Cerró la puerta con cuidado, ya que tenía miedo de que cualquiera de sus actos pudiese ser entendido como una invitación para su anfitrión. Lo tenía claro: algunos hombres pensaban, hablaban y se comportaban como auténticos animales. Era evidente que su amiga los había visto besarse y había malinterpretado el beso. Se sintió avergonzada. Nunca había sido consciente de sus actos como aquel momento, ¿Qué le pasaba? Ella no era así, ella era Adaira Campbell una mujer que primero estaba su futuro y no sus sentimientos o lo que dejara de sentir.
Una mujer realmente segura de sí misma había salido de la habitación y poner sus puntos a su anfitrión. Pero se quedó dolida y volvió a sentir lo que era ser humillada y lo único que se le ocurrió fue cerrar la puerta con llave antes de meterse en la cama.
—No naciste para llorar y sentir. Eres una princesa y te prohíbo llorar sin algo valido. –sentencio su madre colocándole un hermoso vestido negro.
— ¿Y cuando este
Era evidente que Adaira era lo suficientemente importante como para que enviasen un helicóptero a buscarlo, pero ¿Dos? ¿Lo habría organizado la noche anterior? ¿También sería una diputada? ¿O era amante de otra persona multimillonaria?Antonella estaba buscando dinero para pagar la cuenta de hospedaje que deán prometió cobrar. Adaira miro el papel con el precio y lo miro de manera burlona.—Cobras muy poco –dijo, guardándose la cuenta y devolviéndole el dinero a su amiga para sacar su propia cartera y dejar varios billetes encima de la mesa. –. Gracias por el hospedaje.Deán la fulmino con la mirada.—Yo no te la voy a dar a ti, ya que todavía no has hecho algo para complacerme… nada.Y a Adaira le entraron ganas de echarse a reír al oírlo hablar como a un sultán que estuviese informando a una de las chicas de su harén de su descontento, pero entonces lo miro a los ojos y se puso seria. Tuvo un mal presentimiento.Los hombres empezaron a salir
Sin embargo, desde entonces, cada negocio que hacía era una mina de oro. Ya era mucho más rico que su padre porque, mientras Alfred su padre, había heredado una fortuna y se había limitado a conservarla, deán se había dedicado al capital de automóviles y artículos DL, olvidando la cautela. Era muy irónico que sus últimas ganancias de los últimos meses hubieran hecho que el magnate multimillonario Frank Bernard, lo considerara como yerno.—Ni siquiera he visto a la hija de Bernard –dijo Deán secamente.—Claro que si –contradijo Calvin –. Según Bernard, la viste cuando pasaste la noche en Pisa.Deán frunció el entrecejo. Hacia unos años atrás su yate había tenido problemas en una tormenta, cerca de la costa de pisa y había llamado por radio para que le permitieran atracar; Frank tenia forma de evitar de malas maneras la visita de intrusos en su edificio cerca de la costa. Aunque Deán había sido bien recibido y agasajado con todo tipo de lujos, había sido una noche es
-Recibí esta carta hoy –le conto Gregory, dándole un papel a Deán –. Contiene cosas que dice que usted no es propietario de su territorio como tampoco sus datos están en el registro de identidad de Escocia.— ¿Eso perjudica a algo? –Cuestiono Calvin desarrollando su diploma de abogado –La casa está a mi nombre y es por eso que estoy aquí.—No fue solo por eso que están aquí, queremos saber la nacionalidad de usted señor Marshall, que usted no se registrara en el registro nacional después de vivir dos años en Edimburgo es extraño. Incluso puede ir preso por falsificación de identidad, usted no tiene deudas y es una persona que no tiene problemas con nadie. Es tanto su problema que la señora Adaira Campbell tomo cartas en el asunto.Deán se había quedado completamente blanco.— ¿Adaira…Campbell? –Calvin miro atónico al abogado, la última vez que había visto a Adaira fue cuando ella tenía dieciséis años y el dieciocho.—Si señor; la primogénita de nuestro
