Cuando Ethan llega al último piso para dejar los documentos a la secretaria del CEO, la mujer no está por ninguna parte, así que se queda allí para esperarla rogando que aparezca rápido, porque no quiere quedarse más de lo debido.
Sin embargo, la puerta del CEO se abre y desde la oficina salen la secretaria tomando apuntes seguida de un hombre de presencia imponente. La mirada de los dos hombres se enfrenta y el mayor habla con seriedad.
—Señorita Morgado, vaya por un café para mí, de esos que me gustan.
—¿Le traigo un dulce también? —le pregunta la mujer y Ethan levanta una ceja.
—No, por hoy pasemos del dulce —la mujer asiente, coge su bolso y se va. Ethan se acerca a él con un rostro de diversión y le dice.
—¿Así que comes dulces a espaldas de madre?
—No trates de evadir el tema, ¿por qué insistes en trabajar como asistente de la mujer más odiosa de la compañía? ¿Tienes idea de lo humillante que es recibir información acerca de su trato hacia ti?
—Tú me dijiste un día que no tenía mérito para quedarme con la empresa, así que te estoy demostrando que sí puedo tenerlo.
—¡Pero no trabajando como la marioneta de Sullivan! ¡¡Si hasta de niñero le has servido!!
—Bueno, Emily me agrada, es una niña inteligente como su madre y muy educada, muy diferente a ella —le responde Ethan encogiéndose de hombros y metiendo sus manos en los bolsillos.
—¡Tú no estás para esas cosas! Eres el heredero de todo esto, ¡de todo lo que me costó forjar! Ya me demostraste que puedes con esto, ¡ahora deja de jugar a las escondidas y asume tu responsabilidad!
—No —su padre se pone rojo de la rabia, pero eso a Ethan no le interesa—. Quiero ganarme las cosas por mí mismo y hasta ahora me doy cuenta de que me falta mucho. ¿Sabes por qué sigo aguantando a la bruja insensible de Sullivan? Porque a pesar de todo lo que dicen, ella es la mejor en lo que hace, es tu mejor elemento, ¿o me equivoco?
«Si me quedo a su lado lo suficiente aprenderé más que contigo, porque tú sólo te sientas aquí a dirigir, a mandar y ganar dinero, pero yo quiero saber cómo funciona todo, estar allí para ver cómo se manejan las cosas y ella tiene claro lo que importa en la empresa.
—¡No me parece gracioso…!
—¡¿Y quién te dijo que esto es un chiste?! Estoy hablando muy en serio, por eso te pido que te mantengas al margen de mis decisiones y que no te metas en mi vida, ¡porque todo lo que estoy haciendo es en favor de la empresa!
—¡¡Eres tan terco como tu madre!!
—¡Pues gracias por el cumplido! —el hombre se mete a su oficina molesto, cierra la puerta con violencia y Ethan patea un sofá, sale de allí molesto hasta que se encuentra de frente con Kate.
Tal vez la pelea con su padre hace unos minutos lo han dejado algo aturdido y no ha encontrado la manera de defenderse mejor de la bruja cuando comienza a reprenderlo por su falta, pero todo eso se le pasa cuando ella le hace la propuesta para salvar su puesto de trabajo.
—Cásese conmigo…
Las palabras se le repiten una y otra vez en la cabeza, no puede entender cómo es posible que esa mujer sea tan sucia.
—Me parece que está llegando demasiado lejos, señorita Sullivan —le dice él con un tono de voz por completo diferente, provocándole sorpresa y un estremecimiento extraño.
—No, sólo estoy viendo mi oportunidad. Lleguemos a mi oficina y le explicaré mejor las razones de mi propuesta.
Ella mira al frente como si acabara de darle una de sus órdenes de cada día, cuando las puertas se abren de nuevo ella camina con su elegancia de siempre y se mete a su oficina. Ethan duda en hacerlo, hasta que se mete dentro y sin pedirle permiso se va a buscar una de las botellas de agua que Kate mantiene en la oficina.
—Verá, estoy buscando una escuela para mi hija y he encontrado una bastante buena, sólo que hay pequeño problema. Exigen que tenga ambos padres y que estén casados.
—¡Entonces busque al padre de Emily y se casa con él!
—Está muerto —le dice ella mirándolo a los ojos y Ethan se echa hacia atrás con sorpresa—. Sí, señor Reynolds, el padre de mi hija está muerto, ¿qué pensaba que sucedía con él?
—¡No lo sé! ¡Tal vez se hartó de una mujer como usted y quiso largarse lejos! —Kate sonríe con tristeza, pero eso Ethan no lo ve porque está mirando por la ventana pensando miles de cosas.
