EPÍLOGOCOLETTEPasaron demasiadas cosas desde aquella noche en el hospital, Renzo ha tomado el puesto como nuevo capo de la mafia italiana, y ahora Elio es su mano derecha, lo que me resulta casi cómico porque ambos no se soportan, nos fuimos ese mismo día de Italia y nos escondimos tres meses de la mafia, ahora, con ayuda de Renzo y de Angela, al haber amenazado a cada miembro importante de los altos mandos de la organización, nos han dejado en paz. Puedo decir que hay ocasiones en las que despierto en la madrugada, gritando, escuchando los ruidos y detonaciones, entrando en alerta en todo momento, pensando que esto es solo un sueño como los que solía tener en la fortaleza, y que estaré dentro del mundo de la mafia de nuevo, pero es real, ya no tenemos nada que ver, al menos yo. Porque no puedo negar que Roan sigue siendo un Fiore, al igual que mis hijos, él le ha dado su apellido a Killian, y lo ha tratado igual que a Osman y Declan, vivimos en Inglaterra, en una mansión que no t
RENZO Honor, lealtad, peligro, poder. Son las tres palabras que tengo tatuadas en la piel, en la espalda, dichas que siempre llevo en mi mente, cuando Roan era el capo, cumplí con mi deber, ahora ha pasado un año desde que todo acabó para él, tomó su decisión y yo la mía, es lo que tenía que pasar, soy la máxima autoridad aquí, me rinden pleitesía, pero con los placeres como ver el sufrimiento de tus enemigos, vienen las responsabilidades, y en este momento es lo que menos me interesa. Observo a detalle el edificio que se cierne delante de nosotros como enorme monstruo, la construcción que una vez fue bella, ahora solo son escombros, en algunas esquinas aun salen pequeñas llamaradas y en medio, una enorme y densa capa de humo negro que invade en medio ambiente, es un caos, la gente corre por todas partes tratando de buscar refugio, no lo hay, ya deben saberlo, en la guerra con la mafia italiana, nadie sale ileso. —Capo Di Tuti Capi. La voz de una mujer me llama, miro de sosl
RENZO Termino de darle la última calada a mi cigarrillo, la mafia italiana es todo lo que necesito para poder respirar, desde muy pequeño supe cuál era mi destino, ser un asesino que protegiera a Roan Fiore, con el paso del tiempo él se convirtió más que un amigo, un hermano, es mi familia, las leyes de la famiglia son duras, cuando él renunció a su puesto, se decretó que tiene prohibido poner un pie en Italia, un hecho que le ha ocultado a Colette, por esa razón pone siempre mil peros cuando ella quiere visitar a Angela o a la rata de Dalila. El asunto es que soy el capo, y él sigue siendo esa conexión que tengo con la humanidad, sin él, es probable que sea en estos momentos un ser sin sentimientos, sin remordimiento, sin humanidad, un asesino sin un corazón latiendo dentro de su pecho. Así que cada que alguien intenta atacarlo a él o a su familia, yo me encargo de limpiar su camino, tal y como lo hizo todos estos años con el mío. Y ahora llega la Bratva a joder mi paz, a comenzar
DALILA Todo está mal, desde que ese ruso me dijo que el Boss está interesado en mí, un escalofrío que recorre mi espalda no me abandona, estoy molesta, cansada, hastiada, pero hace horas cuando recibí la llamada de mi padre, supe que estaba metida en algo gordo. HACE HORAS ATRÁS… —Padre. —Te extraño mucho, mi pequeña princesa de la mafia. —No soy una princesa —repliqué con molestia. Hubo un breve silencio que me hizo recordar cuando era niña y mi padre le ocultaba muchas cosas a ka organización, rápido lo desarrollé, y ahora sé que suele hacer eso por dos cosas, una; oculta mucha mierda peligrosa que pone su vida en riesgo, y dos: porque sabe que su cuello está en peligro. Así que me voy por la segunda opción. —¿Tienes algo que ver con el inesperado deseo del Boss de la mafia rusa, por mí? Mi padre carraspea como respuesta. —Sabes que no puedo decir nada, así que si deseas saber la verdad, tendrás que venir a visitar a papá, cariño, estoy en Londres, avenida Deltrot número 25
