DALILA Duele, hace tiempo que creí que no iba a sentir nunca un dolor como este, desde aquella perdida de mi hijo, pero esto puede compararse, Renzo va a tener un hijo, con otra, con su esposa, la mujer con la que crecí, la que consideré una buena compañera, me cuesta trabajo respirar, él tiene todo lo que siempre quiso y yo no se lo pude dar. Mis ojos se llenan de lágrimas que me niego a derramar, el pecho me duele y me cuesta trabajo respirar, cierro los ojos un par de segundos mientras recuerdo la plática que tuve antes con Colette. —Él te ama. —No, no lo hace —le sonreí con lástima—. Realmente creo que él nunca me ha amado, puede que esto sea lo mejor. —¿Qué quieres decir con eso? —Renzo y yo nunca estuvimos destinados, incluso cuando estábamos juntos, todo era caos, posesión, obsesión, éramos intensos, tóxicos, ahora él es el capo y yo la esposa del Boss de la mafia rusa, así es como terminan las cosas entre los dos, como enemigos. —Dalila, ese hijo no significa… —L
DALILAMi corazón late rápidamente sin que lo pueda evitar, sinceramente no creo que algo puede detener su galope frenético. Me doy la media vuelta lento, ya que solo estaba viendo su reflejo, el estómago se me encoge de manera que solo puedo pensar en una sola cosa, en salir corriendo de ese lugar como si fuese una maldita cobarde, algo, un pensamiento que nunca se ha cruzado por mi mente, ni en los peores momentos en los que me he encontrado a lo largo de mi vida como una asesina bajo las órdenes de la mafia italiana. Nuestros ojos se cruzan y parece que nos hemos quedado sin palabras, la última vez que lo vi de frente estaba amarrado, y le dejé las cosas claras, me doy cuenta de que sus ojos recorren con lascivia mi cuerpo, hay un hambre sexual y un magnetismo animal que me hace temblar aunque no lo demuestre, eso es lo que mejor hago. —Dalila —repite mi nombre como si quisiera memorizarlo por primera vez. Hasta que sus ojos se anclan en el anillo de oro que tengo en la mano, el
DALILANo me puede estar pasando esto, es que sí es mala suerte, en cuanto veo que un par de ojos grises como los míos me recorren el cuerpo mientras Renzo se incorpora con un deseo de muerte y cierro las piernas, subiendo mi vestido de la parte superior para cubrir mis pechos, Andrei me observa con una media sonrisa en los labios. Renzo saca enseguida su arma y yo hago lo mismo, pero le apunto a él, cosa que le hace levantar una ceja con incredulidad. —¿Qué mierda crees que haces? —me pregunta. —Defendiendo a mi familia —espeto con seguridad—. A él no le apuntas con un arma, Capo. —¿Volvemos con lo mismo? —refuta sin apartar la puntería hacia un Andrei que cierra la puerta a sus espaldas y coloca el cerrojo. —Andrei Ivanov es intocable, que eso te quede claro. Renzo y yo nos adentramos a una lucha interna en la que él me asesina con la mirada lleno de celos, y yo solo defiendo a la única persona aquí dentro de la Bratva, que no me ha dado una patada en el culo, y que he aprendi
RENZOEstuve dentro de ella y maldición, ya se ha convertido en una adicción, ella es todo lo que necesito en el mundo, no es fama, poder, ser el líder de la mafia italiana, nada de eso tiene sentido si no es con ella, cuando la penetré, su coño estaba tan estrecho, que por un segundo casi me vengo como un maldito mocoso que apenas tiene su primera vez, la hice mía, solo mía, y es así como planeo que siga siendo. Aún quedan muchas cosas por hablar, como el hecho de que me quiero divorciar de Anasyn, y de que pienso hacerme cargo de mi hijo, ese fue el único detonante que hizo que la dejara, por lo que dijo, yo tampoco quiero perder a un segundo hijo, mucho menos del mismo modo en el que ella perdió al nuestro, la noticia la sigo procesando, íbamos a tener un pedazo de carne de los dos, un ser que habíamos formado ambos, y ahora, tendré un hijo con una mujer que ha quedado claro que no amo y que no tengo la mínima intención de hacerlo en un futuro cercano ni lejano, ella lo entiende,
