—¿Por qué?, como, tu ideaste algún plan, espera ese es tu secreto oculto —exigió Daniel, sus ojos fijos en ella, como si con su mirada pudiera extraer toda la verdad que ella escondía.—No, no hice nada para separarlos el destino lo hizo, y no es ese el secreto ¡Nunca lo sabrás! —replicó Margarita, cerrando la discusión con una fuerza inquebrantable.Alejandro se pasó las manos por el cabello, exasperado, mientras observaba la situación.—Ya basta. No quiero seguir hablando de esto —dijo, su tono lleno de cansancio—. Valeria necesita descansar, todos necesitamos un respiro y desayunar tambien. La llevaré al apartamento, donde podrá relajarse y alejarse de esta locura.Daniel apretó los dientes, al borde de la explosión. Sin embargo, Valeria, que apenas podía mantenerse en pie, lo tomó suavemente de la mano y lo miró con ojos cansados.—Daniel, cálmate… Por favor —susurró, casi rogándole—. Te mandaré mensajes y mientras estemos en comunicación, todo estará bien.Daniel la miró, su expr
Valeria se acomodó con más placer en el sofá, el olor de la comida fresca invadiendo sus sentidos y ayudando a despejar la nube de fatiga que la envolvía. Alejandro se sentó cerca, su presencia tanto tranquilizadora como incómoda, un contraste marcado con el tumulto emocional que Valeria había vivido.A medida que Valeria tomaba un bocado de su desayuno, Alejandro no podía apartar la mirada de ella. A pesar de sus esfuerzos por mantenerse profesional, su mirada se volvía cada vez más intensa, cargada de un deseo subyacente que él mismo estaba tratando de entender. Cada pequeño movimiento de Valeria, cada gesto de gratitud, lo hacía sentir un torbellino de emociones.—¿Necesitas algo más? —preguntó Alejandro, su voz suave pero cargada de un tono que revelaba más de lo que intentaba ocultar.Valeria levantó la vista, sus ojos aún cansados, pero con un brillo que parecía agradecido y al mismo tiempo inquisitivo.—No, todo está perfecto. Gracias, como sabias que me gusta este tipo de comi
Valeria se da la vuelta para mirar a Alejandro con una sonrisa leve, tratando de mantener la calma en medio de la situación.—Estoy bien, Alejandro. Solo necesito un poco de tiempo y espacio, Daniel a veces puede ser absorbente — añade Valeria suave.Alejandro asiente, pero nota un atisbo de tristeza en los ojos de Valeria.—¿Por qué esa cara? —Pregunta Alejandro.—Alejandro, ¿podrías hacerme un favor? Me gustaría visitar a mis padres. ¿Podrías llamar un Uber para mí? Agrega Valeria después de un momento.Alejandro la mira con sorpresa, claramente no acostumbrado a hacer este tipo de gestiones personales.—¿Un Uber? Pensé que solo solías seguir mis órdenes y ahora me estas dando órdenes a mí. No esperaba que estuvieras pidiendo este tipo de cosas. Pero... está bien. Dime la dirección y me encargaré de que te lleven a casa de tus padres — agrego Alejandro incrédulo, con mirada tentadora.Valeria se levanta y le entrega a Alejandro una dirección escrita en una nota. Alejandro la toma y
Los padres de Valeria, todavía observando la escena, deciden intervenir para romper el hielo.Padre de Valeria con tono amable —¡Hola, Alejandro! ¡Gracias por traer a nuestra hija! Vamos a entrar, tenemos mucho que conversar —.Madre de Valeria sonriendo —Sí, por favor, pasen. No dejen que un pequeño accidente arruine la bienvenida.Valeria, aún con el rostro rojo y el corazón acelerado, se reincorpora y toma una respiración profunda. Alejandro la ayuda a enderezarse y ambos entran en la casa de los padres de Valeria, sintiendo una mezcla de vergüenza y gratitud por el inesperado encuentro.A medida que cruzan la puerta, Valeria sigue mirando a Alejandro con una mezcla de curiosidad y confusión, tratando de reconciliar el parecido con Daniel en su mente.Valeria y Alejandro entran en la casa de los padres de Valeria, una acogedora vivienda con un aire cálido y familiar. Los padres de Valeria los reciben con abrazos y sonrisas, intentando aliviar el incómodo momento que acababan de pre
