Aisha estaba desesperada, caminaba de un lado a otro en la sala de espera, podía escuchar a todos a su alrededor. Los sentidos de los hechiceros eran amplificados, no tanto como los de los licántropos o vampiros, pero sí escuchaba más que un humano común. También tenían un sentido extra y de suma importancia y era que podían percibir el aura que cubría a las personas con solo mirarlas. “Mírala, parece tan inocente y es una roba novios” “Por favor, el doctor Leonid se deshará de ella como servilleta, no puede cambiar a Portia Bellucci por esa chica” Aisha miró con disimulo a la estación de enfermeras, de allí venían las habladurías que eran claramente críticas a su persona. Desde que se quedó sola en la sala de espera ha notado como todos la ven, al parecer el escape de Leonid ha sido de suma importancia para ellos. Las enfermeras miraron a otra parte disimulando cuando notaron la mirada de Aisha. —Jamás podré acostumbrarme a la maldad sin sentido de los humano
Leonid no se sentía bien y no solo confundido, físicamente le duele el corazón y no entiende por qué. «Humano, ten mucho cuidado con lo que vas a hacer, te lo advierto porque eres tonto y rebelde, no podemos alejarnos de Aisha» «Sí, entiendo que la mordiste y me amarraste a ella sin mi autorización» «En realidad tu unión a ella la decidió nuestra diosa Selene» «Tú la mordiste» «Semántica» — ¿No dirás nada? Exclamó Portia—. Estoy esperando una respuesta y te quedas pensando demasiado, o la corres o me voy y no vuelves a verme nunca más. Leonid se aclaró la garganta. —Estoy ayudando a su hermana, ella tuvo un accidente. —Adiós —espetó Portia y dio la vuelta. Leonid la volvió a sujetar. —Por favor, hablemos más tarde, iré a tu casa y te prometo que te lo explicaré todo. —Esta noche Leonid, si no vienes no regreses a buscarme. Leonid conforme suspiró y dejó irse a Portia, volteó y no estaba Aisha. «Por no dejar ir a esa loba hedionda hiciste enoja
Aisha miraba a Leonid con esos ojos profundos que lo inquietaban, él quería sumergirse en ellos, pero se resistía a perderse a sí mismo. Más cuando él no estaba solo. El nombre de Portia se repetía insistente en su mente, como un taladro de percusión que atormentaba su conciencia. —Sí te necesito —Exclamó Leonid—. Necesito confiar en la mujer a la que está atada mi existencia inexorablemente, además eres la única hechicera que conozco y debo ayudar a Portia que también fue víctima de ese maleficio o lo que sea.Aisha se alejó de Leonid. —Claro, entiendo… «De todos los idiotas en los que pude habitar me dieron el más imbécil» — ¡Aisha!, perdón ¿Qué dije? ¿Por qué pregunto? Yo no he hecho nada malo. Aisha regresó y suspiró y con buena voluntad le sonrió. —No has hecho nada malo, Leonid, no te preocupes. Leonid pasó las manos por su cabello, jamás se ha sentido así en su vida. —Me volveré loco, me resisto a ti, peleo con el lobo idiota y esto que siento q
Aziza despertó cuando sintió la risa de un hombre. —Jenny querida, me dejas devastado, sabes que debes atender mis pacientes, eres mi talismán. —No te creo nada, lo mismo le dices a todas las enfermeras. —Tú eres mi favorita y lo sabes. Aziza abrió los ojos poco a poco y vio al médico de cabello oscuro dándole la espalda, la enfermera que frente a él reía y negaba con la cabeza era una anciana con lentes con cadenita que le daban un aire tierno. — ¿Dónde estoy? —Preguntó Aziza. —Te das cuenta que sí eres mi talismán, la paciente reaccionó en tiempo récord —dijo el hombre y fue con Aziza. —Hola querida, que bueno que despertaras, ¿puedes decirme tu nombre? —Aziza Rassi, y las personas no pueden ser talismanes, eso no tiene sentido. El hombre sonrió y Aziza quedó deslumbrada ante la belleza del joven. La enfermera rio con ganas. —Esta chica sí que está muy clara, invéntate otra cosa Dominic, se acabó mi turno y estoy cansada, un placer Aziza, luego ser