—Gracias por su honestidad, señor Reynolds, al fin me trata como en realidad quisiera. Pero la cuestión aquí es simple, puedo despedirlo ahora mismo o puede ayudarme con esto, sólo sería por un año.
—¿Y qué gano yo, además de conservar mi trabajo?
—Un ascenso. Ayúdeme con la escuela de Emily y me encargaré de proponerlo para un ascenso… aunque para eso debe dejar de meter la pata.
—¡Es la primera vez!
—Debe comprender que tan sólo una vez es suficiente para que se desate el caos —ella camina hacia él y aunque ni con los tacones le alcanza un poco a su metro noventa y cinco, lo mira a los ojos sin titubear—. Cásese conmigo y no sólo conservará su puesto, sino que dentro de un año podría llevar cualquiera de los departamentos de la compañía.
—¿Incluso este? —se burla él y Kate asiente con una sonrisa.
—Claro, ¿por qué no? Después de todo nunca se sabe si las brujas vuelan lejos —Ethan la mira a los ojos y sabe que la mujer está hablando muy enserio.
Ella extiende su mano para cerrar el trato y él termina aceptando, porque sería otra manera de demostrarle a su padre que puede seguir forjando su futuro. Pero ante el roce con la piel de su jefa, Ethan se pregunta en su mente ¿qué sería de OR Defense Technologies sin Kate Sullivan?
Cuando Kate se quedó sola en la oficina, se desinfló en el asiento y pensó de dónde le había salido la idea de casarse con Ethan, si hacía poco se dijo a sí misma que él no era opción por ser joven e inmaduro, pero allí estaba ella.Su tarde trascurrió normal, llena de trabajo y mandando a Ethan como si no tuvieran un acuerdo, no es que él esperara un trato más deferente, si su jefa era una bruja y nunca dejaría de serlo.Llega el momento de retirarse de la empresa y Ethan se queda sentado frente a su escritorio esperando a que su jefa lo deje irse.—Mi jefa que será mi esposa… ¡Maldición, ¿qué rayos acepté?! —mete la cabeza entre su manos sin poder creerlo.—¿Le duele la cabeza, señor Reynolds? —se pone de pie y respira aliviado cuando ve que Kate va con sus cosas de salida. Ella rebusca en su cartera algo y le extiende un blíster de medicina—. Tómese una con un vaso enorme de agua, le hará muy bien —Ethan se la queda viendo como si fuera un extraterrestre, Kate frunce el ceño y mete
Para Owen tener que lidiar con la empresa y su hijo al mismo tiempo no es sencillo, pero si tiene que poner prioridades para solucionar, la empresa siempre gana y eso que tiene enfrente lo hace saltar de su asiento.—Con esto ya tengo cómo sacar a esa mujer de la empresa…Su idea es sacar a Kate de su puesto y dejar a Ethan, que al menos sea el jefe en lugar de un simple asistente, por eso no duda en bajar al vigésimo piso para botarla por haber dejado que se perdiera un contrato tan importante.Cuando las puertas se abren el piso veinte, todos se quedan con la boca abierta al ver al CEO allí, con cara de querer matar a alguien.Pero cuando se para en la puerta de la oficina de Kate y grita a viva voz, son varios los curiosos que se imaginan todo tipo de cosas.Ethan se voltea enseguida para enfrentar a su padre, poniéndose por instinto como barrera, lo que a Kate la deja sorprendida.—Señ
Kate en su mente idea las mil maneras en que podría matar a Ethan, él deja a Emily en el piso y le susurra con dulzura.—Mejor ve a tu cuarto, no quieres ver cómo muero…—Te compadezco —le dice ella dándole unos golpecitos en el hombro y se va de allí. Ethan vuelve a poner de pie para enfrentar a Kate, quien se acerca, lo toma por la camisa y tira de él para llevarlo a la primera puerta que se encuentra, cierra y se para frente a él.—¡¿Por qué le dijiste a Emily del cambio de escuela?!—¡Porque tú no me dijiste que ella no sabía! Se supone que un cambio de escuela es algo importante, ella debería saberlo.—Es una niña de seis años, no sabe lo que quiere.—¡Claro que lo sabe! La última vez que me quedé con ella la llevé por un helado y pidió el de fram
