Christian
—Primera vez que una mujer ha rechazado mi invitación. —murmuré, miré de nuevo el mensaje y efectivamente lo ha hecho. Dejé el móvil en la superficie de mi escritorio, lo contemplé aún atónito. ¿Está bromeando? ¿Acaso la he intimidado? ¿He sido brusco? ¿Acaso he perdido el encanto para las invitaciones? Vaya, estoy realmente sorprendido.
—¿Señor Haggard? —desvié la mirada hacia mi jefe de seguridad que está frente a mí, sentado.
—¿Sí? —él arrugó su ceño.
—¿Quiere que cancele la reservación en el restaurante? —dudé, pero decido hacerlo.
—Sí, hazlo. Gracias. —le hago señas de que me deje solo, decido salir por l
BlakeTenía nervios, era la primera vez en que no estaba segura de poder terminar este trabajo, no quería verme involucrada sentimentalmente con mi objetivo, pero parecía ser que lo había jodido por completo. La cita de hoy en la mañana con George fue el recordatorio de que es mi trabajo y más me valía que lo hiciera bien. ¿Qué haré? Hacer que Christian Haggard, se harte de mí, me termine o se desilusione. Que crea que soy una loca amargada o algo así. Miré mi móvil en mi mano con su número en la pantalla, lista para llamar.— ¿Que tienes? —Charlize, mi compañera del trabajo con George me mira curiosa, bloqueo la pantalla y lo bajo a mi regazo, debajo de la mesa.—Nada. —contesté distraída, ella puso un vaso de café frente a mí.&nbs
ChristianAnudé mi corbata favorita frente al espejo, ya estaba a diez minutos de salir de casa para encontrarme con Blake. Sentía algo extraño el solo pensar que la vería.—Señor Haggard, tenemos un problema. —escuché a mi jefe de seguridad a la entrada de mi habitación. Me giré sobre mis talones hacia a él.— ¿Qué problema? —sentí un nudo en mi estómago, quería pensar que no tenía que ver con Blake.—Es la señorita Harper. —cerré mis ojos y solté un suspiro, abrí mis ojos y le hice una seña con mi barbilla para que hablara. — Tiene un vuelo comprado a Italia para dentro de siete meses.—Bueno, puede ser que vaya de vacaciones—él se tensó.—Solo tiene un vuel
Blake—No. —fue la único que dije, podría notar que estaba muy sorprendido, incluso sus mejillas se colorearon de un rosa discreto. —Bueno, parece ser que es la primera vez que alguien lo rechaza. —él sonrió.— ¿Y puedo saber siquiera por qué me ha rechazado tan fácilmente? —me recordó a aquella escena de "Orgullo y prejuicio" Dónde el señor y amado por todas, Mr. Darcy se le declara a Elizabeth Bennett, pide su mano y ella sutilmente le da las gracias, sonreí dentro de mí.—Bueno, hay varios factores, Christian. —él arqueó una ceja y esperó a que siguiera hablando. —Me gustaría conocernos más, quizás podríamos empezar como amigos...—Pero ya nos hemos besado...—noté su confusión.
Christian—Y Arthur solo sonrió al ver que sus comentarios no me afectaban en lo más mínimo...—Mi madre le contó a mi padre quien solo negó en silencio.—Así debe de ser, mostrar lo más mínimo...—respondió mi padre antes de meter un pedazo de filete a su boca, miró en mi dirección, intrigado a mi silencio, supongo, terminó de masticar, dio un trago a su copa de vino, luego me miró. —Dime que estas así por trabajo.Keira levantó su mirada de su plato y plantó sus ojos grises en los míos.—Estoy cansado. —seguí cortando mi carne, pretexto para evadir la mirada de mi hermana que estaba sentada frente a mí.—Por cierto…—no pude evitar tensarme. —... ¿Con quién cenaste hace un par de
Blake—Se acerca el aniversario de los Haggard, ¿No te lo ha mencionado? —negué, George caminó de un lado a otro por su oficina, estaba ansioso.—Quizás cuando lo vea… me lo dice. —George se detuvo, se veía impecable en su traje gris claro.— ¿Cuándo será eso? —preguntó inquieto.—Hoy por la noche—George hace un movimiento de barbilla.—Perfecto—lo veo de nuevo moverse de un lado a otro. — ¿Puedo preguntarte algo, Blake? —asentí, crucé la pierna sobre la otra, y esperé a que hablara, sus ojos me miraron de una manera fija que me sentí incomoda.— ¿Pasa algo? —arrugué mi ceño.— ¿Sientes algo por Haggard? —intenté no mostrar tensió
ChristianMiré el perfil de Blake por unos segundos, estaba mirando a nuestro alrededor mientras se llevó su copa a sus labios, lucía tremendamente hermosa, entonces recuerdo el comentario de Howard, "Demasiado joven" solo son unos años más, no soy un rabo verde. "Tranquilo, Haggard." La forma en que la miró, me enfureció, intenté no soltarle un golpe, lo que había provocado en mí, era nuevo.— ¿Qué piensas? —preguntó Blake, salí de mis pensamientos.—En que estás hermosa—ella se sonrojó, intentó esquivar mi mirada hacia otro lado. —Veo que no estás acostumbrada a que te elogien. —ella giró su rostro hacia a mí y me sonrió.—No es eso. —pero no dijo nada más.— ¿Qu&
BlakeHabía repasado una y otra vez la noche anterior, estaba empezando a preocuparme, Charles me había seguido hasta los servicios, había esperado afuera y me había intentado disque a seducir, arrinconándome contra la pared, comenzó a decirme que no creía que estuviera con Christian por mera coincidencia, pensaba que Georges estaba detrás de todo eso, y no se equivocaba, pero no se lo diría, o estaría acabada.La alarma de mi reloj sonó, sacándome de mis pensamientos, era mi turno de salir a comer, estaba en Wellington, Leonora, mi jefa, salió de su oficina, llegó a mi escritorio, y dejó una revista sobre mi escritorio.—Veo que te codeas con lo mejor de la ciudad. —levanté mi mirada hacia a ella cuando escuché esas palabras, regresé a la revista, entonces veo a que se refiere.<
ChristianEstaba enrabiado al ver los motes oscuros en la muñeca de Blake. Intenté controlarme, por primera vez sentía que mis entrañas ardían de ira, no podía evitar no mostrar mi furia.—Estoy bien, Christian. —susurró Blake sacándome de mis pensamientos. Sé que lo dice para evitar problemas, pero Charles, había cruzado la línea. Una línea que no iba a tolerar. Miré a Blake que daba un sorbo a su bebida, luego se me quedó mirando en espera a que dijera algo.— ¿Qué tal tu día? —ella arrugó su ceño, se veía hermosa con su moño rojizo y recogido a la perfección, la camisa blanca salía de su traje, tenía dos botones abiertos, desde aquí pude ver el comienzo de la línea de sus pechos, desvié la mirada hacia