Hola cariñitos!!! les confieso que hoy no iba a subir capítulo, pero me ha llegado la inspiración asi que aquí se los dejo jeje. Besoooos
AlessandroNo sé en qué demonios estaba pensando. En el instante en que pensé que esto era una buena idea no recordé el pequeño detalle de estar fingiendo no poder caminar. Ahora, no solo tendré que fingir en toda la casa, sino también en mi propia habitación. Por suerte, mi estudio está adherido al cuarto pero a la vez separado por una puerta.Sin embargo, todo se compensa cuando pienso en las muchas maneras que podré molestar y provocar a la mocosa.—Que no puedo besarla —repito, recordando sus palabras antes de dejarme colgado— estoy seguro que al finalizar la semana ella misma va a pedirme que lo haga.Con una sonrisa torcida, me encierro en mi oficina para adelantar algo del trabajo. Sin embargo, cuando me siento en la mesa pensando en revisar las finanzas y las últimas ventas, mis ojos se desvían a la libreta de dibujo que tengo olvidada debajo de los documentos y por primera vez en mucho tiempo algo cambia. Una imagen fugaz atraviesa mi mente, como un rayo en una tormenta, il
ValeriaLas dos últimas noches durmiendo con Alessandro han sido… extrañas.He estado siguiendo el consejo de Rosa, pero lo cierto es que no sé quien lleva a quién en esta situación.No puedo decir que haya sido algo malo porque no me ha hecho pasar un mal rato, pero su cercanía, el coqueteo constante y el hecho de que haya estado recordando cosas del pasado me tienen demasiado confundida.Y si a eso le sumamos el hecho de que hoy, más específicamente en una hora, es el evento de presentación, entonces puede decirse que mis nervios están por las nubes.Trato de calmar mi respiración y fijo mi mirada en el hermoso y elegante vestido que Rosa ha dejado para mi en la cama, junto con los tacones e incluso los accesorios.La tela es de seda de un azul plomo precioso que se siente como agua entre mis dedos.Con cuidado desato el nudo de mi bata y empiezo a ponerme la ropa. Primero el vestido notando que se ajusta perfecto a mis curvas, con un escote redondo que sostienen dos tiras delgadísim
AlessandroDecir que la mocosa se ve hermosa sería quedarme corto. Y el hecho de que ella ni siquiera sea consciente de la magnitud de su belleza hace que resalte mucho más.Y esa es una de las razones por la que no he podido quitarle los ojos de encima en todo el trayecto que llevamos en el carro, hasta que finalmente ella me da una mirada de mejillas sonrojadas.—Me estás poniendo nerviosa—me dice y no puedo evitar esbozar una sonrisa.Los dos últimos días han sido completamente distintos a todo lo que me imaginaba que pasaría y debo admitir que compartir la cama y el espacio con la mocosa es mucho mejor de lo que me gustaría admitir.—¿No puede acaso un hombre apreciar la belleza de su esposa?—le contesto, buscando intensificar su rubor.Pero en su lugar, veo como Valeria aprieta un poco la quijada antes de hacer una pequeña mueca y alejar la mirada de mí.—Eso no es cierto—dice y ahora es mi turno de fruncir el ceño.—¿Qué es lo que no es cierto, Valeria?—pregunto y la tomo de la
ValeriaNo sé que se ha apoderado de mí para hacer que dijera lo que dije, pero fue como si algo dentro de mí se encendiera al ver a Clara y Lucas burlarse de Alessandro, por algo que, por lejos, es totalmente falso.Dios bendito, es que ni siquiera me importó el miedo de tener a Emilia cerca y debo admitir que me sentí mejor que nunca.Ahora camino al lado de Alessandro que va guiando su silla de ruedas hacia el podio y soy muy consciente de la sonrisa engreída que lleva en el rostro y sé que solo es cuestión de tiempo para que haga algún comentario.Sin embargo, lo que me dice no es para nada lo que esperaba.—¿Cómo te has sentido, mocosa?—pregunta finalmente cuándo llegamos a una mesa cerca de la tarima y veo a Matteo sentarse.No tengo que preguntar a qué se refiere porque lo sé muy bien, sin embargo antes de que pueda contestar él agrega:—¿Cómo te sentiste al ver que dejabas callada a tu prima, tu tía y al estúpido de mi primo y ellos no pueden hacerte nada por eso?Siento como e
