Pov Max
Las palabras de Btitanny hicieron eco en mi cabeza. No sabía si reír, llorar, o gritar en ese momento..Un fuerte mareo producto del alcohol o tal vez de la noticia me embargó por completo. Bri, tuvo que sostenerme para que no me cayera en ese momento, porque realmente me sentía muy mal.—Buscaré agua —me ayudó a sentarme y caminó hasta la cocina.El pequeño rostro del bebe llegó a mi mente.¡Me voy a casar contigo por la empresa, pero no voy a volver a tocar tu asqueroso cuerpo! … Me levanto con pesadez de la cama, no sé a qué hora llegué la noche anterior, ni cuánto bebí. La resaca en mi cabeza no me permite recordar nada en lo absoluto. Mi hermana me preparó una despedida de soltera, dónde me hizo beber hasta embriagarme. Me siento en la cama desorbitada, apagando la alarma con pesadez y dirigiendo mi pesado cuerpo a la ducha, porque hoy por fin es mi boda. ¡Oh por dios!, aún no puedo creerlo. Después de dos años de relación por fin me caso con Max, mi Max, el hombre más sexi, guapo y millonario que cualquiera mujer pueda desear, pero por suerte es mío y digo por suerte porque reconozco que no soy el estereotipo de la mujer perfecta para Maximiliano; él es un hombre jodidamente sexi y arrogante, con una figura de infarto y con unos ojos azules que pareciera que estuvieras viendo el mar en ellos. Realmente es el puto dios griego, tanto que parece Henry Calvin, el de
Han pasado tres años desde que me fui de la mansión; dejando mis sueños y anhelos,para sanar mi corazón, de aquella traición que causó en mí Maximiliano Brown. Aún lo recuerdo cómo si fuera ayer, ha sido muy difícil reponerme de todo el sufrimiento que me causo que me dejara sin previo avisó aquel día plantada, y no solo con eso, dos meses después verlo postear fotos con Paola, mi hermana., Si es que a eso se le puede llamar hermana.Después de años, hoy regreso a la mansión. Un año después de que me fui con Bri, mi abuelo murió de un infarto. A fin de cuentas me quedé sola, y sin familia. No asistí a su funeral, aunque me dolió en el alma, no estaba lista para volver, hasta el día de hoy, que el abogado de mi familia me contactó para la lectura del testamento.Bajo del avión, con una gran maleta en mis manos. Espero que mi familia tenga la amabilidad de recogerme. He viajado sola porque Bri estaba terminando que la liquidarán en su trabajo para alcanzarme.Camino a paso lento, hacie
No entiendo cómo después de estar en una relación con él por dos años, Maximiliano Brown, me trate tan distante, y frío. Trato de recordar algo que me indique que hice mal para merecer esto, pero no logro recordar.Yo fui dulce, amorosa, y complaciente con él, tal vez es eso la razón de todo. "Fuistes muy tonta Emilis"— me reprendo a mi misma, consciente de que viví para complacer a Máx.Me quedo observando el techo. Desde que llegamos a España, he estado sola en esta fría habitación, mientras Max sale de fiesta y bebé hasta embriagarse, y cuando regresa, se encierra en la otra habitación sin ni siquiera dirigirme las palabras.Así, que su pensaste Emilis Jhonson, que con este matrimonio recuperarás al amor de tu vida estabas realmente equivocada. Me habló a mí misma.Se supone que es una luna de miel ¿no? Donde él la pasa conmigo toda la noche, y hacemos el amor hasta cansarnos.!Ah,! lo olvidaba, eso es, si fuera diferente,. Si el se fuera casado conmigo por amor y no por este puto
Después de la enorme discusión con Maximiliano Brown, en la mesa, salí de ahí hecha una furia para encerrarme en mi habitación a llorar por horas. Si, quería ser fuerte, al menos delante de él lo iba a ser,¡ pero joder! por otro lado me sentía jodidamente mal sin comprender ¿cómo cojones este hombre qué tanto amor vociferó por mi me odia de tal manera?Después de muchas horas llorar en la cama, decide maquillar las enormes ojeras en mis ojos, colocarme un hermoso vestido y salir a la empresa de mi abuelo a ponerme al día con ella. Ahora yo era la socia de la empresa y debía comportarme como tal y eso iba a hacer en este preciso momento.Opte por colocarme un hermoso vestido negro, tipo ejecutivos unos tacones de aguja. Dejé mi cabello suelto que hacía juego con mi figura tonificada. Me veo en el espejo, y me agrada lo que veo.Tomo mi bolso, respiro hondo y salgo de la casona, que, por cierto no he podido recorrer aún por falta de tiempo, o mejor dicho por andar metida en mi habitaci
