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Capitulo 2. Un nuevo comienzo.

Al verla sus amigas sonrieron y dijeron.

— Ahora sí estamos viendo a la Laura que conocíamos —

Pero ella aún estaba llena de inseguridad.

— No sé por qué me siento como descubierta, siento hasta como frío.—

— Pues debe ser porque el vestido está un poco pequeño para las cosas que has usado últimamente.— respondió Olga riendo.

— ¿Saben qué? Mejor me cambio —

— No, no,  déjate de cosas, ésta eres tú, siempre has sido tú, solo que has querido mantenerte oculta por mucho tiempo, pero ya es hora de que salgas de esa burbuja, y ya vámonos porque ya está tarde.— Habló Fiorela.

— Pero, si aún son la siete. —

Laura trató de mediar con ellas, pero no le hicieron caso.  Llegando a la fiesta se sentía nerviosa tenía tiempo que no frecuentaba ciertos lugares, así que respiró profundo y bajó del carro tratando de sentirse segura..

 Ya en la disco se encontraron con los demás amigos que las esperaban, algunos se sorprendieron de verla pero, no hicieron ningún comentario.  Solo la elogiaban por estar así de linda.

La noche pasaba sin nada relevante, entre baile, risa; conversaciones y bebidas que iban y venían. Pero, como en ciertas cosas de la vida nada es perfecto y no a todos les caemos bien. Siempre tiene que existir una fruta podrida que puede dañar a las demás.  Y ahí estaba, Cristina Iturralde compañera de colegio y de universidad.  Con la cual siempre tuvieron sus diferencias, especialmente en el colegio, pero que aparentemente ahora ya más madura había cambiado.  Cuando vió a Laura  no desaprovechó el momento para saludarla con ironía.

— Hola querida a los años  que te dejas ver. ¿Cómo has estado, ya te casaste?.—

Laura al verla solo dió una media sonrisa y trató, de ser  amable.

— Hola Cristina. He estado muy bien y no, no me he casado aún. ¿Y tu esposo? No lo veo por cierto. — 

— Adolfo está de viaje por asuntos de negocios. La empresa ha crecido mucho en los últimos tiempos y  tiene que viajar muy seguido.—

— Ah entiendo, ¡felicidades! Me da gusto saber que están bien entonces. Me imagino que a pesar de sus ausencias te ha de consentir ¿Por cierto y  tus niños?

Habló sarcásticamente Laura, porque se había dado cuenta que Cristina no fue sincera en saludar. Y ella no iba a permitir que la hicieran sentir mal.

Cristina respondió. — No, aún no tenemos niños, además estoy siguiendo una maestría en finanzas y no tengo tiempo para niños.  Y pues sí, Adolfo me consiente demasiado, y  también me da mi espacio, mejor dicho nos damos nuestro espacio, nos tenemos mucha confianza. —

— Que bueno por tí Cris, tienes al esposo perfecto, mejor hombre para ti no pudo existir.—

Sonrió Laura irónicamente. Pero Cristina no se quedaría con eso, sabía que Laura lo decía  por molestarla también. Así que ella buscaría la manera de irritarla. 

—Creí que a estás alturas tú y Alejandro habían arreglado sus diferencias, pero me equivoqué ya que hace dos días lo ví en el aeropuerto, nos encontramos por casualidad en el mismo vuelo saludamos y me presentó a  su esposa, y a la hermosa nena que tienen, que por cierto sacó esos maravillosos ojos color cielo igual al padre.—

Sonrió Cristina. Eso fue un golpe bajo para Laura, ante eso ella solo respiró profundo y trató de disimular que ese comentario no le había afectado en nada, pero sin embargo en ella había una interrogante, Cristina había dicho que se había encontrado con Alejandro en el aeropuerto y que estuvo en el mismo vuelo que él, eso quería decir que Alejandro estaba en la ciudad y eso la inquietó un poco que solo dijo;

— Bueno Cristina fue un placer verte y platicar contigo,. Creo que me retiro—

Pero Cristina notó cierto cambio en su tono de voz y  preguntó. 

—¿Te sientes bien Laurita?—

— Sí, claro que estoy bien, solo que ya es tarde me voy a despedir de los demás.. adiós.—

Cristina no le daba tregua así que quiso ser más drástica, y le dijo:

— Hemos estado aquí casi toda la noche y no he visto a tu novio, ¿Me imagino que tienes novio, verdad?  Porque no creo que hayas quedado para vestir santos. ¿O si?—

En ese momento Laura  se acercó un poco más a Cristina y le respondió;

— Deja de estar metiéndote donde no debes, no es tu problema si tengo o no tengo novio, no te voy a permitir que quieras hacerme sentir mal, déjame decirte que ya no estamos en el colegio, no te comportes tan inmadura —

Se retiró de ahí, dejándola con la palabra en la boca y buscó  a Fiorela y le comentó que se quería ir.. pero Fiorela le insistía que se quedara un rato más.. Laura ya no quería estar ahí. Hasta cuándo de pronto apareció Paul, acercándose a saludar, alegrandose por ver a Laura, y pronunció:

—¡Que hermoso ángel han visto mis ojos esta noche!  Creo que te equivocaste de lugar preciosa.— Laura sonrió al verlo y dijo;

— Paul de la Fuente, tú cómo siempre tan halagador—  saludaron con  un abrazo,  pero  inmediatamente ella se despidió:

— Bueno,  fue un gusto verlos, la pasé muy bien,  yo me retiro. Hasta una próxima ocasión—

—¿Cómo que te vas?— Habló Paul añadiendo algo más..

— La noche aún es joven yo recién llego  no has bailado conmigo..— Sonrió.

— Ya es tarde Paul, será para otro día —

— No, ningún otro día, después te desapareces y de aquí cuándo —

Así que se dirigieron a la pista de baile. Por un momento Laura se olvidó de todo lo que le pasaba, es que Paul aparte de ser lindo físicamente tenía un carisma que atraía, esa noche la hizo reír a más no poder contándole sus anécdotas. Y recordando cosas del colegio. Hasta que Laura sintió un poco de nostalgia por aquellos tiempos..

— Bueno, ahora sí creo que me voy—

—¿Te acompaño, no estarás pensando irte irás sola? —

— Me voy con las chicas —

— No, yo te llevo—

— No quiero causarte molestias.—

— Nada de eso yo te llevo con mucho gusto, hace tiempo que no conversamos. Y sabes que  para mí no es ninguna molestia.—

— Está bien, te lo agradezco.—

Así que salieron de aquel lugar despidiéndose de sus amigos, camino a casa hablaron de algunas cosas, como el trabajo, sus vidas.  Cosas no tan relevantes..hasta que llegaron, él estacionó el carro y sonrió mirando a Laura y dijo:

— Su alteza hemos llegado —

Laura solo sonrió y le agradeció la compañía, él tomándola de la mano le preguntó.

— ¿Será posible que más tarde nos veamos? Quiero invitarte a cenar —

Laura lo miró y se sintió un poco extraña creía que era por las bebidas que ingirió. Y preguntó

— ¿Acaso es una cita? —

Paul sonrió y respondió. — No lo veas de esa manera, tu y yo  nos conocemos desde hace tiempo. Es una salida de amigos nada más. —

Laura no sabía que responder. Tenía tiempo que no salía con alguien más que no fueran sus dos amigas o sus padres,. Pero tenía que dar una respuesta así que dijo:

—¿Te parece si más tarde te confirmo? —

—Esta bien no hay problema,. Intercambiemos   números entonces —

Laura le dió su número telefónico y bajó del carro despidiéndose de él. 

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