ROANHan pasado dos malditos días desde que se llevaron a Colette y a Killian, desde que Lanai desapareció igual que en el pasado, Angela me mandó los documentos y todas las pruebas que necesitaba para saber y darme cuenta de que ella todo el tiempo estuvo vendiendo a la organización y mi cabeza, a la mafia griega, no sé en qué momento ocurrió su romance con Cole, pero me da rabia pensar que esa arpía hizo que dudara de lo que siento por la madre de mis hijos. Esto no se puede quedar así, la mujer que amé con locura, por la que estuve dispuesto a hacer cualquier cosa para poner el mundo entero a sus pies, amó a otro, a mi enemigo, ella estuvo de acuerdo con él en todo este tiempo, es ella la carnada y yo como idiota caí en su trampa, ahora la tienen y no puedo hacer nada. Camino de un lado a otro, he ideado muchos planes para poder localizarla, debe odiarme, las imágenes de ella viendo como se dio cuenta de que estaba follando a Lanai, hacen que una sensación que quema en el pecho,
COLETTEPara cuando despierto, me siento un poco mejor, a mi lado descansa Killian, quien parece ser que no se ha apartado de mí en todo este tiempo que estuve inconsciente, mi bebé se remueve inquieto y se vuelve a acomodar mejor, estoy dentro de la misma habitación, corro al baño al sentir los deseos de vomitar y eso es lo que hago. Paso un buen tiempo haciéndolo hasta que me lavo los dientes y para cuando regreso, Killian ha despertado. —Bebé —le doy un beso en la mejilla—. ¿Estás bien? —Tengo hambre —pide. —Yo también, esperemos un poco más. —¿Por qué nos han encerrado? ¿Hicimos algo malo? Mi corazón se estruja, verlo con esa mirada cargada de incertidumbre hace que me sienta como la peor madre del mundo, por exponerlo a esta clase de peligros, nada hubiera pasado si no hubiera seguido a Roan aquella noche y verlo follando con Lanai, nada de esto estaría ocurriendo, solo espero que estos recuerdos no permanezcan en la memoria de mi hijo. —No hicimos nada malo, es solo que…
COLETTEMiro con ojos extraños al doctor que trajo Cole para una revisión, anota algo en su portapapeles para luego cruzar una mirada cómplice con el padre de Killian, después de los mareos y de las náuseas, agradezco que siquiera se tome la molestia de pedir ayuda médica para mí, algo que dudo haría, si no fuera la madre adoptiva de Killian. —¿Cómo se encuentra? —pregunta Cole en un tono despectivo. —Bien, es normal que sienta náuseas, mareos, e incluso desmayos, es parte del sistema de la mujer cuando está embarazada, aquí le dejaré un medicamento que no afectará al embarazo, es para mejorar y hacer menos frecuente esto —dice firmando algo en una hoja, misma que luego da a Cole. Este la mira con detenimiento, pero no dice nada más. El doctor me explica algunas cosas que yo ya sé, soy doctora general, así que tengo una idea de lo que me pasa y como tranquilizarme. Pero callo, es lo mejor en estos casos.Cuando se va y nos encontramos a solas, le da la hoja a uno de sus hombres, pi
COLETTEMiro la ciudad por debajo, luego de que saliéramos, Cole no quiso ir en auto, cosa que me pareció innecesaria, pero callo sintiendo su mirada todo el tiempo sobre mí, cada segundo que transcurre sometida en este silencio turbulento, hace que me quiera aventar al precipicio, si no tuviera hijos, lo haría, metafóricamente hablando. —¿Por qué lo hiciste? —pregunta de repente. Sé a lo que se refiere, pero no quiero mirarlo, si lo hago, una de las barreras que tanto trabajo me ha costado poner entre los dos, se derrumba. —¿Por qué decidiste venir? Roan es uno de los hombres más inteligentes que conozco, y él tiene razón, Killian no es tu hijo, no es tu sangre, en cambio, los gemelos Fiore, lo son —sus ojos se clavan en mi vientre—. Contando que estás esperando otro Fiore. Junto mis manos sobre mi vientre, como si eso pudiera proteger a mi bebé de lo que este hombre es capaz de hacer. —Ya te lo he dicho, y lo diré hasta que entiendas, Killian es mi hijo, desde que me enteré de
