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Un inesperado amor.
Un inesperado amor.
Por: Mabel Branoz.
Capitulo 1: Resignación.

Para Laura habían cambiado muchas cosas en su vida, a raíz de su ruptura con Alejandro su ex, con el que mantuvieron una relación de diez años,  él había sido su primer novio y el único hombre con el cual había compartido muchas cosas. Así que desde que se distanciaron ella no quería saber nada del amor..Era maestra de literatura, a sus treinta y dos años era considerada una de las mejores maestras, de la institución donde trabajaba, querida por sus estudiantes y colegas. 

Un viernes por la tarde se encontraba en una junta de maestros,  los cuales hablaban de los exámenes finales y de ciertos estudiantes. Uno de los maestros pronunció:

— Hay estudiantes que no han entregado sus portafolios y otros que no han realizado el test que se les dió la semana pasada, debían haberlo entregado hoy.—

— Yo creo que hablar con los padres de éstos chicos nos ayudaría mucho.— Alegó otro compañero de Laura.

El rector escuchaba cada comentario e idea que daban los maestros para ayudar a sus estudiantes. Laura por su parte supo manifestar que ella no tenía ningún inconveniente con ninguno de sus estudiantes, que en su materia todos estaban bien, solo faltaban los exámenes finales para entregar las notas.

Luego de unas horas dicha reunión  dió por terminada. Laura tomando sus pertenencias para salir a toda prisa es interrumpida por Olga, amiga y compañera de trabajo la cual se acercó hacia ella para decirle muy animada.

— El sábado en la noche vamos a salir. ¿Vienes con nosotros?— Sonreía.

 

Laura mirándola  muy seria y rodando los ojos respondió:

—!Ay¡ No pierdas el tiempo invitandome, sabes que mi respuesta va hacer no..—

Olga pone cara de insatisfecha y alega.

— No entiendo Laura, siempre que te invitamos te niegas. !¿Hasta cuándo estarás así?¡—

Mientras salían del colegio seguían la plática Laura iba expresando su punto de vista.

— Yo te agradezco Olga, pero no estoy interesada en salir, además el sábado iré a casa de mis padres y posiblemente me quedaré hasta el domingo.—

— !Qué buen plan tienes¡ —Olga reía irónicamente mientras le decía.

— Sé que los padres son importantes en nuestras vidas, pero tú tienes años luz que no sales a una fiesta, un paseo entre amigos, todo éste tiempo has estado como escondida.—

— Oye loca sí voy a fiestas—

Olga soltó una carcajada y pronunció:

—Las fiestas y programas que la institución organiza no cuentan, si es que te estás refiriendo a eso.—

Laura mirándola y dándole una media sonrisa decidió nuevamente dejar en claro esa situación.

— Mira Olga, yo te agradezco por la invitación, pero la verdad no me siento de ánimos para salir, la última vez que acepté salir con ustedes no terminamos en buenos términos acuérdate. Y no, no quiero.—

—Esa última vez a la que te refieres fue hace tres años, por favor amiga reacciona–

Olga estaba terminando de hablar cuando de pronto, un carro negro con vidrios oscuros frenó a raya por donde ellas se  dirigían, Olga sonrió muy contenta, Laura solo la miró, mientras una de las ventanas del carro  bajaba, era Fiorela amiga de la  infancia de ellas.

— !Hola chicas¡ ¿Estamos listas? — Habló muy entusiasmada.

— !Ay no¡ — Exclamó Laura

Mientras las chicas trataban de animarla.

—¡ Vamos Laura! no te hagas de rogar, la pasaremos bien.— sonreían.

— Me pregunto. ¿Cuándo será el día que ustedes desistan de sus invitaciones?—

— No seas así, aceptanos una salida, solo una salidita, además será por poco tiempo, vamos a tomarnos un café aunque sea.—Insistió Fiorela.

Ante la insistencia de sus amigas, Laura suspiró y terminó aceptando la invitación.

—Esta bien, acepto creo que se lo han ganado—

sonreía mientras agregaba algo más.

—Ante tanta insistencia en todo éste tiempo, además cómo que va a llover.—

— ! Hasta que por fin¡— Exclamó Olga levantando las manos al cielo..

Mientras se subían al carro Laura les dijo:

— Ah, pero eso si, ni crean que voy a salir el sábado con ustedes.—

— Que aburrida eres Laura, por lo menos déjanos soñar— Hablaba Fiorela mientras conducía, dirigiéndose a un bar por unos cócteles para celebrar que Laura por fin había aceptado salir con ellas después de tanto tiempo.