DALILA¿Cómo es que acabé en otra pesadilla, siendo que he escapado de otra? No lo sé, creí que estaba haciendo las cosas bien, se supone que solo tenía que lidiar con la orden y con la Cosa Nostra, hasta que Renzo decidió meter sus narices en donde nadie le ha llamado, no sé nada de Andrei, solo sé que el Boss ha mandado a que lo maten, solo espero que no lo logre, confío en que sabe cuidarse solo, se supone que tenía que cuidar de su espalda, sin embargo, en ese momento era él, la única persona en quien confiaba. Camino de un lado a otro, la incertidumbre me llena, después de que Maxim se enterara de que Renzo ha estado aquí, y que él era el intruso que uno de sus hombre había visto, me encerró en mi habitación, no hay manera en que escape y sinceramente no creo que lo pueda hacer, me tiene bien asegurada, tengo miedo, uno atroz, lo que le dije a Renzo es cierto, no se puede permitir perder a un hijo más, no importa quién sea la madre de este, él tiene una responsabilidad con la qu
DALILASi antes creía que todo estaba mal, ahora pienso que está peor, saber que Anasyn está en las manos de la Bratva, me da más temor, no por ella, sino, por el hijo de Renzo que lleva en el vientre, proceso cada una de las palabras que brotan de sus labios sin dejar de mirar cómo es arrastrada a no sé qué lugar. —Todo acto tiene consecuencias, Dalila, buenas o malas —dice con estupor. —No puedes, ella… —A mí no me digas nada, si tienes algo que hacer o a quien reclamar, es a la orden, ellos son los que me buscaron. Le miro mal. —Pudiste haber rechazado. —Podría decir lo mismo, pero no se te olvide que soy el Boss, un mafioso antes que un hombre enamorado de una víbora como tú, y un trato es un trato. Tenso el cuerpo. —Andrei tenía razón —cambio el tema con la esperanza de poder comenzar a pensar en un plan para hacer que Anasyn llegue de nuevo a Renzo—. Tú no me amas, solo estás obsesionado conmigo. Su gesto se enfurece más. —¿Eso es lo que dijo? —soy consciente de que ap
RENZOSecuestrada, eso es lo que han tardado en decirme, que mientras yo iba a Rusia a tratar de recuperar a la mujer que amo, y me la follaba, mientras yo llegaba y alteraba el orden de las cosas, la cosa nostra se estaba encargando de hacer un sucio juego para mantener la paz entre ambas organizaciones, sin mi autorización, sin siquiera consultarme, y eso es vender a Anasyn al Boss, sabiendo que está esperando un hijo mío, es un precio que no negó el hijo de perra, ahora no solo tiene a la mujer que amo, sino, a la mujer que está esperando un hijo mío. Anasyn no me puede importar menos, pero en su vientre carga mi semilla, y eso es lo único que la hace importante ante mis ojos, la orden me mira como un líder que se ha dejado manipular por una mujer, sí, lo es, y esa mujer es Dalila, lo dejaría hacer mil veces si el resultado fuera estar a su lado siempre. —Joder —rechino los molares. Necesito encontrar una solución antes de que me vuelva loco y no pueda salir de esto. Escucho ate
DALILA—Te amo. Me quedo con esa palabra que significó tanto para mí en el pasado, cuando Renzo y yo pensábamos que estábamos destinados a terminar juntos, no es así. Las cosas planeadas raras veces llevan a ninguna parte y me dejé llevar por mis instintos, un grave error que ahora estoy pagando, las imágenes de Anasyn siendo golpeada brutalmente por los hombres de Maxim, hacen que me remueva inquieta, poco a poco recuerdo todo. —Esto es solo el comienzo —dijo Maxim. Entonces abro los ojos de golpe, dándome cuenta de que estoy dentro de la que es mi habitación, el aire es fresco y siento un deseo inmenso por salir corriendo, hace mucho que no me sucedían estas cosas. Es como estar cayendo en un pozo sin fondo, sin que nadie me pueda salvar. El ahogamiento entre mis pensamientos turbios es lo que me mantiene con los pies sobre la tierra a veces. No en esta ocasión, pese a que fueron solo un par de segundos, me pude dar cuenta de que estaban pateando de manera brutal a Anasyn, ella