Dos horas y treinta minutos después, Aisha salió de su casa con su cabello recién lavado y secado al natural con premura, un vestido largo, de color crema que tenía mucho tiempo guardado en su armario y que se había puesto para una fiesta de la compañía un par de años atrás y un ligero maquillaje. Al bajar se dio cuenta de que una organizadora de bodas corría con sus ayudantes poniendo flores y preparando el comedor para una comida. Había hasta un pastel de bodas de tamaño pequeño. Un servicio de suministro de alimentos acababa de llegar y estaba descargando comida. Gabriel seguía con el mismo traje con el que se presentó, a su alrededor las tres doncellas de la casa se encontraban listas para salir con los tres bebés en sus mejores galas. Su abuelo lucía un traje similar al de Gabriel y un sencillo ramo de novia le esperaba junto a un nuevo anillo de compromiso y las dos alianzas de boda. ―Los anillos son nuevos, no quise usar los anteriores, tenemos ante nosotros un nuevo comienzo.
El llegar a su antigua casa, le produjo a Aisha sentimientos encontrados, allí vivió la época feliz de su embarazo, pero también la tristeza de su soledad, porque en ese momento Gabriel nunca estuvo para ella. Desde un inicio fue tan desconfiado de que nunca se permitió involucrarse con su embarazo y con los bebés porque pensaba que quizás no fueran suyos, por eso cuando recibió la prueba pensó que era real. A pesar de haberlos acunado en su pecho por dos meses y de haberlos amado como sus hijos, los hizo a un lado cuando pensó que no lo eran. Giró para ver que estaba haciendo su esposo y lo vio dentro de la limusina sacando a un dormido Rafaello de su silla para ponerlo en brazos de la doncella que vino con ellos para ayudarlos. La ternura con la que trataba a sus hijos no era compatible con la dureza con la que los trató en el pasado al pensar que no eran suyos. Era cierto que lo había perdonado, a pesar de que no entendía porque actuó de esa manera.La puerta se abrió y la señora R
Aisha entró en su antigua habitación y se encontró con que sus cosas no estaban allí, se giró para mirar a Gabriel que estaba parado en la puerta.―No volverás a dormir en esta habitación, si no en la mía que ahora será nuestra ―afirmó él mirándola con firmeza.―Bien ―dijo ella pasando por su lado y abriendo la siguiente puerta que era la habitación que antes usaba él.Aisha tomó la maleta de mano que le habían hecho para pasar la noche y la abrió, sonrió cuando vio un camisón sexy que había empacado una de las doncellas. Al girarse para ir al baño se encontró con Gabriel que estaba parado detrás de ella.―¿No necesitas ayuda con ese vestido? ―preguntó mirándola con su mejor pose de Thor.―Por supuesto ―respondió ella dándole la espalda para que le bajara la cremallera.Sus manos tibias encontraron en broche y lo abrieron antes de bajar la cremallera con lentitud, dejando caer el vestido a sus pies. Contuvo la respiración cuando vio la ropa interior trasparente que ella llevaba debajo
―Hoy es víspera de Navidad y no le llevo regalos a tu familia ―dijo Aisha cuando llevaban una hora de vuelo hacia Italia.―Yo compré todos los regalos de la familia, incluyendo los de mis bebés ―dijo Gabriel con tranquilidad.―¿En qué momento hiciste eso? Si llegaste hace dos días a Londres.―Le pedí a mi asistente que llamara a una compradora personal y esta hizo las compras por mí.―¿No te parece eso un poco frío? ―preguntó ella con asombro.―No, me parece eficiente, no tenía tiempo, así que le dije exactamente lo que quería para cada persona y ella simplemente fue, hizo las colas y lo compró.Aisha miró a su alrededor y agradeció la comodidad que le daba el avión privado de Gabriel porque cargar con tres bebés en un vuelo comercial no era muy agradable. Lo habían vivido Rose, Paloma y ella cuando viajaron a California, a pesar de que viajaron en primera clase y cada niño iba en su portabebés.Para el avión, Gabriel había comprado sillas de niños y el personal las había sujetado de
