Maell se detuvo un segundo antes de salir, porque recordó ese pequeño detalle, una sorpresita para hacer más “receptiva” a su hembra, como si ella sola ya no se encendiera solita. — La puse en el fondo de la nevera para que no fuese descubierta, a ver, que nunca encuentras nada – Niall casi se mete
Olivia caminaba por la cocina, con el cuchillo fuertemente agarrado en su mano temblorosa. Todavía llevaba el pijama blanco del hospital y sus pies descalzos, porque las pantuflas se le habían caído al saltar, con mucho esfuerzo, la corta valla de su propia casa. Caminó por la sala en penumbras.
Olivia llevaba días en este hermoso sitio. Por mucho que su depresión intentara ahogarla, la belleza de todo lo veían sus ojos la sacaban a la fuerza de su autocompasión. Se sentía como en casa, a pesar de que vivía en uno de los cuartos de la posada, de este rústico pueblo perdido en los bosques
- Yo…yo de verdad lo siento mucho… un Land Rover se atravesó en el camino y no pude esquivarlo a tiempo- se disculpó con la cara totalmente enrojecida y llena de vergüenza mientras le mostraba al posadero la obra maestra que había quedado del accidente. - ¿Un Land Rover gris? - le preguntó de repen
Lugh supo en el momento exacto que su pareja quería huir de él, sabía que su forma de lobo era muy intimidante y agresiva, pero deseaba que supiera que nunca jamás le podría hacer daño, que ellos morirían por ella.“¡Para, la estás asustando!” Le advirtió Lucian, porque ya podía percibir el pulso ac
Olivia se despertó al otro día, sintiéndose un poco rara en todo su cuerpo, incluso con la mente un poco confundida, porque creía que había tenido un sueño demasiado intenso, pero no lograba recordar. No tenía tiempo para quedarse a analizar nada, se vistió porque su lista deberes era larga hoy.
Olivia no se detuvo ni un segundo más a analizar la situación, sentía que, si se demoraba en solo respirar, volvería a revivir la pesadilla de perder la vida de una pequeña, justo frente a sus ojos. Todo aparecía a sus ojos en cámara lenta, pero estaba ocurriendo en a penas segundos. En el momento
- Dime donde está la niña, sé que está cerca, no pudo haberse ido lejos ella sola, dime las debilidades de su padre o terminarás muerta como una perra miserable- la interrogaba el hombre ahorcando el frágil cuello de Olivia con sus ásperas manos, mientras ejercía una fuerza que la estaba dejando sin