con una sonrisa amable —Ha sido un verdadero placer tenerlos en casa. Esperamos que hayan disfrutado de la visita tanto como nosotros. — dice el Padre de Valeria con una sonrisa amable.—Cuídense mucho y no dejen pasar tanto tiempo para la próxima visita. ¡Nos ha encantado conocerte, Alejandro! — agrego la Madre de Valeria con tono cariñoso.—La visita ha sido maravillosa. Gracias por su hospitalidad. A Valeria le ha hecho mucho bien estar aquí con ustedes — añadió Alejandro agradecido.—Gracias por todo, papá, mamá. Los quiero mucho — dijo Valeria sonriendo.Con abrazos y palabras de despedida, Valeria y Alejandro salen de la casa. Alejandro se dirige al teléfono para llamar al Uber mientras Valeria lo acompaña, todavía pensando en el trabajo que tiene por delante.Alejandro prendido en el teléfono decidió llamar el Uber.—Hola, sí, necesitamos un Uber para regresar a nuestro estudio. Estamos listos para ser recogidos, le mande la ubicación.Valeria observa a Alejandro y, cuando cuel
Valeria sonriendo, agradecida —Gracias, Alejandro. No podría haberlo hecho sin tu apoyo.Con la sesión de fotos completa, Valeria se siente satisfecha y aliviada. El equipo comienza a organizar el set para otras fotos, y Alejandro y Valeria se preparan para recibir instrucciones del estudio, sabiendo que han logrado un trabajo excelente y que la campaña está un paso más cerca de ser un éxito, y que continuaran dando lo mejor de sí. Se toman una hora y media para almorzar y luego regresan a su trabajo habitual.El estudio de fotografía está en pleno apogeo, transformado en un elegante set de moda. Las luces están perfectamente posicionadas para resaltar los detalles y texturas de las prendas que se van a presentar. La música suave y moderna llena el ambiente, creando una atmósfera vibrante y profesional.Valeria y Alejandro se preparan para su sesión de moda: ella modelará una impresionante colección de jeans y blusas, mientras él presentará una línea de ropa masculina lujosa y elegant
Alejandro la miró por un momento, sus ojos brillando con una mezcla de interés y paciencia. Luego, sonrió, una sonrisa que hizo que los nervios en el estómago de Valeria se tensaran aún más.—De acuerdo, es solo que la otra habitación está ocupada —cedió finalmente—. Pero te advierto que no siempre seré tan comprensivo.—¿Ocupada en que sentido? —Pregunto Valeria sin dejar de verlo.—No sé, solo se que me dijeron que está ocupada —dijo Alejandro.—No creo que este ocupada si solo somos tu y yo Daniel —dijo Valeria dejando escapar por error el nombre que no era.—¿Daniel?, no soy Daniel, soy Alejandro, ¿Toda esta bien contigo? —Pregunto Alejandro.—Es Alejandro lo sé, es solo que, ando cansada, no quiero que llueva —dijo Valeria suspirando.—Perdóname por ser tan loco con mis ideas disparates que quizá puedan asustarte —agrego Alejandro.—No te preocupes —dijo Valeria.Valeria se mordió el labio, sintiendo que la situación estaba lejos de terminar.Valeria respiró hondo, intentando rec
—Y te lo daré, te darás cuenta de que yo soy para te de ti ahora —afirmó él, su tono firme, pero con un matiz de ternura que la hizo estremecer—. Pero entiéndeme. Estoy aquí y no pienso retroceder.Se levantó con lentitud, dándole espacio, y Valeria lo observó con cierta inquietud mientras él recogía los platos. Alejandro se movía por la cocina con una facilidad que la tranquilizaba, dándole un respiro que tanto necesitaba.—Hay otra habitación al final del pasillo —dijo él de repente, mientras dejaba los platos en el fregadero—. Está preparada para ti, si eso es lo que quieres esta noche.Valeria lo miró sorprendida. No esperaba que se rindiera tan pronto. Había algo en su voz, sin embargo, que le decía que esto no era una derrota para él, sino parte de su estrategia.—Gracias, ¿Qué no se supone que está ocupada? —murmuró ella, sintiendo una extraña mezcla de alivio y confusión—. Creo que dormiré ahí.—Hay cosas personales de mi abuelo en este apartamento, la verdad es que mi abuelo