―Con permiso ―dijo Aisha a Isabella y Ángelo con toda la calma que pudo reunir.Sus pasos se dirigieron a la pareja y aunque le dio risa la expresión de miedo de Gabriel, la situación no era nada graciosa para Aisha Con Venus perdió los estribos porque era una cazafortunas, pero esta mujer era evidente que poseía dinero. Sus ojos apreciaron el lenguaje corporal de la chica y entendió que había tenido una relación amorosa con Gabriel, lo interesante del asunto era saber cuándo habían mantenido esa relación.―Carina, permíteme presentarte a Aisha, mi esposa ―dijo Gabriel con nerviosismo parándose al lado de Aisha y pasando un brazo por su cintura ―amor, ella es Carina, una antigua amiga de la familia.Carina lo miró con sorpresa, aunque enseguida su expresión se volvió neutral.―Es un placer conocerte, Aisha, Gabriel y yo somos viejos amigos y he escuchado mucho de ti, aunque tenía entendido que se habían divorciado ―respondió la chica con altivez.«¿Y esta zorra que se habrá creído?» p
―¿Por qué demonios invitaste a Carina si sabías que venía con Aisha y los bebés? ―preguntó Gabriel a Gino cuando logró acorralarlo en la cocina.―No fue a propósito, sabes como ella siempre logra manipular a papá, él fue el que me llamó esta mañana para decirme que ella venía, ni siquiera me preguntó. No me dio ni tiempo de avisarte porque por la hora ustedes volaban para acá.―Lo sé, con el cuento de que es su sobrina huérfana, Carina logra lo que sea de tu padre.―¿Aisha está muy molesta?―No, le conté lo ocurrido y se quedó tranquila, espero que tu prima no empiece con la provocación porque Aisha no es de las que se dejan pisotear.―Bravo por mi cuñada ―dijo Isabella entrando a la cocina ―hubiese querido tener mi cámara a mano para captar tu cara de miedo cuando Carina te abrazó.―Aisha es de armas tomar, ayer amenazó a Venus con cortarle la mano porque comenzó a insinuarse y me tocó el brazo. La muy tonta no se dio cuenta de que mi esposa la estaba mirando, pensó que era padre sol
Los bebés se despertaron apenas apareció el sol por el horizonte, el toque en la puerta alertó a Aisha que saltó de la cama, con rapidez se puso el camisón y abrió la puerta. No había nadie, pero pudo escuchar el llanto de sus hijos resonando como sirena por toda la casa.Salió de su habitación al tiempo que las puertas se abrían y dejaban salir a los invitados como zombis, cayéndose del sueño.Gabriel también salió de la habitación restregándose los ojos para ir a atender a sus bebés.―Disculpen, mis bebés son madrugadores.―No te preocupes, hijo, todos los bebés lo son ―dijo Gina.La niñera regresó corriendo de la cocina con los biberones y unos segundos después se hizo el silencio.―Zio Gabriel. De seguro escucharon a Santa y por eso lloran, quieren ver sus regalos ―señaló Chiara muy despierta y emocionada por ser Navidad.―Seguro que sí, principessa,[1] ven, acompáñame, vamos a ayudar a zia Aisha con tus primos ―pidió Gabriel para darle tiempo a su hermano y cuñado a despertar ―cu
―¿Aún no te han dado respuesta con respecto a la niñera? ―preguntó Aisha al día siguiente ―comienzo a trabajar la primera semana de enero y mi niñero favorito no estará disponible.―No me han respondido, pero tu niñero favorito instaló una guardería en el edificio donde trabaja, porque se dio cuenta de que tiene trabajadores con niños pequeños a los que se les hace muy costoso pagar el cuidado de sus bebés.―¡Oh! Eso es maravilloso, Thor, me alegro mucho por los trabajadores, y así los bebés podrán ir contigo y cuando llegue la niñera irán algunos días, no sé, es una gran ventaja.―Sé que te prometí vacaciones hasta Año Nuevo, pero me gustaría volver y hablar con mis abogados para proceder a la demanda contra la patóloga, es la única manera de hacer caer a Nimai, no quiero que esos malnacidos se salgan con la suya.―No me importa irme unos días antes, aunque me gusta la familia de tu hermana también quiero llegar a mi casa y ordenar varias cosas ante de comenzar a trabajar.―Entonces