Leonid dio un paso más cerca de su amigo. —Dom, soy yo, sigo siendo el mismo Leonid. — ¡No soy idiota Leonid!, sé lo que vi, ese hombre es una bestia y a ti te hace caso como líder, lo que quiere decir que tú también eres una bestia —Dominic hizo un pausa—. Lo que quiere decir que eres su Alfa. Alexey y Nikolay entraron a la habitación advertidos por Kaiser, su semblante era de guerra, pero mantenían el cuerpo humano. — ¿Qué está pasando aquí? —Preguntó Alexey. —Demos todos un paso atrás, debemos calmarnos, todo esto es un mal entendido —emitió Aisha conciliadora colocándose al lado de Leonid. Kaiser se movió cerca de Aziza. —No sé de qué hablas Dominic —se justificó Leonid—. No pertenecemos a una secta ni nada por el estilo. —Ya no nos hagamos idiotas, este hombre sabe lo que somos —espetó Kaiser. Leonid bajó la pena abochornado, pero reconoce que Kaiser tiene razón, Dominic sabe demasiado —Me superan en número, sé que estoy perdido, jamás imaginé conse
Aisha se sintió muy triste, ella también estaba inconforme con su situación con Leonid, pero no podía quejarse, Akron le salvó la vida, aunque alejó a Leonid aún más de ella al obligarlo a marcarla. —Portia Bellucci es su novia, Leonid no quiere renunciar a su vida de un tirón, sea como sea hablará con ella —contestó Aisha con voz tranquila fingiendo que no le afecta. —Debiste ir con Leonid —murmuró Aziza tomando su mano, al alzar la mano pudo ver como la piel cambiaba abruptamente en el brazo. Aisha se soltó de su hermana. —Ya déjalo estar Aziza, mejor dime ¿qué tal tú? Kaiser no está tan mal. Aziza puso los ojos en blanco y Aisha se echó a reír. —Tú siempre eres romántica —comentó Aziza. —Siempre tuve esperanza de poder acabar con la maldición siguiendo la profecía del amor verdadero. — ¿Cómo puedo amar a ese hombre tan brusco, dominante y antipático? —Quizás al conocerlo notes que es más de lo que aparenta. —Lo dices porque le caes bien. Aisha s
Portia sonrió a ambos hombres y los invitó a la mesa. —Espero que tengan hambre, mandé a preparar la comida favorita de Leonid. —Gracias Portia. — ¿De qué cariño? Sabes que me gusta atenderte. La mirada de Alexey estaba sobre Portia que la seguía como si estuviera hipnotizado y Portia de nuevo le sonrió. —Perdón, ¿me dijiste tu nombre? Alexey se quedó un segundo en blanco aun con la boca abierta, ahora Leonid arrugó las cejas y carraspeó audiblemente. Eso sacó a Alexey de su aturdimiento. —Alexey, mi nombre es Alexey Taylan. — ¿Eres familia de Leonid? —En realidad somos primos. —Wow ¿Y de dónde vienes Alexey? —Siberia. — ¿Debe haber mucho frío? —Comentó Portia con mirada soñadora sin siquiera parpadear. Alexey sonrió y la miraba de la misma manera. Leonid rascó su nuca y le dio una patada disimulada a Alexey. —Sí, bueno, yo no siento frío. —Estás acostumbrado supongo —respondió Portia y pasó su cabello lacio y platinado detrás de
Aisha y su hermana Aziza estaban de pie junto a Dominic. —Estás segura de esto, puedo intentar borrar sus recuerdos —dijo Aisha por enésima vez. Aziza sonrió. —Confía en mí, yo sé tratar a la gente. Y a un hombre como Dominic creo que puedo caerle bien, ya él me cae bien a mí. —Eso no le gustará nada al lobo que está afuera. Aziza subió los hombros restando importancia y se sentó junto a Dominic en el sofá. —Libéralo del hechizo, veamos qué pasa. Aisha suspiró y levantó el hechizo. Dominic abrió los ojos poco a poco. Se encontró con la sonrisa de Aziza. —Espero que te sientas bien —musitó ella en voz baja. Dominic abrió y cerró los ojos varias veces y entonces recordó lo ocurrido, se pegó al asiento. — ¿Que van a hacerme? —No te preocupes. No vamos a hacerte nada —contestó Aziza. — ¿Cómo es posible que estés tan bien? —Porque me sano rápido —contestó Aziza— ¿Qué hay de eso de que podía tenerte confianza? ¿Qué tal si ahora eres tú el que me