En la amplia sala de reuniones de las Empresas Montenegro, la tensión era palpable. Los socios estaban sentados alrededor de una larga mesa de caoba, con expresiones de expectación y ansiedad. Las paredes estaban adornadas con retratos de antiguos presidentes, testigos silenciosos de la historia y las decisiones cruciales que se habían tomado en ese lugar.Ava y Sara se sentaron juntas, observando con atención. Ambas confiaban en que Angelo sería el elegido. Con su experiencia y dedicación, parecía la opción lógica para llevar a las empresas a un futuro próspero. El resto de los socios estaban de su lado, Alejandro no iba a ser el ganador. Angelo, vestido con un traje oscuro impecable, estaba en pie, respondiendo con serenidad a las últimas preguntas de los socios. Su voz firme y segura resonaba en la sala, generando asentimientos aprobatorios.En el otro extremo de la mesa, Alejandro, con su porte arrogante, observaba a todos con una sonrisa enigmática. Su presencia imponente no pas
A medida que la noche se acercaba, Ava se preparó con la ayuda de su madre. Eligió un vestido elegante y cómodo, que realzaba su belleza natural. Aunque no podía ver su reflejo en el espejo, podía sentir la confianza y el apoyo de su madre.Cuando Antony llegó a recogerla, la tomó del brazo con cuidado, guiándola con ternura.—Estás hermosa, Ava. Vamos a disfrutar esta noche —le dijo, intentando transmitirle tranquilidad.Mientras se dirigían a la fiesta, Ava trató de calmar los nervios que sentía. Sabía que sería un reto, pero también sabía que era un paso necesario para recuperar un poco de normalidad en su vida. Con Antony a su lado y el apoyo de su madre, se sentía lista para enfrentar lo que viniera.Ava y Antony llegaron a la imponente mansión de Ammy, cuyo brillo y esplendor contrastaban con los sentimientos de nerviosismo que Ava no podía evitar. La mansión estaba llena de luces, risas y música, creando una atmósfera vibrante que se extendía hasta el gran jardín donde la fiest
Antony observó a Omar, claramente incómodo en la fiesta, y vio cómo salía apresuradamente de la sala principal. Ammy, frustrada y molesta, trataba de mantener la compostura mientras hablaba con algunos invitados. No tuvo otra opción que ir con su media hermana. —Ava, tengo que arreglar un asunto. No tardaré en regresar para llevarte a casa, ¿de acuerdo? —le dijo Antony, intentando ocultar su preocupación.Ava asintió, aunque su inquietud aumentaba al quedarse sola en medio de la fiesta. Las sombras borrosas que ahora podía ver no ayudaban a calmar su ansiedad. Decidió que lo mejor sería encontrar un lugar más tranquilo. Recordó el jardín, un lugar que conocía bien y donde siempre se había sentido a salvo.Caminó despacio, tanteando el camino entre los invitados, escuchando sus murmullos y risas a su alrededor. Finalmente, salió al aire fresco del jardín. La tranquilidad del lugar la envolvió, dándole un respiro. Mientras caminaba por los senderos familiares, un hombre se acercó a ell
Ava y Sara estaban sentadas en un banco del parque, un lugar que Ava conocía bien y donde se sentía un poco más segura a pesar de su ceguera. El sonido de los niños jugando y las hojas de los árboles susurrando en la brisa proporcionaban un ambiente casi reconfortante. Bastián y Martha se encontraban a pocos metros, disfrutnadon del Clima. Ava podía percibir la tensión en la voz de Sara incluso antes de que comenzara a hablar.—Las cosas en las empresas están peor de lo que imaginaba —dijo Sara con un suspiro pesado—. Desde que Alejandro fue elegido presidente, todo ha ido de mal en peor. No solo ha tomado decisiones desastrosas, sino que también ha traído a su amante a la oficina. Es insoportable.Ava frunció el ceño, sintiendo una mezcla de ira y desesperación. Aunque no podía ver las expresiones de Sara, podía imaginar el dolor y la frustración en sus ojos.—No podemos dejar que se salga con la suya —dijo Ava, apretando los puños sobre su regazo—. Las empresas Montenegro no puede