COLETTELos odio. Es el pensamiento que no me deja desde que me han encerrado en este sitio, me han obligado a vestirme con un vestido entallado, oscuro, escotado, no dejo de caminar de un lado a otro, esperando la guillotina, ambos mafiosos me han engañado, no tienen palabra para mí, Roan me metió en esto, si me hubiera dejado ir con mis hijos cuando supimos todo, nada de esto estaría pasando. No tengo idea de en dónde está Killian, y el recuerdo de su cara llena de horror cuando me llevaron y me alejaron de él, me pasa por la cabeza una y otra vez, haciendo que mi deseo de llorar vaya en aumento, me tienen encerrada en una habitación vacía, de la nada, la puerta se abre y entra un hombre de Cole, con mi hijo. Este corre a mis brazos y lo abrazo con fuerza. —No quiero que me dejes —suplica. —No lo haré —le prometo. —Papá dice que me vas a dejar —solloza y se me parte el corazón. Cole entra y nos observa con molestia, ¿qué le sucede? Es como si la versión que me mostró de él, no
ROANHORAS ANTESRabia, eso es lo que siento cuando veo las fotos que me ha mandado Cole, no tiene remitente, pero no hace falta ser muy listo para darme cuenta de que la obligó a hacerlo, pero eso no quita el hecho de que ella haya estado sentada sobre sus piernas y de que el hijo de perra la estuviera tocando, besando, esto es lo que sintió ella cuando me vio follando con Lanai, y es una mierda, solo tengo deseos de asesinarlo. Veo cada una de las fotos y las voy quemando, porque tener esto es como una tortura personal, como algo que no quiero volver a ver, si lo hago, el mundo arderá y destruiré la pirámide dela mafia con mis propias manos. —No te molestes, no tiene caso, no hay nada que puedas hacer por ahora —me dice Renzo. Él tiene toda la razón, el problema es que ya nunca me podré sacar de la mente, estas imágenes. Me pongo de pie, me sirvo un trago con la intención de que esto acabe de una vez por todas, de que la desazón se me desaparezca, pero al parecer la reacción es p
COLETTEEl aroma que ha dejado Roan en la habitación, en mi piel, arde como llamarada amenazante. Él nunca me va a ayudar a recuperar a Killian, y Cole solo ha estado jugando conmigo, todo este tiempo he estado superando cosas que están fuera de mis manos, fuera de la vida en la que me crié, de la vida que me he esforzado tanto por tener. Si antes creía que el vivir con mis primos y mi tío era el infierno, estaba equivocada, hay cosas mucho peores, ahora mismo siento que estoy viviendo una pesadilla, y por un solo segundo me permito pensar en que tal vez fue mala idea haberme expuesto aquella vez a salvarle la vida a Roan. No miento, estos días he estado pensando que si tal vez no lo hubiera ayudado, nada de esto estaría pasando, puede que siguiera trabajando en el hospital, cuidando de Osman y Declan, pero la imagen de Killian aparece en mi mente golpeando duro mi pecho, eso es lo que me detiene, de haber vivido como antes, nunca lo hubiera conocido, y ahora mismo no concibo ningun
COLETTE—Todo parece estar bien. Esas son las mejores palabras que he escuchado últimamente. Después de que en mi vida solo han existido puras desgracias, al menos mis hijos son el resultado de que algo he de estar haciendo bueno, siento que puedo volver a respirar tranquila solo por un segundo, pese a mis circunstancias, he tenido las medidas necesarias como para que mi embarazo vaya bien. —Le podría pedir que viniera a sus consultas mensuales, o si el señor Fiore prefiere, para que esté más seguro y tranquilo, podría ir a su casa cada semana, así llevaremos un mejor registro del embarazo —comenta el doctor mientras apunta algo en su portapapeles. Frunzo el ceño, tenerlo cerca de mí todas las semanas, me hará sentir asfixiada, Roan parece comprender lo que pasa por mi mente, por ello niega con la cabeza, cosa que le agradezco de forma inmediata con una sonrisa de media luna. —No lo veo necesario, con una sola vez al mes, es más que suficiente. —Como ustedes deseen. Me quedo tra