Cerca de las tres de la mañana le dan el alta a Emily, quien se quedó dormida luego de un cuento sobre un niño que se cayó tratando de subir un risco y para tapar su cicatriz, se tatuó unas enormes alas de ángel, sólo para recordar que no puede volar.
Mientras Ethan carga a Emily, a quien cubrió con su saco porque afuera hace frío, Kate está pagando la cuenta del hospital. Ethan la oye reclamar y se acerca.
—¿Qué pasa? —le pregunta a la mujer que atiende allí.
—La tarjeta de la señora sale rechazada.
—¡Pero no puede ser, tiene fondos suficientes!
—Tranquila, sólo pasa otra y ya.
—¡Las dejé en casa! —se pasa las manos por el rostro frustrada y Ethan se acerca más a ella, parándose de lado.
—Saca mi cartera del bolsillo trasero izquierdo, toma cualquier tarjeta y paga, todas están completas.
—Pero…
—Vamos, la niña está cansada y nosotros también, sólo saca la que quieras, paga y vamos a casa, querida.
Ella
Cuando Kate llega caminando como siempre, imponiendo su presencia con sus tacones, esta vez lo hace con sus gafas para el sol, porque el maquillaje puede oculta las ojeras, pero no la expresión de cansancio.Entra a la oficina, prepara algunos documentos, se quita los lentes y llama a Ethan, quien le ha dejado una vaso con café de un lugar diferente.—¡Señor Reynolds! —Ethan llega en dos segundos y toma la taza con cierta desconfianza—. ¿Puedo beber tranquila o a este también hizo que le pusieran sal?—Yo no… —Kate levanta una ceja y ella mira a otro lado avergonzado, acomodándose la corbata—. Puede beber tranquila, no tiene nada raro.—Gracias, lo necesito —Kate le da un buen sorbo y gime de gusto, enviando una corriente extraña a la entrepierna de Ethan, porque se le viene a la mente lo que ocurrió en la cocina de su jefa.—Y
Kate baja las escaleras furiosa, diciendo muchas palabras irrepetibles y totalmente fuera de lugar para una mujer tan refinada como ella.—Hijo de… no, su madre no tiene la culpa de tener un hijo tan pendejo, seguro se lo sacó a su papá, porque no me explico que… ¡Aaahhh! —grita con frustración mientras llega al piso diecinueve, pero aún tiene rabia, así que continúa bajando.—¡Señorita Sullivan! —escucha el grito de Ethan, pero no se detiene—. ¡Señorita…! —Ethan comienza a correr lo más rápido que puede y los últimos tres escalones de cada nivel los salta, hasta que la alcanza y la toma de un brazo—. ¡Kate Sullivan! ¡¿Puedes detenerte y escucharme?!—¡¡No quiero!! ¡Es que debería…! ¡Y luego…! —hace unos gestos con las manos como si quisiera ahorcarlo y luego apuñalarlo, Ethan no puede evitar reírse y la abraza fuerte—. ¡Déjame!—Estás celosa, tontita… —le dice con calma y dulzura.—¡Por supuesto que no!—Sí… —le dice con voz ronca y mirándola a los ojos—, porque en la mañana casi te
Kate tira de él hacia la puerta sin pensar en nada más que quitarle la fiebre.—¡Mi3rda!—¡Mami, no digas esas palabras!—¡Lo siento mi vida, pero Ethan tiene 39.5 de temperatura! —Samira llega con los paños y Kate niega al tiempo que se lleva al hombre a su cuarto—. ¡Eso no servirá! Saca la tarjeta de mi cartera y ve a comprarle ropa, especialmente un pijama, y medicinas.—Sí, señora.Kate se lo lleva a su cuarto, le pide a su hija que se quede allí jugando y se lleva al chico al baño, en donde comienza a quitarle la ropa sin vergüenza, pero la fiebre a veces provocas cosas inexplicables.—¿Quieres acción antes del matrimonio? Eso no le gustará a tu colegio religioso.—No seas tonto y ayúdame a meterte a la tina, estás ardiendo en fiebre, tarado… seguro fue porq
