—Valeria está estable y en proceso de recuperación —dijo el doctor—. No ha sufrido daños graves, pero necesitaremos monitorearla durante unas horas, esta noche para asegurarnos de que no haya complicaciones adicionales.Margarita asintió, agradecida por la información.—¿Hay algo más que debamos saber? —preguntó Margarita, su voz mostrando una mezcla de preocupación y determinación.El doctor asintió y consultó algunas notas antes de responder.—Es importante que Valeria se mantenga tranquila y descanse adecuadamente. Evitemos situaciones estresantes y asegurémonos de que reciba un apoyo emocional adecuado —dijo el doctor—. También es crucial que siga las indicaciones médicas y si pasa algo pues tendremos que hacerle los controles y vamos a tener que programar algunos si ella de pronto, se marea, o pierde el equilibrio.Alejandro, sintiendo un alivio parcial, se acercó de nuevo a la cama de Valeria, intentando ofrecerle una sonrisa reconfortante.—Valeria, me alegra saber que estás bi
Isabel, sorprendida por la severidad en la voz de Margarita, se quedó callada por un momento, pero luego sus ojos se estrecharon con sospecha.—¿Por qué? —exigió—. ¿Qué es lo que saben ustedes y me están ocultando?Alejandro cruzó los brazos, sintiendo la presión en su pecho mientras miraba a Margarita, quien permanecía firme.—Ya es suficiente, Isabel —replicó Margarita—. Hay cosas que no comprendes y que no te conciernen. Por tu bien, te sugiero que dejes de hurgar en asuntos que te superan.Isabel, lejos de retroceder, avanzó un paso más.—No, no me quedaré callada —respondió—. Quiero la verdad, y no me iré de aquí hasta que la consiga. ¿Por qué Daniel es "prohibido e inmundo"? ¡Dímelo!, ¡Por que soy ya la sucia!El silencio se hizo en el pasillo. Alejandro y Bastián intercambiaron miradas tensas, mientras Margarita cerraba los ojos por un breve momento, como si estuviera sopesando cuánto revelar. Finalmente, abrió los ojos y miró a Isabel con una dureza que la hizo estremecer.—¿Q
—¿Qué ha ocurrido realmente? —preguntó Carmen, su tono no dejaba lugar a dudas sobre su autoridad.Alejandro, sintiendo el peso de la situación, se adelantó para dar una explicación.—Tía Carmen, ha sido un malentendido y una serie de eventos desafortunados —dijo Alejandro—. Isabel, se volvió loca en contra de Valeria, todo por un hombre llamado Daniel, tuvo una discusión con nosotros, y con Valeria, las cosas se descontrolaron. Valeria resultó involucrada y, desafortunadamente, sufrió un episodio de estrés severo.Carmen asintió lentamente, pero su mirada no se suavizó.—Y la relación de Isabel con Daniel, ¿qué tiene que ver con todo esto? —preguntó Carmen, cruzando los brazos con firmeza.Margarita respiró profundamente, consciente de que debía ser honesta, pero también de que ciertas verdades podrían causar más daño.—Isabel está obsesionada con Daniel, pero la verdad es que Daniel es una persona complicada y, en nuestra familia, hay razones para mantener cierta distancia —dijo Mar
Valeria iba a responder cuando sintió que una mirada intensa se clavaba en ella. Levantó la vista y se encontró con los ojos de Alejandro, mirándola con una mezcla de preocupación y... algo más. Había una chispa en esos ojos, una profundidad que la hizo sentir un escalofrío. Era esa misma mirada que Daniel le lanzaba cuando quería llevar la conversación a un plano más íntimo. Sintiendo la tensión en el aire, Valeria saltó en la cama por el susto, su corazón palpitando con fuerza.—¡Alejandro! —exclamó, sorprendida por el repentino cambio de energía en la habitación.Alejandro avanzó hacia ella, sin romper el contacto visual. Había una expresión sensual y segura en su rostro, que Valeria encontraba desconcertante. No era lo que ella esperaba de él en ese momento, y la situación la hacía sentir aún más confundida.—Tranquila —dijo Alejandro suavemente, acercándose un poco más—. Solo quiero ayudarte, Valeria. Iremos a un apartamento, no puedes estar en la mansión ahora. Es un peligro par