-¿No debería esperarlo? Como a la mayoría de los hombres le gusta tener la compañía femenina, a una mujer también le gusta la compañía masculina.Él pensó que Adaira seguía siendo aquella mujer espontanea que conseguía lo que quería y esta vez el aceptaría.—De hecho, estoy dispuesta a hacerle una oferta todavía mejor –añadió ella con voz suave y los ojos brillantes.— ¿Una oferta que no podre rechazar? –replico él.Deán iba a admitir lo que ella había sospechado desde un principio. Quería acostarse con ella y que no hacia eso solo porque tenía problemas con su estadía en escocia. Era una chantajista y una completa hipócrita. ¡Qué mal gusto tenía con las mujeres! ¿Cómo podía sentirse atraído por alguien tan despiadada?—Si accedes a casarte conmigo hasta dos meses, al final del segundo mes hare que todo esto no interfiera en tu vida y recibirás una buena cantidad de dinero –le propuso Adaira en voz baja.Deán sabía que no había sido el mismo desde
Sobre todo, una garantía donde no me quitaran mi casa ni seguirán indagando en mi vida privada. Independientemente de lo que ocurra o no ocurra en el periodo de casados no seré su servidor o concubino, como lo quiera llamar, sino que seré su esposo y no tendrá derecho a mandarme. –propuso el con la boca seca, sabiendo que aquello era lo más importante.—Por supuesto –le aseguro Adaira, ofendida por sus palabras.Le había ofrecido dos meses de lujo inimaginable en su palacio, era una invitación por la que muchos hombres hubiesen matado, y él le hablaba de pasar allí el tiempo acordado como si hubiese hablado en entrar a una prisión. Y, lo que era peor, estaba poniendo en duda su palabra.—Pero yo también espero que me des garantías…Deán tomo aire tratando de controlar su pulso. Tenía la boca muy seca, un cosquilleo en el estómago y los músculos de la pelvis completamente contraídos.— ¿De qué tipo?—Tendrás que comprometerte de desempeña
Pero durante la semana siguiente, cuando Deán se enteró exactamente cuál sería su papel como acompañante de la multimillonaria escocesa, se sintió de todo menos tonto. En primer lugar, aguanto una estresante visita de un abogado de la capital que se presentó allí con un documento de diez páginas que este describió como un contrato de trabajo y en el que se detallaba que Adaira esperaba de el: una imagen perfecta, educación y una buena disposición a la hora de complacerla y a sus invitados como acompañante o anfitrión, puntualidad, un buen consumo moderado de alcohol y ningún consumo de drogas. Si cumpliese esas obligaciones como era debido, después de dos meses recibiría una buena suma de dinero a cambio.Lo de la imagen perfecta hizo que Deán se sintiese humillado, a Cristal le gustaba que se dejara su barba. Pero después se dio cuenta de que no recordaba cuando había sido la última vez que se afeito. Así que cuando la secretaria de Adaira lo llamo para decirle que tenía una
-Háblame –le pidió –. Cuéntame porque quieres casarte con una persona pobre y no alguien que este a tu altura, a la altura de una reina –dijo con desprecio cada palabra.Adaira eso la desconcertó, nunca ningún hombre le había preguntado algo sobre su vida. El dinero y el sexo eran una buena combinación para hacer olvidar a cualquiera y no ver los problemas de ella. Ella creía que ya el tema de casamiento toda la población lo sabía y el solo preguntaba para burlarse de ella y eso la molesto.—Estoy segura de que en realidad no te interesa el tema.—Si no me interesase, no te lo preguntaría.—No sé –respondió ella –. Es muy sencillo. Cuando vienes de la realeza todo tiene ciertas reglas, ahora debo hacerme cargo de mi hermana menor y debo tener alguien a mi lado que no piense en el poder.Pero tú sí; pensó Deán.—Fue bueno eso. Eres joven y sacrificas tu libertad…—La libertad está sobrevalorada. Para mi es importante mi reinado y mi famil
Salieron del restaurante, y en la calle mal iluminada, una onda de personas con sus teléfonos los esperaba. Los gritos de emoción y aplausos no se hicieron esperar. Adaira saludo y sonrió a todos.—Princesa, ¿Podría responder unas preguntas? –un reportero llego hasta ella al recibir el asentimiento y los guardias dejarlo pasar –. ¿Tiene pensado algún proyecto para la ciudad y todo el pueblo escoces?—Por supuesto que sí, una nueva Era comenzara en mi reinado y espero estar a la altura de las exigencias del pueblo. Nuevos planes llegaran hasta los lugares donde mis ante pasados olvidaron, convirtiéndolo en un país de riqueza.Los ojos de Deán no perdían ningún detalle de la princesa, ¿Cómo podía fingir tan bien esa sonrisa cálida que les daba a los niños?El reportero miro a Dean y no perdió su tiempo en preguntar por él.— ¿Pronto habrá una boda o llegara a la corona siendo una reina sin consorte?—Él es Dante...mi pr