AlessandroEste día ha dado un giro tan increíble, que si alguien me hubiese dicho lo que estaba por pasar, no me lo hubiese creído.Es que la mocosa no ha dejado de sorprenderme, primero bromeando en el auto, luego defendiendo “mi hombría”, y la cereza del pastel, lo que me dejó con un doloroso problema entre las piernas, ha sido verla sentarse sobre mi llevando ese m4ldito vestido de infarto para luego besarme de la forma en que lo hizo.Sin embargo, nada se compara con la satisfacción que siento al ver la cara de sorpresa, odio y rabia total que tienen Ramón y Emilia en estos momentos. Entonces, porque quiero verlos revolcarse en su lugar, extiendo una mano hacia dónde Valeria se encuentra sentada en primera fila y en el instante en que ella se pone de pie y empieza a caminar hacia la tarima, la sala entera rompe en aplausos y los flases de las cámaras de los periodistas enloquecen.—Poderosa y segura—le digo en voz baja cuándo llega a mi lado y ella se sonroja de manera deliciosa a
ValeriaNo tengo ni idea a dónde me va a llevar Alessandro, si realmente vamos a celebrar o simplemente lo dijo para sacarme de ahí, pero sea como sea lo agradezco.Este día ha sido como una montaña rusa de emociones y por raro que sea no todo ha estado mal, de hecho me ha hecho sentir mejor que nunca.Es solo cuándo estamos dentro del auto y Lorenzo arranca que me atrevo a girar el rostro hacia Alessandro, solo para descubrir que me está mirando. —¿A dónde vamos?—pregunto, sintiendo como la emoción y los nervios siguen presentes en mi cuerpo.—¿A dónde quieres ir, mocosa? Estamos celebrando tu nombramiento.Sus palabras hacen que un estremecimiento me recorra el cuerpo, pues hace mucho tiempo que deje de soñar con volver a pisar la empresa de mis padres y sinceramente no sé si estoy lista para hacerlo.—Sobre eso… no me habías dicho nada ¿En serio la empresa va a ser mía?—pregunto y no consigo ocultar los nervios en mi voz.—Siempre lo ha sido, mocosa. Simplemente vamos a recuperarla
AlessandroLo bueno de ser el dueño, es que puedo entrar y salir de la empresa cuándo quiera, sin importar que sea domingo, tal como está pasando ahora.Y ese es un pequeño detalle que estoy seguro que la mocosa no había tenido en cuenta cuándo dijo que quería venir a la empresa.—¿Está cerrada?—escucho que pregunta cuándo el vigilante abre la puerta y me saluda con un asentimiento, pero no hay nadie más en la recepción.—Bueno, es domingo mocosa. Aunque pienses lo contrario, no soy tan malo para hacer venir a los trabajadores hoy.Puedo notar como sus mejillas se colorean, antes de que sus labios se abran, seguramente buscando algo que decir, pero nada salga de ellos. Por lo que decido avanzar la silla hasta el ascensor y cuándo me doy cuenta que la mocosa no está a mi lado, giro el rostro para verla paralizada en el mismo lugar.—¿Vienes, Valeria?La mocosa parece estar debatiéndose una guerra interna en su cabeza, sin embargo, la veo dar un paso tentativo en mi dirección antes de pr
ValeriaEl corazón me está latiendo con tanta fuerza dentro del pecho, que siento como si pudiera darme un infarto en cualquier momento.El cuerpo me tiembla debido al susto de saber que estuve a segundos de haber muerto aplastada por una enorme lámina de metal, de no haber sido por Alessandro.El mismo Alessandro que se levantó de la silla de ruedas y corrió…Mis ojos se van hacía dónde él se encuentra encima mío y creo que me está diciendo algo, puedo ver la preocupación en su mirada mientras palpa mi cuerpo, como si buscara alguna herida.Pero lo único que puedo hacer es mirarlo y pensar en todas las veces que lo ayudé…—Puedes... caminarMis palabras consiguen que él cierre la boca de inmediato y veo como aleja momentáneamente la mirada de mí y lo que parece una maldición sale de sus labios de volver a mirarme.—¿Un milagro?—me dice y el hecho de que intente bromear como si esto no fuera nada, hace que la rabia, la indignación y la vergüenza crezcan dentro de mí.Ni siquiera lo pie