Tras una buena explicación de Ethan de que no tiene nada que ver con el CEO, así como hay dos personas de apellido Smith en contabilidad y tres Johnson en seguridad, pero que no son nada entre sí, él y el jefe de jefes no tienen ningún vínculo.Luego de eso Ethan se disculpó por el beso, se despidió de Emily con fuerte abrazo y se fue a su departamento a darse una ducha con agua fría, porque ese beso lo había afectado más de la cuenta.Para Kate no fue mejor, especialmente porque tendrían que repetirlo en la boda.Y para eso faltan un par de semanas.Al día siguiente prefirieron ponerse de acuerdo en la oficina sobre la boda y quedaron en que se casarían en el ayuntamiento, pero que luego cenarían en un lugar lindo, sólo para guardar las apariencias con su familia y para que Emily no note la mentira. Todo lo demás fue más simple, c
Cerca de las tres de la mañana le dan el alta a Emily, quien se quedó dormida luego de un cuento sobre un niño que se cayó tratando de subir un risco y para tapar su cicatriz, se tatuó unas enormes alas de ángel, sólo para recordar que no puede volar. Mientras Ethan carga a Emily, a quien cubrió con su saco porque afuera hace frío, Kate está pagando la cuenta del hospital. Ethan la oye reclamar y se acerca. —¿Qué pasa? —le pregunta a la mujer que atiende allí. —La tarjeta de la señora sale rechazada. —¡Pero no puede ser, tiene fondos suficientes! —Tranquila, sólo pasa otra y ya. —¡Las dejé en casa! —se pasa las manos por el rostro frustrada y Ethan se acerca más a ella, parándose de lado. —Saca mi cartera del bolsillo trasero izquierdo, toma cualquier tarjeta y paga, todas están completas. —Pero… —Vamos, la niña está cansada y nosotros también, sólo saca la que quieras, paga y vamos a casa, querida. Ella
Cuando Kate llega caminando como siempre, imponiendo su presencia con sus tacones, esta vez lo hace con sus gafas para el sol, porque el maquillaje puede oculta las ojeras, pero no la expresión de cansancio.Entra a la oficina, prepara algunos documentos, se quita los lentes y llama a Ethan, quien le ha dejado una vaso con café de un lugar diferente.—¡Señor Reynolds! —Ethan llega en dos segundos y toma la taza con cierta desconfianza—. ¿Puedo beber tranquila o a este también hizo que le pusieran sal?—Yo no… —Kate levanta una ceja y ella mira a otro lado avergonzado, acomodándose la corbata—. Puede beber tranquila, no tiene nada raro.—Gracias, lo necesito —Kate le da un buen sorbo y gime de gusto, enviando una corriente extraña a la entrepierna de Ethan, porque se le viene a la mente lo que ocurrió en la cocina de su jefa.—Y
Kate baja las escaleras furiosa, diciendo muchas palabras irrepetibles y totalmente fuera de lugar para una mujer tan refinada como ella.—Hijo de… no, su madre no tiene la culpa de tener un hijo tan pendejo, seguro se lo sacó a su papá, porque no me explico que… ¡Aaahhh! —grita con frustración mientras llega al piso diecinueve, pero aún tiene rabia, así que continúa bajando.—¡Señorita Sullivan! —escucha el grito de Ethan, pero no se detiene—. ¡Señorita…! —Ethan comienza a correr lo más rápido que puede y los últimos tres escalones de cada nivel los salta, hasta que la alcanza y la toma de un brazo—. ¡Kate Sullivan! ¡¿Puedes detenerte y escucharme?!—¡¡No quiero!! ¡Es que debería…! ¡Y luego…! —hace unos gestos con las manos como si quisiera ahorcarlo y luego apuñalarlo, Ethan no puede evitar reírse y la abraza fuerte—. ¡Déjame!—Estás celosa, tontita… —le dice con calma y dulzura.—¡Por supuesto que no!—Sí… —le dice con voz ronca y mirándola a los ojos—, porque en la mañana casi te
Kate tira de él hacia la puerta sin pensar en nada más que quitarle la fiebre.—¡Mi3rda!—¡Mami, no digas esas palabras!—¡Lo siento mi vida, pero Ethan tiene 39.5 de temperatura! —Samira llega con los paños y Kate niega al tiempo que se lleva al hombre a su cuarto—. ¡Eso no servirá! Saca la tarjeta de mi cartera y ve a comprarle ropa, especialmente un pijama, y medicinas.—Sí, señora.Kate se lo lleva a su cuarto, le pide a su hija que se quede allí jugando y se lleva al chico al baño, en donde comienza a quitarle la ropa sin vergüenza, pero la fiebre a veces provocas cosas inexplicables.—¿Quieres acción antes del matrimonio? Eso no le gustará a tu colegio religioso.—No seas tonto y ayúdame a meterte a la tina, estás ardiendo en fiebre, tarado… seguro fue porq