él la abrazara. Leonid la oyó recitar: —La unión es una sola, desde este momento y para siempre tú y yo somos uno con la naturaleza, nuestros territorios se unen, y hasta que el momento de salir de este plano nos separe nada en este mundo podrá disolver lo que en nosotros queda marcado. Aisha puso sus labios en el sitio correcto entre cuello y clavícula de Leonid y dejó sus labios en un beso. A Leonid le ardió el cuello como si le hicieran un tatuaje, ella dejó la pequeña marca redondeada como un beso marcado con pintalabios. Leonid estaba al máximo de
Leonid no entendía porque Aisha no lo miraba, porque lloraba tan desesperada. Las emociones propias desbloqueadas en él lo sobrepasaban y no era capaz de discernir nada más. Solo podía pensar en cómo había tratado a Aisha y que ella no lo merecía. —Perdóname Aisha, no sé quién me hizo el maleficio que me obligó a olvidarte, supongo que fue fácil bloquear tu recuerdo en mi mente, porque me hacías mucha falta y sufría por no estar contigo, ¿recuerdas que le tenía miedo a la oscuridad? Creía que mi tío vendría a matarme. Aisha afirmó en silencio aun sin mirarlo. —Presentía cuando te sentías asustado y me metía a tu habitación a escondidas, a mi madre no le gustaba que nos aferramos tanto uno al otro —susurró ella. —En mis peores noches te tuve a mi lado, y Boris mató a tu madre y no pude corresponder con el afecto que tú tuviste conmigo. Aisha entonces lloró más, no quería verlo, le dolía demasiado, sentía que lo había amado tanto toda la vida. Entendió