El tiempo pasó con rapidez y Rachel se encontró sentada en el interior de «La Corona Whitmore», el lujoso restaurante de Jenna y David, esperando que llegara su mejor amiga.La tensión en su interior crecía conforme pasaban los minutos, mientras se mentalizaba para lo que sabía que iba a ser una conversación para nada fácil. No había querido arrastrar a Jenna en la mentira en la que se encontraba atrapada, pero sabía que no podía ocultarle la verdad, por mucho que quisiera. Después de todo, era su mejor amiga y siempre había estado allí para ella. Merecía saber la verdad.Cuando Jenna por fin llegó, su mirada de reproche fue más que evidente desde el primer momento. Sin decir nada, se sentó frente a Rachel y la observó con una ceja en alto, esperando que ella rompiera el silencio y le diera una explicación lógica para lo que estaba pasando.—Nena, siento mucho no haberte contado nada de esto antes —comenzó a decir Rachel, intentando romper el hielo—, pero lamentablemente es demasiado…
El ambiente del restaurante se volvió denso, como si el aire se hubiera impregnado de la tensión que emanaba de Caroline.Jenna, entre Rachel y la mujer, con la intención de defenderla, le hizo frente y, con el ceño profundamente fruncido, preguntó:—¿Quién demonios te crees para tratar así a mi mejor amiga? ¡Vete ya mismo y déjala en paz!Sin embargo, Caroline no estaba dispuesta a ceder, por lo que sus ojos, furiosos, se fijaron en Jenna con una intensidad que helaba la sangre.—¿Y tú? ¿Quién eres? ¿Cómo te atreves a defender a esta… usurpadora? —replicó Caroline con desprecio—. ¡Esta mujerzuela, a la que llamas amiga, no es más que una aprovechada! ¿Acaso te ha contado lo que ha hecho?Las palabras de Caroline cayeron como un baldazo de agua helada sobre Rachel, quien hasta ese instante se había mantenido en silencio, sintiendo cómo el miedo y la rabia luchaban por apoderarse de ella.Sabía que Caroline estaba profundamente herida, pero no podía ni iba a permitir que la humillara d
Jenna se apartó rápidamente de su camino, dejando que Logan se hiciera cargo de la situación.Con zancadas decididas, Logan se acercó a su exprometida, quien seguía aferrada al cabello de Rachel, tirando con tanta fuerza que esta última se encontraba al borde de las lágrimas, y, sin pensarlo dos veces, tomó a Caroline por la nuca, separándola de Rachel en un simple y rápido movimiento.—¡Basta, Caroline! —gruñó y su voz resonó con una inquebrantable autoridad—. ¡No toleraré que le hagas daño!Caroline, con los ojos abiertos de par en par, sorprendida por la inesperada intervención de Logan, se quedó inmóvil por un instante, respirando con dificultad; mientras Rachel, jadeando y con el corazón latiendo a toda velocidad, se apoyaba en la mesa, intentando recuperarse del ataque.¡Esa mujer estaba loca!—¡Suéltame, Logan! —gritó Caroline, retorciéndose en vano, intentando liberarse de su agarre—. ¡La mataré! ¡Déjame que la mate! ¿Es que acaso no ves que te está usando?—¡Cállate! —replicó
La mansión de Logan James se había convertido en un hervidero de actividad. Con la boda a solo dos semanas, prácticamente cada rincón de la enorme vivienda estaba ocupado por organizadores, asistentes y decoradores, que no dejaban de trabajar ni un segundo para asegurarse de que todo saliera perfecto. Sin embargo, Rachel se sentía cada vez más atrapada en medio de todo ese torbellino, ahogándose en un mar de decisiones que ya no sabía cómo tomar.El incidente con Caroline, del día anterior, seguía resonando en su mente, y, a pesar de que intentaba con todas sus fuerzas concentrarse en los preparativos, las dudas no dejaban de asaltarla. No sabía a qué punto estaba dispuesta a llegar esa mujer en su locura.Aquella mañana, mientras se encontraba sentada en el despacho de Logan, revisando los últimos detalles del menú de la boda, no podía evitar sentir que el peso del mundo descansaba sobre sus hombros.Mientras pensaba en esto, la puerta del despacho se abrió de pronto y Logan entró co
