Capítulo 54AlejandroNo voy a empezar a decir que mi mañana comenzó siendo del todo rosa porque cuando desperté y no vi a mi mujer a mi lado pensé que estaría en la cocina. A diferencia de eso me encontré un desastre por todos lados y la puesta de la cocina completamente abierta. Era más que obvio que alguien había burlado la segunda y se la había llevado, no obstante, lo que nadie se imaginó fue que también se habían llevado a Sabrina.Según Dorian, está había bajado está mañana por un vaso de agua y jamás regreso, por lo que al bajar para comprobar si todo estaba bien. Se encontró con dicha escena y de inmediato corrió a llamarme.¿Se imaginan cuál fue la peor parte de la historia verdad? Pues para mí fue encontrar en el piso tirada la noticia de que iba a ser padre de nuevo, Marina estaba embarazada y ni siquiera tuvo tiempo de decirme.– Maldita será ya han paso cinco horas quiero que las encuentren – digo comenzando a perder la paciencia que nunca tuve.– Estamos en eso, señor,
Capítulo 55MarinaYa hacía un rato que había despertado y me encontraba metida junto a Sabrina en una especie de bodega abandonada. De la cual ni salía, ni enteraba algún ruido. Solamente me aferraba a la manilla de Dilan y rezaba para que Alejandro se diera cuenta de la señal. Bendita sea la hora en que a mi hijo se le ocurrió darme esto para que me protegiera.– Es inútil no hay salida – dijo Sabrina en su quinto intento de abrir la puerta.– Cálmate prima, es más que obvio que no hay ninguna salida. Esperemos a que alguien llegue y veamos que pasa.– Marina tú estás demasiado tranquila. Te recuerdo que no debías de estarlo debido a tú... Ni siquiera la dejé terminar de hablar, ya que de inmediato le cubrí la boca. No estaba suegra de su nos vigilaban o no, pero si lo hacían no era buena idea que se enteraran de mi embarazo.– Sabrina quiero que respires y te calmes, no dirás nada más que pueda ser usado en nuestra contra. Así que has silencio y mantengamos la calma ¿Está bien? –
Capítulo 56MarinaEntramos de prisa en el hospital y fuimos a emergencias, al hacerlo, no hizo falta preguntar por ella. Puesto que Dorian caminaba de un lado a otro en la sala de espera y en su rostro se notaba la angustia.– ¿Dorian que ha pasado? ¿Qué te han dicho? – pregunto de inmediato.– No me han dicho nada, solamente la metieron en la sala de operaciones y nadie ha salido todavía. Me dijeron que me mantuviera aquí hasta que la policía llegara.– Está bien esperemos a la policía – dije y después bajé el tono de voz – Dirás que el disparo lo recibió cuando unos ladrones se metieron a robar a la mansión, ya Alejandro sabe que decir, todo estará bien.– Muy bien diremos eso – dijo seguro – Dígame que ese infeliz recibió su castigo.– Lo hizo calma, esos malditos rusos acabarán con él.– Ten fe amigo mío, verás que Sabrina saldrá de esto.Cuatro horas pasaron desde que estábamos en la sala de espera y afortunadamente Lucas me trajo algo de ropa. Por todo lo que estaba sucediendo
Capítulo 57 (Epílogo)AlejandroYa habían pasado dos meses exactamente y la tranquilidad, el amor y la vida nos estaban sonriendo a todos. Hoy era un día muy especial, puesto que le pediría a Marina que se casara conmigo otra vez. Quería que ella tuviese la boda que se merece rodeada de amigo y familiares, no como la primera en dónde solo estuvimos nosotros dos y un gigante muro de por medio obstruyendo nuestro amor.Tenía todo preparado para que fuera bien romántico, pero las náuseas del embarazo y sus cambios de humor me hicieron optar por lo más sencillo. Un gran pote de helado almendrado y una caja de chocolates, era todo lo que necesitaba para hacer feliz a mi hermosa mujer.– ¿A qué se debe que me consientas tanto? – me pregunto con una sonrisa mientras llevaba lo que le traje a su boca con una sonrisa.– ¿Qué acaso no puedo consentir a mi esposa? – Si lo puedes hacer, pero luego no te quejes cuando me ponga como un globo y parezca que en cualquier momento podré explotar.– Cu