Veo los ojos de Maximiliano rojos, en una combinación de rabia y odio a la vez.Doy unos pasos para atrás asustada. Puedo sentir mi respiración agitada, y mis manos temblar de miedo al ver sus ojos clavados en mi.Se acerca a mi de una manera tan abrupta, que me hace pegar de la pared del ascensor. Trago grueso para mirarlo, está tan molesto que puedo ver las venas de su frente marcadas de la molestia.—¡Te dije que no debes provocarme, y mucho menos andar de zorra! —apretó los puños con molestia. Tengo miedo, siento miedo de que pueda hacerme algo como la última vez, aunque en esos momentos su mirada no es para nada de deseó, puedo ver rabia y odio a la vez.—Déjame en paz Maximiliano,—gritó con fuerza.El me toma por el cuello, haciendo que corte mi respiración. Siento mis mejillas rojas, y casi no puedo hablar.—¡No me vas a hacer ver cómo un maldito cabrón Emilis Jhonson, no quiero que vayas a esa dichosa cena, soy tu marido ahora y me respetas como tal! —grita en mi cara, mientra
Intento patalear con todas las fuerzas del mundo, pero por más que lo hago Max sigue caminando conmigo en sus hombros. Siento mis cachetes rojos de la moelstia. No sé supone que me odia, entonces porque está aquí, arrastrándome con el a casa como si estuviera muerto de los celos.—Bájame o comienzo a gritar —lo amanezco pero lo escuche reír con sarcasmo.—A ver dime algo emilis, estás acostumbrada a tenerlos bajo tus pies —me quedo perpleja, por lo que escucho. Intenté contener la rabia y no responder pero mi apellido de loca me hizo morder su hombro.—¡Ah, m*****a loca!—gruñe cuando siente que estoy perforando su hombro con los dientes. Sonrío como malicia hasta que me da una fuerte nalgada, que no sé si me molesta o más bien me excita un poco.Me pone de pies, y puedo ver en sus ojos entre lujuria y molestia.—Ya no soy la misma niña estúpida de antes Maximiliano, si crees que puedes hacer conmigo lo que quieras estás equivocado —lo señalo con el dedo, el intenta tomarme del brazo pe
Me acerco a la mesa donde está mi querida hermana con el hermano de Max a paso rápido. No puedo creer que es capaz de hacerle esto Max y ser capaz de engañarlo de esta manera tan cruel con su propio hermano..Me quedo estática recordando que él me lo hizo a mi por mucho tiempo, y ahí, siento un ligero fresco en mi interior. "Es el karma, y se lo merece" . Pienso realmente complacida.Max no merece que lo defienda, Max no merece que le advierta lo zorra que es mi hermana Paola, se merece esto, se merece sufrir y se merece ser engañado.Me doy media vuelta mareada para salir fuera del club y lanzarme a vomitar cuando siento a Bri detrás de mí .—¿Te sientes mal?—pregunta acariciando mi espalda.—Creo que me cayó mal el trago, me quiero ir —pido impaciente porque mi estómago ruge de una manera terrible —Si que te ves asquerosa —bufo.Me pide volver a entrar para pagar la cuenta y unos minutos después estamos de vuelta a casa. La dejé en su casa y me fui a la mía.Mientras conduzco no p
PUNTO DE VISTA DE MAXIMILIANO Soy Maximiliano Bronw, uno de los millonarios más cotizados del país. Con empresas a nivel nacional e internacional. Un soltero codiciado y con atributos físicos encantadores a la vista de muchos. Pero, yo me fijé en Emilis Jhonson, la nieta de unos de mis socios y la heredera de la empresa que más dinero me ha generado, si, me enloqueció su pequeña boca, su cuerpo curvado y sus ojos verdes. Me tenía loco por ella, a tal magnitud que le pedí que se casara conmigo.Me sentía un niñato, tonto, pero así me hacia sentír aquella mujer, enloquecía mis sentidos de tal manera que yo deseaba tenerla para mí, hacerle cinco hijos y no dejar que nadie la apartara de mi lado. Hasta ese puto día, ese puto día que ella decidió engarme, mostrarme que solo fui un imbesil y que no soy nada para ella.…Estaba sentado en la mansión de mi casa, celebrando con mis padres la boda que tendría. Había organizado todo con mis propios esfuerzos. Había mandado a contratar a la mej