Esa tarde hablaron de muchas cosas, mientras veían caer la lluvia por uno de los ventanales del bar..

Hablaron de trabajo, familia; proyectos, de cada una, era el turno de Laura hablar de su punto frágil su vida personal, más que todo, la parte sentimental.

— Y tú Laura. ¿Hasta cuándo piensas castigarte como lo has venido haciendo?—

Preguntó Fiorela, mientras Olga bebía un margarita. Laura las miró y tomando un sorbo de su bebida, un mojito con fresas, quiso desviar el tema comentado que su cóctel  estaba muy bueno ya que tenía tiempo que no lo probaba. Añadiendo algo más:

— Saben que chicas les agradezco por la invitación, pero no hablemos de ese tema.—

Siguió dándole otro sorbo a su bebida. Cuando de pronto a la mesa de ellas se acercaba Bruno amigo de ellas, él acompañado de su novia saludó quedándose un buen tiempo con ellas..

—Qué bueno verte por acá Laura— pronunció Bruno, mientras ella sonreía la conversación siguió, pero con otros temas.  Laura mirando su reloj decide retirarse, ya la lluvia había cesado, pero las chicas no la dejaban ir , Bruno también insistió con la salida del sábado, pero ella firme en su decisión. Hasta que se retiró, tomando un taxi se dirigió a su domicilio  donde la esperaba su gatita Luna, llegando a su departamento se dispuso en tomar una ducha,. Para luego preparar algo de cenar. Tomando un sándwich y un jugo.  Se dirigió a la sala para leer un libro de poemas, sumergiendose en sus letras, leer a  Neruda eran una de sus pasiones, pero a veces se sentía patética, suspirando se levantó a dejar a la cocina los untencilios que había usado.. después de unas horas se encontraba recostada en su cama y el recuerdo de Alejandro, aquel hombre que significó mucho para ella y que al parecer ella para él había quedado ya en el olvido. Después de un momento recordó  que tenía unas tareas pendientes que revisar y se levantó para terminarlas. En sí, la vida de Laura no tenía mucha acción.

Los días habían pasado, ya se encontraban en los exámenes finales. Para luego salir de  vacaciones.  Esa semana se fue volando  ya era viernes por la noche.  Olga y Fiorela fueron a visitar a Laura, ella recibiendolas con mucho agrado.

— Debieron avisarme que vendrían así les hubiera preparado algo — Habló Laura un poco sorprendida.

— No te preocupes trajimos pizza y bebidas—

Respondió Olga mientras colocaba en el mesón de la cocina lo que traía.

— Bueno. ¿Qué nos vamos a inventar está noche?—  Preguntó Fiorela muy animada.

Laura sonreía un poco sorprendida, la amistad que a ellas  las unía era de años, desde que estaban en la escuela, hasta que estuvieron en la misma universidad y ahora una de ellas era compañera de trabajo, Fiorela tenía su negocio propio, una empresa de cosméticos la cual dirigían junto con su novio. Laura mirándolas viendo en ellas él entusiasmo y la paciencia que le mostraban, siempre ellas trataban de estar ahí cuando  lo necesitaba.

—  Chicas debo agradecerles por todo este tiempo que han estado para mí, aún cuando no se los he pedido, ustedes han sabido sobrellevarme todo este tiempo, y la verdad se los agradezco de corazón.—

—Y déjenme decirles que la próxima vez que me inviten a salir  aceptaré la invitación.– Y sonrió..

Aquella noche de viernes las chicas se pusieron al día de muchas cosas que  les habían pasado.

Y nuevamente tocaron el tema prohibido, la situación sentimental de Laura. Sus amigas solo querían sacarla de ese hoyo sentimental. 

— Y tú Laura. ¿Cuándo te vas animar en tener una relación de nuevo.?— Preguntó Fiorela, mientras Olga comía un pedazo de pizza y miraba a Laura esperando una respuesta.

Ella mirándolas suspiró y pronunció.

— ¿Saben una cosa? Lo he estado pensando y creo que no, el amor no está hecho para mí, así de facil— dándole un sorbo a su refresco.

