Capítulo 112
En horas de la noche, una vez que todos se fueron a dormir. Angélica se acomodó junto a su esposo. Recargó su cabeza en el pecho de él.

—Estoy muy angustiada por nuestros hijos —comentó suspirando y con una opresión en el pecho.

Francisco le acarició el cabello, inspiró profundo.

—Yo también —contestó pasando la saliva con dificultad—. Me aflige la situación de Samantha y Samuel —respondió con tristeza—, siento que todo es culpa mía. ¿Crees que le presté más atención a mi hija? —indagó sintiendo su pecho agitado.

Angélica elevó su rostro y lo miró a los ojos.

—Pienso que siempre fuiste más condescendiente con Samantha, en especial cuando era niña y adolescente —indicó—, la mantuviste en una burbuja, y te comprendo, pero muchas veces te he repetido que tú no tienes la culpa de la muerte de Verónica, esa mujer escogió su destino —habló con sinceridad—. Es hora de que hables con la verdad, Sam ya no es una niña a la que puedes engañar con el recuerdo de una madre abnegada, nues
Angellyna Merida

Espero hayan disfrutado esta charla entre la familia Mondragón, no olviden sus comentarios, nos aproximamos al final. No dejen de leer Señora Bonita, Vendedora de caricias, son historias entrelazadas con esta.

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