Aunque Leonid no pudiera recordar el rostro de su novia Portia ahora mismo, igual ella existía y él tenía un compromiso con ella. El deseo de todo su ser repetía un solo nombre y era Aisha, pero Leonid temía entregarse a esto y que el lobo en su ser le arrebatara la vida. Aisha desvió la mirada y se concentró en no llorar y demostrarle cuanto le duele. Entiende que eso no solo es indigno, tampoco es justo con él. — ¿Y supongo que la amas mucho? —Preguntó ella con la voz entrecortada sin atreverse a mirarlo—, la he visto, no en persona, pero es una celebridad, y es muy hermosa. Leonid frunció el ceño, la verdad era que en ese momento a quien deseaba como loco era a Aisha. —S-sí…, claro que sí la amo, supongo… —contestó Leonid igual con voz entrecortada. «Miente, Aisha, no renuncies a mí» Suplicó Akron. Leonid desvió la mirada y sonrió sin humor por lo injusto y loco que se presentó todo, no quería ser un patán con Aisha. —No es justo Aisha, esto que me pasa
Los lobos de Leonid apenas estuvieron seguros que estaban fuera de peligro se transformaron en hombres. — ¿Qué ocurrió? —Preguntó Leonid. —Nos atacaron —informó Alexey—, me preguntaron por tu ubicación, pero no puedo acceder a la comunicación telepática contigo, por supuesto los hechiceros no me creyeron… —Querían hacer ceviche de lobo con Alexey —completó Kaiser. —Querían hacerme un hechizo para usar mi conexión y encontrarlos, al parecer no podían hacerlo con la bruja. —Estoy muy débil, a medio vínculo con Leonid, es lógico que mi firma mágica esté cambiando —confirmó Aisha—. ¿Entonces qué pasó con Aziza? —Ella se ofreció a encontrarlos, aseguró poder encontrar la firma o lo que sea de su hermana —contestó Alexey. Kaiser continuó el relato: —A Alexey lo tenían sujetó con amarres mágicos, la chica le quería hervir el cerebro y yo me interpuse, mi padre me sujetó y la chica nos hizo desaparecer y aparecer aquí. —Mi hermana los trajo para que yo tuviera
Aisha abrió los ojos y vio un bosque nevado, escuchó un río muy cerca y entendió que estaba muy lejos de su cuerpo. No podía creer lo que ocurría. — ¿Dónde estoy? —Volteó a todas partes buscando a Leonid. — ¡Aisha! ¿Qué haces aquí? Aisha sonrió y corrió a los brazos de su madre. — ¿Eres tú mamá? ¡Cómo es posible! No tienes maldición, tu piel está bien. —Cielo, hija mía, estamos en El Rumbex, el más allá de los hechiceros. —Entonces quiere decir, ¿acaso morí? Aisha revisó sus brazos y vio la piel de piedra, en ella nada había cambiado. —Alégrate hija mía, estás viva —exclamó Amira aliviada y confusa al ver la tristeza en el rostro de Aisha. Aisha bajó la cara. —Por un momento creí que habías logrado librarnos a todos de la maldición. —Me libré de la maldición con mi muerte, pero preferiría seguir teniendo dolor en mi piel reseca y estar con ustedes mis queridas hijas. Aisha apretó las manos de su madre, ahora muy suaves. —Solo soy una tonta s
Aisha abrió los ojos y los hombres de Leonid se abalanzaron sobre ella. — ¿Qué le hiciste a nuestro Alfa, bruja? —Espetó Alexey muy preocupado. —Alexey, aquí estoy, creo que estoy bien —contestó Leonid recuperando también la conciencia. Aisha sin importarle la preocupación de los lobos fue hacia Aziza. —Perdóname hermana, debí cuidarte, sin nuestra madre era mi responsabilidad velar por tu seguridad y ahora te estoy perdiendo. Leonid miró a Aisha tan devastada que también sentía ganas de llorar. —Aisha —susurró, estaba muy débil. Aisha lo miró y se acercó a él. —Perdóname Leonid, debí darme cuenta que no estabas preparado para recibir a tu lobo, en cada decisión que he tomado me he equivocado. Aisha lloró en sus manos llenas de remordimiento y Leonid se acercó a Aziza, con sus sentidos amplificados detectó sus signos vitales. Mientras tanto Nikolay se acercó a Aisha con el respeto que merece una Luna. —Por favor Aisha, devuelve a mi hijo su cuerpo,