DALILA Me parece que he escuchado mal, eso es lo primero que se me viene a la mente, todo se detiene, incluso la mirada de Elio parece dura, quedó fuera la sonrisa socarrona que antes se dibujaba en su rostro, no puedo hacer nada al respecto por mi propia reacción, mis músculos se contraen y me dejo caer al lado de Elio en el sofá. No, no me puede estar pasando esto, sabía que mi padre era una escoria de persona, pero el que él me hubiera hecho esto, hace que solo tenga el imperioso deseo de tajarle la garganta para bañarme en su sangre después. Proceso cada una de sus palabras teniendo la esperanza de que mi disociación me haya obligado a escuchar otra cosa. —¿La apostaste? La rudeza en el tono del Capo, hace que recupere la cordura. —Yo… —Padre —le detengo antes de que siga hablando—. ¿Esto afectaría a la organización? Renzo me lanza una mirada amenazante que me paso por el trasero. —No —tartamudea el hombre que donó el esperma—. No, claro que no, él solo ataca donde estás,
DALILA Me levanto más temprano de lo normal, con la desazón latente en mi interior, las palabras de Renzo fueron una nueva puñalada, el problema es que no me puedo dar el lujo de convertirme en una mujer llorona y deseosa de que la salven, Niccolo Fiore no me crió para ser la carga emocional de nadie, así que me levanto más temprano de lo normal, Renzo puede decir y hacer lo que quiera, trabajo sola, y buscaré la manera de no arrastrar a la organización en esta mierda que provocó mi padre. Me doy una ducha rápida, me visto y detallo la hora en el reloj sobre la encimera, son las cinco de la mañana, tengo una cosa más que hacer antes de regresar a Italia, al salir por la puerta, me doy cuenta de que los hombres de Renzo están despiertos cuidando de su descanso, Elio está en uno de los sofás y Renzo en otro. Me muerdo el labio inferior, tomo un atajo y salgo por la ventana del baño. Gracias a la arquitectura del edificio, hay una escalera de emergencias al lado, por lo que me apresur
RENZO Ira. Eso es lo que me acompaña desde que salí de la fortaleza a fumar un cigarrillo, lo dije, le reproché el que ella hubiera follado a otro cuando era mía, antes de que supiera que era una puta, quería poner el mundo entero a sus pies, pero Dalila lo echó todo por la borda, rompió una parte importante entre los dos, por eso la odio, después de ella ha habido muchas mujeres, sí, pero todas ellas putas con las que jodo de vez en cuando, nunca una como ella. Vi el dolor en su mirada cuando le restregué la verdad, no me importa, ella me lastimó primero y ahora tiene que pagar, no soy un hombre con el que puede jugar, y el rencor es parte de mi vida, y a esa se lo tengo bien plasmado debajo de mi piel. Pienso una y otra vez en todas las respuesta a este rompecabezas, pero no hace falta que me siga torturando, sé la razón, pero siento que algo no encaja aquí, para ser una apuesta es demasiado insistente en una simple mujer de la mafia que no vale nada. Si la mato, tal vez le harí
DALILA Correcto, intenté hacer lo correcto, Elio me convenció de que tratara de hablar con Renzo, desde un principio le dije que era mala idea, pero al final me fui a su despacho y le llamé, me contestó mandándome a la mierda, estaba con Elio cuando este le llamó, escuché cuando dijo que le estaban haciendo una mamada, el corazón me pesa y algo en mi interior se rompe al darme cuenta de que la mujer que le estaba haciendo una mamada, era nada más y nada menos que mi amiga Anasyn, quien permanece detrás de él, tan sorprendida como yo con lo que dice. Pasa sin mirarme, ella busca una respuesta clara en mí, pero no se la puedo dar, ni yo misma sé donde estoy parada, así que me giro para enfrentarlo, otra vez, ocultando y empujando el dolor que me avasalla el pecho, al fondo. —No puedes hacer eso —replico. Renzo toma asiento y enciende un puro, sus ojos no tienen vida, el odio que siente por mí es más poderoso del que en el fondo, nunca podría sentir por él. —Soy el capo. —Sí, pero