RENZO —Maldita sea. Camino de un lado a otro, leyendo una y otra vez la carta que me dejó Dalila, es como el Karma que me está golpeando por todo, y solo hay una laguna que no he podido descifrar, y es el hecho de que ella hable de un secreto que nos mantendrá separados por siempre, juego con el anillo que sostengo entre mis manos y tenso la mandíbula, ¿de qué se trata? Tengo tantas cosas en mente que no sé por donde comenzar, justo la puerta se abre y Elio es quien aparece con el rostro endurecido, es como si él supiera más de lo que viene en esta carta. —¿Y bien? —me pregunta. Su mirada es fija y eso me cabrea, aunque se parece a la de Roan. —¿Cuál es el secreto del que ella habla? —inquiero. Elio guarda silencio un par de minutos, sopesando en todas las posibilidades, hasta que de la nada asiente. —No lo sé, y aunque lo supiera supongo que no te lo diría, solo vengo a decirte que he confirmado mis sospechas, ella se fue porque fue traicionada por la orden, al parecer escuch
DALILA Vivo en un mundo surrealista, eso es en lo primero que pienso cuando siento que todo ha acabado, y caigo en esta nueva realidad, una en la que me encuentro sentada al lado del Boss de la mafia rusa, comiendo y bebiendo juntos, una italiana y un ruso, maldición, incluso suena salido de algún libro de romance en donde la mafia, es el plato principal de cualquier orden. —No has probado alimento —dice mirando mi plato lleno. —No tengo apetito —respondo en un tono apenas audible. Él deja sus utensilios sobre la mesa y se limpia las comisuras de sus labios con una servilleta tan fina, que me siento mal de siquiera pensar en mancharla. —Deja de comportarte como si no nos conociéramos, por favor —coloca su mano sobre la mía. Yo por instinto la aparto y evito mirarle directo a los ojos. —Es que somos desconocidos —susurro—. No nos hemos visto desde que éramos niños. Recalco lo que me parece más importante, no somos los mismos niños que jugaban todas las tardes, mucho meno
DALILA Admito que la decisión ha sido precipitada, no lo niego, sin embargo, no puedo creer el punto en el que ha llegado el amor que siento por Renzo, no esperaba que me buscara, tampoco que viniera y me rescatara como a una princesa, porque no lo soy, sin embargo, tampoco me esperaba que le importara tan poco, como para que se fuera de luna de miel como si nada, eso si ha sido un golpe duro, en especial cuando ambos hemos tomado caminos diferentes. Ahora es el capo, y tiene a su lado a su reina, yo, le he dado la espalda a la famiglia y seré la reina de la Bratva. Un hecho que sin duda me tiene con los nervios en punta, Maxim no es tan malo como aparenta, al menos no lo es conmigo, me parece que tiene cierta obsesión conmigo y eso es lo que me descoloca un poco. —¿Pensando en las maneras en las que puedes escapar de mí? Su voz hace la piel se me erice, no le temo, he estado frente a asesinos más letales que él, pero con menos renombre, he enfrentado a mafiosos sin escrúpulos
RENZOHORAS ANTES—Mientes —es lo único que sale de mi boca. Tiene que ser una mentira de ella para manipular la situación, Dalila jamás me hubiera ocultado algo como esto, un hijo, por Dios, es imposible, cierro por un par de segundos los ojos, rememorando aquellas imágenes en las que creí se mostraba un sueño más, no una realidad, pero al parecer, es cierto, recuerdo el haber roto su himen, ella gimiendo de dolor al tiempo que clavaba sus uñas en mi piel. —Te amo —me susurró aquella noche. Pero lo olvidé, y eso es porque estaba ebrio, además, cuando desperté lo hice en la habitación de la fortaleza, nunca en una habitación del club en donde creí que había pasado el mejor sueño de mi vida, es por ello que no encontré rastro de su sangre en mis sábanas, y ella tampoco dijo nada al respecto, maldita. —No miento. La voz de Anasyn me saca de mis pensamientos, la miro, ella al parecer ya sabía todo esto, ¿quién más estaba enterado de esto? ¿Roan? No, él me lo hubiera contado, pese a