Valeria cerró los ojos, intentando controlar el torbellino de emociones que la invadía. Todo lo que había pasado con Alejandro y Margarita le parecía una pesadilla, y ahora, en los brazos de Daniel, sentía que por fin podía respirar.Desde la camioneta, Alejandro apretó los puños al ver la escena. Una mezcla de celos y rabia lo recorría, pero se obligó a mantener la calma. Margarita, a su lado, tenía una expresión de furia contenida, sus ojos fijos en Daniel.—Esto no puede continuar así —murmuró Margarita, mientras miraba a Alejandro con severidad—. Ella no puede quedarse con él.—¿Qué estás diciendo? —preguntó Alejandro, sin dejar de observar cómo Daniel abrazaba a Valeria.—Daniel no es bueno para ella, es que, si Valeria no debe enterarse de los secretos, eso puede ser peor para ella. Sabes que Daniel tampoco puede quedarse con ella, eso sería retroceder en la línea de los millonarios. Te lo he dicho antes, y te lo diré mil veces más si es necesario. Él es peligroso, y Valeria no
—¿Por qué?, como, tu ideaste algún plan, espera ese es tu secreto oculto —exigió Daniel, sus ojos fijos en ella, como si con su mirada pudiera extraer toda la verdad que ella escondía.—No, no hice nada para separarlos el destino lo hizo, y no es ese el secreto ¡Nunca lo sabrás! —replicó Margarita, cerrando la discusión con una fuerza inquebrantable.Alejandro se pasó las manos por el cabello, exasperado, mientras observaba la situación.—Ya basta. No quiero seguir hablando de esto —dijo, su tono lleno de cansancio—. Valeria necesita descansar, todos necesitamos un respiro y desayunar tambien. La llevaré al apartamento, donde podrá relajarse y alejarse de esta locura.Daniel apretó los dientes, al borde de la explosión. Sin embargo, Valeria, que apenas podía mantenerse en pie, lo tomó suavemente de la mano y lo miró con ojos cansados.—Daniel, cálmate… Por favor —susurró, casi rogándole—. Te mandaré mensajes y mientras estemos en comunicación, todo estará bien.Daniel la miró, su expr
Valeria se acomodó con más placer en el sofá, el olor de la comida fresca invadiendo sus sentidos y ayudando a despejar la nube de fatiga que la envolvía. Alejandro se sentó cerca, su presencia tanto tranquilizadora como incómoda, un contraste marcado con el tumulto emocional que Valeria había vivido.A medida que Valeria tomaba un bocado de su desayuno, Alejandro no podía apartar la mirada de ella. A pesar de sus esfuerzos por mantenerse profesional, su mirada se volvía cada vez más intensa, cargada de un deseo subyacente que él mismo estaba tratando de entender. Cada pequeño movimiento de Valeria, cada gesto de gratitud, lo hacía sentir un torbellino de emociones.—¿Necesitas algo más? —preguntó Alejandro, su voz suave pero cargada de un tono que revelaba más de lo que intentaba ocultar.Valeria levantó la vista, sus ojos aún cansados, pero con un brillo que parecía agradecido y al mismo tiempo inquisitivo.—No, todo está perfecto. Gracias, como sabias que me gusta este tipo de comi
Valeria se da la vuelta para mirar a Alejandro con una sonrisa leve, tratando de mantener la calma en medio de la situación.—Estoy bien, Alejandro. Solo necesito un poco de tiempo y espacio, Daniel a veces puede ser absorbente — añade Valeria suave.Alejandro asiente, pero nota un atisbo de tristeza en los ojos de Valeria.—¿Por qué esa cara? —Pregunta Alejandro.—Alejandro, ¿podrías hacerme un favor? Me gustaría visitar a mis padres. ¿Podrías llamar un Uber para mí? Agrega Valeria después de un momento.Alejandro la mira con sorpresa, claramente no acostumbrado a hacer este tipo de gestiones personales.—¿Un Uber? Pensé que solo solías seguir mis órdenes y ahora me estas dando órdenes a mí. No esperaba que estuvieras pidiendo este tipo de cosas. Pero... está bien. Dime la dirección y me encargaré de que te lleven a casa de tus padres — agrego Alejandro incrédulo, con mirada tentadora.Valeria se levanta y le entrega a Alejandro una dirección escrita en una nota. Alejandro la toma y