El día de la boda llegó, y la mansión James se encontraba más activa que nunca. Los jardines rápidamente estaban siendo transformados en un escenario de ensueño, digno de un cuento de hadas, a pesar de que Rachel sabía que su historia estaba lejos de tener carruajes y un príncipe azul que estuviera dispuesto a pelear contra un dragón para salvarla del hechizo de la malvada bruja.Por eso, a pesar de tanta belleza, Rachel no podía sacudirse la horrible sensación que se había instalado en la boca de su estómago, desde que había despertado aquella mañana. En ese momento, se encontraba en su habitación, buscando calmarse, mientras se observaba fijamente en el espejo.El reflejo mostraba a una mujer completamente devastada por los nervios, con las manos temblando sin cesar y la mente llena de contradicciones; y no pudo evitar preguntarse si estaba a punto de cometer el peor y más grande error de su vida.—¡Rachel! —La voz de Jenna interrumpió sus pensamientos, mientras la puerta se abría d
Una vez Rachel estuvo lista, ella y Jenna salieron de la mansión a toda velocidad, con una misión clara. No había tiempo para lamentarse ni para detenerse a pensar en quién estaba detrás de lo sucedido; por el contrario, debían actuar con rapidez, rogando que no hubiera más contratiempos.—No te preocupes, nena —dijo Jenna, mientras aceleraba el coche, que había adquirido recientemente, maniobrando con una sorprendente habilidad a través del tráfico de la ciudad—. Encontraremos algo que sea mil veces mejor que el vestido anterior.Rachel, con la garganta seca, se limitó a asentir con la cabeza, mientras intentaba calmarse.Luego de recorrer con prisa una gran cantidad de boutiques de lujo, sin éxito, comenzaron a sentir aún más el peso del tiempo en su contra. En cada tienda que visitaban, cada diseñador con el que hablaban les decía lo mismo, una y otra vez: «Lo siento, no tenemos nada que se ajuste a las necesidades con tan poco tiempo de antelación…» Sin embargo, el reloj no perdon
Mientras los invitados llegaban y se acomodaban en los amplios jardines, Logan se encontraba en su despacho revisando las grabaciones del Circuito Cerrado de la mansión. Su expresión mostraba tensión, mientras que sus ojos eran fríos y calculadores. No podía ni iba a permitir que nada ni nadie arruinara el día de su boda, y necesitaba saber quién estaba detrás del destrozo del vestido de Rachel.Sin embargo, la búsqueda había sido infructuosa y la frustración comenzaba a apoderarse de él.De pronto, la puerta del despacho se abrió de par en par y Jenna apareció con la urgencia grabada en el rostro.—Logan, Rachel ya está lista —dijo, yendo directamente al grano.Logan, con el ceño fruncido, alzó la mirada de la pantalla y asintió.—Bien. Evita que nadie la vea antes de la ceremonia —ordenó con frialdad, mientras se ponía de pie y se ajustaba la chaqueta de su esmoquin.—No te preocupes, ella está en el coche —respondió Jenna, con un tono igual de frío—. No eres el único que sabe como
El silencio que siguió a la inesperada irrupción fue tan denso que Rachel sintió que el aire se le escapaba de los pulmones, mientras los murmullos no hacían más que crecer a su alrededor, a la par que todos los invitados se giraban hacia Cherry. La sorpresa se apoderó de todos, y Rachel sintió por un momento que su corazón había dejado de latir. Logan, a pesar de mantener su habitual máscara de frialdad, se sintió invadido por una furia que amenazó con desbordarse.La primera persona en reaccionar fue Esperanza James, la abuela de Logan, quien se llevó al pecho una mano temblorosa.—¿Cherry? —preguntó con la voz temblando por la incredulidad—. ¿Cómo… cómo es posible?Rebecca James no tardó en recuperar la compostura y avanzó hacia su hijo con el rostro contorsionado en una expresión que mezclaba ira, desprecio y, sobre todo, asco.—Logan James, ¿qué clase de circo has montado? —preguntó con una voz que destilaba veneno—. ¿Qué diablos está pasando aquí? Esto amerita una inmediata expl