Sus amigas al escuchar esas palabras le dijeron:

— ¿Qué te pasa? No puedes decir eso, eres joven te estás condenando, ya debiste haberlo superado, Alejandro ya hizo su vida hace tres años y tú sigues en ese agujero.—

— No me veo con otra persona. ¿Y si me falla cómo lo hizo Alejandro?  No puedo.—

Olga mirandola le dice:

— A ver Laura, ya levántate y sale de ese agujero ya son cinco años yo creo que el luto emocional ya estuvo suficiente. Además dijiste que la próxima vez que saliéramos tu irías, así que mañana vas a salir con nosotras, tendrás que esforzarte de pasarla bien, dejarás tu aburrimiento aquí en casa, otra cosa que debes saber que estarán otros compañeros de la universidad y pues debes verte radiante.—

Laura se sorprendió y pronunció:

— ¿Porque no lo dijeron desde un principio? Creo que me apresuré en decirles que saldría.—

— ¡Ay por favor! Déjate de niñerías— Exclamó Fiorela, comentando algo más.

— No quiero que tomes a mal lo que te voy a decir. Pero,  ya,  para con esta situación ya es el momento de que empieces tu vida normal, a relacionarte con otras personas, somos tus amigas te queremos mucho, pero debes salir de esa cajita de cristal que te has metido por mucho tiempo.—

— Lo siento chicas, sé que a veces he tenido comportamientos patéticos, debo reconocer que aún no he sanado la ausencia de Alejandro. Me duele porque fueron 10 años.  Para mí era toda una vida, planes, sueños que se vinieron a bajo. A veces me pregunto. ¿Qué hice para merecerme ésto?  Él ya hizo su vida y yo estoy como en la sombra y para sentirme como segura,  me he refugiado en mis padres, mi trabajo y en  ustedes que han sido como mi conciencia en estos tiempos, perdonen mi comportamiento, es tiempo de tomar decisiones lo sé.—

— Así se habla, vamos para delante.— Habló Olga.

— ¿Y quiénes van estar presente? — Preguntó Laura dándole importancia a la invitación de las chicas.

Mientras Fiorela respondía:

— Estarán Aurora, Ximena, Lucía, Facundo y Paul.

— ¿Paul? — Preguntó Laura un poco desconcertada.

— Sí, Paul de la Fuente, el mismo que te imaginas. ¿Por qué la pregunta? — respondió Fiorela.

— Nada simple curiosidad, hace tiempo que no lo veo, desde que salimos de la universidad.—

—Pues sigue soltero y está recien llegadito de Nueva York.—  Habló Olga de una manera muy peculiar. Y sonrió.

Terminaron la noche hablando de muchas cosas, entre ellas sobre los padres de Laura.

Al día siguiente Olga y Fiorela se dispusieron en regresar a sus casas, para luego en la noche salir como habían quedado, con Laura.

En horas de la tarde Laura estaba revisando en su closet qué ponerse, por ella no hubiera llegado ese día.. Le gustaba disfrutar de sus amigas pero en casos más reservados, más no en reuniones o eventos que incluyeran a más personas.  Pero ya había dado su palabra, así que no les arruinaría el momento a ellas. Se decidió por un vestido azul que aún tenía la etiqueta, eso quería decir que llevaba mucho tiempo guardado y sin  estrenar. Empezó alistarse,. Pero primero tomaría una ducha. Mientras se duchaba  un recuerdo vino a ella. Recordó la manera   cuando Alejandro la hacía suya y la poseía de una manera tan apasionada, poniendola contra la pared de la ducha.  Ella solo cerró sus ojos y se dejó llevar por ese recuerdo mientras iba tocando partes de su cuerpo hasta llegar a su zona íntima donde se sintió extraña, abrió los ojos y reaccionó, no podía creer que un recuerdo la hubiese hecho humedecer tanto, mientras terminaba de  ducharse se decía a si misma.

<< ¡Basta Laura! ya tienes que salir de todo ésto. Ya son cinco años y tú con lo mismo. Aprovecha este momento para despejarte y  dejar atrás todo temor. >>

Así que con ese pensamiento motivador,  que ella mismo se había dado. Decidió alistarse y salir a distraerse un rato. Aquel vestido Azul resaltaba sus curvas, se veía muy hermosa, con su cabello largo ondulado color castaño claro, se  miraba  al espejo y podía apreciar a una hermosa mujer con una sonrisa que no la daba a todo el mundo.. Cuando sus amigas llegaron Laura ya estaba lista.

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