Ammy estaba sentada en el amplio salón de su mansión, su mirada fija en las grandes ventanas que daban al jardín. El sol de la tarde llenaba la habitación con una luz cálida, pero Ammy apenas lo notaba, perdida en sus pensamientos. Un golpe en la puerta la sacó de su ensoñación.—Adelante —dijo con voz firme.El investigador privado, un hombre de mediana edad con un aspecto serio y profesional, entró en la habitación. Llevaba una carpeta gruesa en la mano.—Señora Wilson, aquí tiene la información que solicitó.Ammy asintió y extendió la mano para tomar la carpeta. El investigador se la entregó con cuidado, observando su reacción con interés profesional.—Gracias —respondió Ammy, abriendo la carpeta con manos temblorosas.Empezó a leer los documentos, su expresión se volvió cada vez más preocupada a medida que avanzaba. Las fotos, los informes médicos, los registros... todo encajaba de una manera inquietante.—¿Está seguro de esta información? —preguntó Ammy sin levantar la vista de l
Ava y Sara caminaban por el bullicioso centro comercial, disfrutando de una tarde de compras y conversaciones. Ava, con una sonrisa radiante, no podía dejar de maravillarse con las sombras y formas que ahora podía percibir con su ojo derecho. La experiencia de ver el mundo nuevamente, aunque de manera parcial, la llenaba de una felicidad renovada.—Es increíble poder ver algo de nuevo —dijo Ava, apretando la mano de Sara—. Siento que estoy recuperando una parte de mí misma.Sara sonrió, compartiendo la alegría de su hermana.—Estoy tan feliz por ti, Ava. Es como si todo estuviera empezando a mejorar.Mientras recorrían las tiendas, una figura conocida observaba desde la distancia. Ammy, acompañada de Omar, estaba en el mismo centro comercial. Al ver a Ava y Sara, el corazón de Ammy se aceleró con pánico. No podía permitir que Omar se encontrara con Ava, no ahora.—Omar, debemos irnos —susurró Ammy, tratando de mantener la calma—. Ahora no es un buen momento para estar aquí.Omar, quie
Ava, con una determinación renovada, decidió confrontar a Antony en su próxima sesión. La conversación, sin embargo, no fue tan sencilla como esperaba. Sentados en su habitual rincón del jardín de la clínica, Ava miró a Antony con ojos llenos de preguntas.—Antony, necesito saber más sobre Omar y su relación con Ammy —dijo, tratando de sonar casual.Antony levantó una ceja, claramente sorprendido por su interés repentino.—¿Por qué quieres saber eso, Ava? —preguntó con cautela—. No creo que sea relevante para tus sesiones.Ava tomó aire, intentando mantener la calma. Necesitaba conocer más sobre aquel hombre. —Es solo curiosidad. Antony la observó en silencio, evaluando sus palabras. A pesar de llevar varios meses con sesiones, nunca se habló visto tan interesada por su cuñado y Ammy. —Curiosidad, dices... —murmuró, antes de continuar—. Bueno, Omar y Ammy tienen una relación complicada. Se casaron hace unos años, pero Omar desapareció un tiempo después. Cuando regresó, había cambia
Ammy miraba a Omar con una expresión determinada, sus ojos reflejando la ambición que la impulsaba. Sentados en la amplia sala de estar de su mansión, el ambiente era tenso, cargado de planes y secretos.—Omar, he estado considerando una nueva inversión —dijo Ammy, rompiendo el silencio—. Hay una empresa que está en crisis, y creo que es una oportunidad perfecta para nosotros. Podríamos incluso convertirnos en los dueños si jugamos bien nuestras cartas.Omar levantó la vista de los documentos que estaba revisando y la miró con curiosidad. A pesar de las cicatrices que adornaban su rostro, sus ojos seguían siendo intensos y penetrantes.—¿De qué empresa estamos hablando? —preguntó con voz medida.Ammy deslizó un folleto sobre la mesa hacia él. Omar lo tomó y leyó el nombre en la portada: "Empresas Montenegro". Su corazón dio un vuelco. Recordaba haber escuchado ese nombre antes, en conversaciones furtivas y en los susurros del pasado que a veces lo acechaban en sus sueños.—Empresas Mo