DALILA Esto está mal, desde un principio, Renzo debió haber sabido que esto era como aceptar la derrota, porque no solo viene sin sus hombres, sino, que ahora, luego de un par de miradas llenas de hostilidad y de que Maxim hubiera llamado a dos de sus hombres más fieles para que no lo dejaran ir, ahora estamos dentro de uno de sus cuartos de tortura, que es muy parecido al que tenemos en Italia, Renzo está sentado en una silla, amarrado y sin la oportunidad de hacer nada en contra del Boss de la mafia rusa. El ambiente se convierte en una densa niebla hasta que trago grueso, por más que trato de evitar la mirada de Renzo, este no deja de verme, pero lo que más trabajo me cuesta, es que sus ojos no se apartan solo de mí, sino, de mi vientre bajo, y algo me dice que Anasyn tiene que ver en todo, ya que Elio es incapaz de decir algo tan personal y fuerte. —Debo admitir que tienes el valor, Capo, para venir no solo a mi territorio, sino, para reclamar como tuya, a quien ya es mi prom
RENZOJamás se ha visto en la historia de la mafia italiana, que el capo se ponga a tanto peligro por una mujer, nunca, y eso es porque jamás nadie ha amado tanto a una mujer como yo lo he hecho, o al menos eso es en mi mundo, donde se ve a las mujeres solo como un trofeo, una maldita máquina asesina, un vientre para dar los hijos que se necesitan y ya, solo eso. Pero Dalila es más que eso, y tiene la osadía de aceptar casarse con el Boss. Ellos dijeron que se conocieron cuando eran niños, al principio pensé que se trataba de un sucio juego mental por parte del Boss, pero no es así, haciendo un poco de memoria, me doy cuenta de algo, hubo un año en el que ella estuvo alejada de mí, su padre estaba siendo cuestionado por la orden y decidieron exiliarlo un año entero hasta que demostrara serle fiel a la organización. Ese mismo año en el que ella se molestó porque una estúpida niña me había dado un beso en la boca. Fue un año en el que entrenaba solo para ser el mejor y estar a la alt
DALILA Me arrancaron el corazón por milésima vez, ya se siente incluso como una costumbre, levanto el mentón y la persona que veo en el reflejo del espejo, no se parece nada a la que era hace un par de años atrás, en los que me consideraba feliz, una mujer plena, sí, es cierto, pertenecía a una de las organizaciones más poderosas dentro del mundo de la mafia, fui criada para ser una asesina, la mejor, la orden movió los hilos de mi vida durante muchos años, de hecho, hubo un tiempo en el que no le encontraba un propósito a mi vida, hasta que llegó Renzo y todo cambio, volví a considerar mi vida como algo importante y no como solo una mera arma que los altos mandos de la orden podía usar a su favor. Trago el nudo que se forma en mi garganta, en unos minutos estaré haciendo la cosa más ridícula que haya pensado en hacer, cuando abandoné Italia, fue un acto de traición y me han llegado los rumores de que así como la cabeza del Boss está en juego, la mía también y no hay nada que pueda
RENZONo dejo de repetir en mi cabeza las mismas imágenes, una y otra vez me martirizan y me parece que ahora comprendo un poco mejor lo que debió haber sentido ella, al verme firmar los documentos que hacían legal bajo las leyes de la mafia, mi matrimonio con Anasyn, la mujer que tomé por esposa en lugar de a ella, lo que debió haber sufrido, me parece que me va a atormentar por el resto de mi vida. Aún puedo recordar la mirada llena de dolor que Dalila me mostró la última vez que le dije cosas hirientes, y que ahora comprendo que solo intentaba hacerme saber que no me fue infiel, que un imbécil la violó, desearía que ese hijo de perra estuviera con vida para hacerle pagar una y otra vez lo que le hizo a ella, lo castraría y le haría comerse sus propias bolas. —Renzo, por favor, escucha… —me suplicó con voz temblorosa. Era la primera vez que vi a Dalila, la gran asesina de la Cosa Nostra, comandada por la orden, como un blanco débil, ya se había corrido el rumor de que incluso muc