La misma Kate se pone de pie para cambiarle la comida, retirando la sopa y echándola por el fregadero. Emily se ríe divertida y Samira lo mira con compasión, porque sabe que, aunque le esté ayudando, Kate no bajará la guardia ni le dará tregua.—¿Quién cocinó esto? —pregunta temeroso Ethan cuando ve la comida en el plato.—Samira —responde Emily—. O seguro que las tres estaríamos como tú con la sopa de mamá.—¡Traidora! —dice simulando estar ofendida Kate, mientras que Emily suelta una de esas carcajadas adorables.—Eres una niña preciosa —le dice Ethan sonriendo—. ¿Ya te sientes mejor?—Sí, aunque me duele un poco para tragar, pero se me pasará —dice como si fuera de lo más normal—. ¿A ti te duele algo?—La cabeza, me duele muchísimo, pero si me tomo mi medicina y duermo, sé que mañana estaré mejor —Ethan le guiña un ojo y la pequeña se pone seria.—Ethan, eres muy lindo y no te di las gracias por acompañarme anoche con mamá —los tres adultos se quedan en silencio, pero Ethan siente
Kate abre sus ojos y lo primero que se encuentra es a Ethan con Emily aún sobre su pecho como si fuera una recién nacida, sus brazos fuertes aún las tienen a ambas rodeadas y sus manos cubriendo sus oídos.Se queda así, admirando la escena, porque siempre soñó eso para su hija, encontrar un hombre que quisiera cuidarla incluso de cosas como esas, que son pequeñas, pero a la vez muy importantes.Se remueve poco a poco, Ethan se mueve un poco y Emily se despierta.—¿Mami? ¿De verdad dormimos en noche de tormenta? —pregunta la niña somnolienta.—Sí, mi amor, dormimos en noche de tormenta.—Gracias, Ethan —le dice la niña dejándole un beso en la mejilla al hombre que se va despertando.La niña se baja con cuidado de la cama y se va a su cuarto dejando la puerta cerrada tras de sí, mientras que Kate se qued
Aunque Ethan es un hombre grande, no puede hacer nada más que dejarse arrastrar por la mujer hasta la cocina, lo sienta en un taburete y cuando la ve a la cara, la mujer sonríe divertida por la expresión de Ethan.—¿De verdad creíste que soy de esas suegras sacadas de un cuento de terror? —se ríe ella con relajo y Ethan suspira aliviado.—La verdad es que sí, su hija no me ha contado nada de usted, sólo que es su tía y la ha cuidado desde que perdió a sus padres.—En cambo yo no sé nada de ti, muchacho, dime, ¿cómo conoces a mi niña?—Soy su asistente… ella es mi torturadora personal en el trabajo desde hace un año.—El carácter de mi hija no es sencillo —dice la mujer sonriendo y Ethan ve que ambas son idénticas—. Pero si un día ella se atreve a contarte por qué es así, la entenderás y tal vez te agrade.—¿Usted sabe por qué tenemos que hacer todo esto?—Sí, pero creo que mi nieta lo vale.—¡Eso no se pone en duda! —dice animado Ethan. En ese momento aparece Emily y él salta de su as
Katerina ayuda a Kate a subir la cremallera del vestido y luego se para al lado de su hija frente al espejo.—Te ves preciosa —le dice con orgullo y un par de lágrimas traicioneras.—Tengo miedo —le dice con sinceridad y Katerina la abraza fuerte—. ¿Y si Ethan se vuelve Anthony?—Mi vida, Ethan definitiva y ciertamente no es Anthony, sólo tienes que ver la enorme diferencia entre cómo es él con Emily, ¡la adora! Mientras que ese monstruo la mandó a matar antes de nacer.—Es que no me creo ese cambio en él, tan repentino… ¡Ethan me odiaba! Y creo que así lo prefería, no sé cómo lidiar con un hombre que nos quiere dar todo a mi hija y a mí, se siente…—Raro, lo sé, pero hija… desde que ese hombre aceptó casarse contigo, se lo tomó demasiado enserio y estoy segura de q
Una vez que los hacen ingresar a la sala en donde se realizará la ceremonia, el oficial ve que hay tanta felicidad en la familia que les permite que Mike entregue a Kate. Cuando llegan frente a Ethan, Mike a modo de broma y medio en serio, le dice.—Cuídala mucho muchacho se nota que es una gran mujer.—Esa es mi meta, tío, cuidarla —Ethan mira con una sonrisa a Kate, se dan la mano y se giran para ver al oficial.Van escuchando atentamente lo que el hombre va diciendo, mientras de vez en cuando los dos se dedican miradas cómplices. Emily y Samira no dejan de mirar la situación con devoción y, por supuesto, dejan salir varios suspiros.—¿Verdad que mi mamá se ve preciosa?—Sí, princesa se ve muy hermosa.—Ethan también se ve muy guapo, los dos parecen príncipes cumpliendo su cuento de hadas.Quienes no se dedican para nada