Aisha se concentró en llevarlos a Los Ángeles. Junto a Leonid y Aziza quedaron en un camino de excursionistas amantes de la naturaleza cerca de la casa de Leonid. Leonid se sentía muy débil y cansado. Aisha agradeció que todo saliera bien y se acercó a Leonid. — ¿Estás seguro que esto funcionará? —Hago lo posible —respondió Leonid negándose a dar esperanzas vanas, quiso caminar y trastabilló mareado. Aisha suspiró y puso una mano en su mejilla. —Estás muy debilitado, debo liberarte… «Por favor Aisha, estamos muy débiles Leonid y yo para que encima me des el dolor que provoca el rechazo» Aisha mordió sus labios. —Perdón, no sé qué tanto pueda doler, para los lobos es diferente que para los hechiceros, nosotros somos libres de elegir nuestra pareja. —Haz lo que tengas que hacer Aisha —acotó Leonid—, no te dejes manipular por Akron, él no puede gobernar nuestra vida. «No le hagas caso Aisha, él no entiende nada» Aisha puso las manos en el pecho de Le
Aisha estaba desesperada, caminaba de un lado a otro en la sala de espera, podía escuchar a todos a su alrededor. Los sentidos de los hechiceros eran amplificados, no tanto como los de los licántropos o vampiros, pero sí escuchaba más que un humano común. También tenían un sentido extra y de suma importancia y era que podían percibir el aura que cubría a las personas con solo mirarlas. “Mírala, parece tan inocente y es una roba novios” “Por favor, el doctor Leonid se deshará de ella como servilleta, no puede cambiar a Portia Bellucci por esa chica” Aisha miró con disimulo a la estación de enfermeras, de allí venían las habladurías que eran claramente críticas a su persona. Desde que se quedó sola en la sala de espera ha notado como todos la ven, al parecer el escape de Leonid ha sido de suma importancia para ellos. Las enfermeras miraron a otra parte disimulando cuando notaron la mirada de Aisha. —Jamás podré acostumbrarme a la maldad sin sentido de los humano
Leonid no se sentía bien y no solo confundido, físicamente le duele el corazón y no entiende por qué. «Humano, ten mucho cuidado con lo que vas a hacer, te lo advierto porque eres tonto y rebelde, no podemos alejarnos de Aisha» «Sí, entiendo que la mordiste y me amarraste a ella sin mi autorización» «En realidad tu unión a ella la decidió nuestra diosa Selene» «Tú la mordiste» «Semántica» — ¿No dirás nada? Exclamó Portia—. Estoy esperando una respuesta y te quedas pensando demasiado, o la corres o me voy y no vuelves a verme nunca más. Leonid se aclaró la garganta. —Estoy ayudando a su hermana, ella tuvo un accidente. —Adiós —espetó Portia y dio la vuelta. Leonid la volvió a sujetar. —Por favor, hablemos más tarde, iré a tu casa y te prometo que te lo explicaré todo. —Esta noche Leonid, si no vienes no regreses a buscarme. Leonid conforme suspiró y dejó irse a Portia, volteó y no estaba Aisha. «Por no dejar ir a esa loba hedionda hiciste enoja
Aisha miraba a Leonid con esos ojos profundos que lo inquietaban, él quería sumergirse en ellos, pero se resistía a perderse a sí mismo. Más cuando él no estaba solo. El nombre de Portia se repetía insistente en su mente, como un taladro de percusión que atormentaba su conciencia. —Sí te necesito —Exclamó Leonid—. Necesito confiar en la mujer a la que está atada mi existencia inexorablemente, además eres la única hechicera que conozco y debo ayudar a Portia que también fue víctima de ese maleficio o lo que sea.Aisha se alejó de Leonid. —Claro, entiendo… «De todos los idiotas en los que pude habitar me dieron el más imbécil» — ¡Aisha!, perdón ¿Qué dije? ¿Por qué pregunto? Yo no he hecho nada malo. Aisha regresó y suspiró y con buena voluntad le sonrió. —No has hecho nada malo, Leonid, no te preocupes. Leonid pasó las manos por su cabello, jamás se ha sentido así en su vida. —Me volveré loco, me resisto a ti, peleo con el lobo idiota y esto que siento q