Prólogo - Dime que no hiciste eso Marina - dijo mi prima a mi lado. - Por favor no me recrimines, no sabes como me duele lo que hice; ni siquiera sabes como me siento. No tuve más alternativa que entregarlo prima y cuando lo hice, sentí que una parte de mí se moría por completo - dije mientras mis lágrimas caían y miraba a mis otros dos angelitos sobre la cama. - Lamento que todo esto haya pasado, pero puedes contar conmigo para lo que quieras. Sabes que ustedes y los bebés pueden quedarse en mi casa el tiempo que quieran, no voy a darle la espalda a mi familia. Menos en estos momentos en que me necesitas tanto Marina. - No sabes cuánto te agradezco esto prima, te prometo que no seremos una carga para tí. Yo saldré a buscar trabajo y te ayudaré con los gastos de la casa. Solamente te pido que nadie se entere de esto; ni siquiera mi madre o mi hermano por favor. - No, nada de eso; tu tranquila. Por el momento tú solo concéntrate en alimentar y cuidar bien a tus bebés, yo la verdad
Capítulo 1 Marina Me llamo Marina Salazar Vega y soy Mexicana. Tengo diecinueve años y llevabo un año estudiando en la universidad de Derechos, pues mi sueño era ser una gran abogada. A decir verdad, estaba becada por ser una de las mejores estudiantes de todo el año y me destacaba en varias actividades como el deporte. Sin embargo; por cosas de la vida tuve que dejarlo todo y no me arrepiento para nada. No soy una persona egoísta y por encima de todo esta la salud de mi familia, sobre todo la de mi hermano pequeño. Por otro parte, algo de mi vida que tal vez deban de saber; es que soy adoptada por decirlo así. Pues resulta; que mis padres adoptivos antes de acogerme en su hogar no habían podido tener hijos propios y estos hicieron hasta lo imposible para lograrlo. Mi difunto padre; que Dios lo tenga en su gloria, le propuso a mi madre lo de la adopción y es aquí que entro yo. Años después de yo haber entrado a la familia, milagrosamente María; quien es mi madre. Por decisión de
Capítulo 2 Marina Escuchar a ese hombre decir esas palabras puso por completo mis pelos de punta y debo de admitir que por mi cabeza pasaron las peores cosas que se podrían imaginar. – Señorita Marina, si me permite; me gustaría hablar con usted en un lugar más privado. Es algo importante lo que debo decirle – dijo este bastante serio a mi parecer. – Este... si, no hay problema alguno – dije algo insegura y eso no era bueno para mí porque no proyectaba lo que ellos buscaban. – Bien, entonces sígame. Moví mis pies rápidamente detrás de aquel hombre y lo seguí por todo el pasillo hasta llegar a una oficina muy distinta en comparación a la anterior en donde estuve. Una vez la puerta se cerró, este me indicó que me sentara frente a un escrito y eso hice para que luego este se pusiera delante de mi dos carpetas de color negro. Miro intrigada dichas carpetas y en cuanto el hombre se sienta frente a mí, me atrevo a hacer la pregunta que rondaba mi mente. – ¿Disculpe, señor? ¿Me puede
Capítulo 3 Marina La mañana había llegado y tal cual me indicaron me encontraba firmando el contrato que le salvaría la vida a mi hermano, pero que de alguna manera me destrozaría la mía por convertirme en la incubadora de alguien desconocido. Es que ni siquiera sabía el nombre del hombre con el que había estado hablando y para ser sincera en estos momentos no me importaba para nada. Solamente me importaba Lucas y su salud, el que se recupere lo más pronto posible y no tenga más problemas con su riñón. – Desde este momento, señorita Marina. Usted deberá venir conmigo para comenzar a cumplir su contrato. – Me parece bien que quiera que comience cuanto antes, pero no me iré del hospital hasta saber que mi hermano fue operado y que todo salió bien. Además, debo de hablar con mi madre y decirle que es lo que esta pasando. No voy a desaparecerme sin darle explicaciones a mi familia. Ella no me crío así y si estoy haciendo esto es porque no me quedó otra manera, yo jamás dejaría morir a